viernes, 21 de junio de 2013

Claro de luna Del libro “El oro de las tardes” de Carlos Ibarra Graso año 1945

Entra en la sala un rayo de tenue y tibia luna,
que trae los saludos de su región distante,
y, va a posarse sobre la cabellera bruna
para besarla, toda, con efusión de amante.

Loa rayos, que descienden del alto firmamento
para halagar la seda de aquel cabello oscuro,
comparten sus caricias con el tranquilo viento
cargado de perfumes ardientes de conjuro.

Y la mujer sentada, sobre pequeño banco
cubierto por un paño se roja llamarada,
bajo las olas tibias de su vestido blanco
mira la punta leve de su chapín de fada.

En la salita, aquella visión maravillosa
parece acariciara su veste con desmayos,
y, como nuevo adorno para su faz hermosa,
ya báñale su rostro la luna con sus rayos.

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