domingo, 26 de enero de 2014

¡Que difícil es ser libre! Por Rafael Serrano Ruiz

¡Que difícil es ser libre…
realizar un ideal,
escapar de las presiones
que te intentan desviar!

Mantenerte…
no sabiendo cómo,
buscando…
sin saber donde,
desconociendo…
si sigues el camino,
ignorando…
cuál es el fin.

Ideas locas,
incontrolables…
marcadas a fuego
en el subconsciente
que te empujan
hacia no sabes donde…..

No quiero esta vida elegida,
odio esta soledad maldita
soñando con despertares
entre sábanas revueltas…
envueltas en el dulzor de tu cuerpo,
y en noches de reposo
no tener mas sensaciones
que el aroma de tu piel
 y tu dulce feminidad….

¡Que difícil es ser libre…
vivir el mundo soñado
sin pensar…
sin comprender!
Libre la voluntad
de lo que pueda pasar
sin nada que te distraiga…
que te empuje
sin poderlo remediar
hacia ese plan oculto
que está, puede...
 en otro tiempo.

Es la hora del silencio…

Busco palabras
capaces de expresar
lo que en mi interior
pueda hallar,
mas…
 sólo encuentro,
sin poderlo remediar,
el sonido del silencio…

No estoy muerto,
ni acabado,
mas el silencio me abruma…
barrera intrascendente
que anula todo intento
de encontrarme.

Es la hora del silencio…

Robo Por Lilí Muñoz

Estaba enamorado. Se volvió ladrón, poeta y ladrón. Robó las palabras de tu poema.
Quería seducirla.
Borró tu nombre y él se vistió con la palabra de otro.
Recibió la recompensa.
¿Pensaste amor a cuántos sedujiste?
Esa joven te besa sin saberlo.

Un gato equivocado Por Mayte Sánchez Sempere

Con un gato
enroscado entre las vértebras,
un gato equivocado y casi negro,
ensayo verticales imposibles
sobre una sola pierna.
Cara, tal vez, de acróbata ambulante,
oculto el miedo al suelo
que amenaza
con un contacto violento y poco
deseado. La pértiga reposa.
Volar
sería un remedio equivalente
a salir por la noche
sin sueño en las pestañas:
un triunfo pequeño cuando todo
es demasiado grande
para unos pies que acarician
el filo o lo plano o lo infinito.
Desde su hueco extraño en mi columna
el gato crece y devora el universo
y aún es pequeño
y todavía araña
y maúlla asustado y se equivoca.

La noche antes Por Diana Bravi

Sospecho
(pero no estás)
Inquieta miro la hora
mil veces más
El sueño no cede
debo
esperar
elegir siempre la tierra.
Con tu voz.
desbordar la piel
mientras
el olor
de papeles
de ayer
el desamor
de resistir y soltar.
Este ensayo del día
no alcanza
el recodo urgente
del abrazo.
el reloj me
inquieta
y otra vez
sospecho
(pero no estás).

Lagrimas de amor Por Rafael Serrano Ruiz

Llora lágrimas de amor…
suspiros se escapan
de su alma humillada
por un amor inmortal

Si está solo se consume,
y si el hado le depara
disfrutar de su presencia…
el corazón se escapa de su pecho

Quisiera poner las manos en sus mejillas
y fundirse en sus labios en un eterno beso,
camino de tocar su alma,
mas.....
se le niega.

Alguna vez…
en algún encuentro,
rozó sus labios en un casual gesto
no sabe si por ambos deseado…
maravillosa sensación de plenitud
nunca olvidada.

En su interior se siente destrozado,
grita de amor…
mas no escucha la respuesta deseada
y de nuevo se encierra en su interior
allí donde la soledad le va diluyendo
/suavemente…
allí donde no puede sentir el daño,
allí donde de nuevo el corazón se calma

LA MISMA HORA Por Flamini Nora Liliana

Sigue marcando las agujas
del pesado reloj de estación...
la misma hora,
en el preciso instante que las campanadas
y el silbato de la locomotora
anunciaron mi partida.
en ese largo tren,
subí mis esperanzas de niña
aferré mi exiguo pasado
a los lúgubres pasillos
amalgamados a tabaco
y madera reseca.
Con el pecho apretujado
y como en un suburbio de ilusiones,
me entregué a la aventura:
el tren de mis sueños
ya había partido,
me dejé acunar en su marcha acompasada
y en el letargo somnoliento de mi viaje
arraigué mi esencia de mujer a un pedazo de sur...
del andén,
ya había partido el tren.
Allá en aquella estación ferroviaria
de “Las Flores”,
las agujas del reloj sigue marcando...
“la misma hora”

CANCIÓN JUNTO A LOS PINOS Por José Suárez Carreño


Esta brisa de los pinos,
gracia que se va perdida.

Esta brisa de los pinos,
ay, si pudiera ser mía.

Algo que fue de mis ojos
lleva la tarde, perdida.

Algo del cielo. Secreto
que tiene dentro la brisa.

La brisa de los pinares
algo se lleva   mi vida.

ESTAR ALEGRE ES A VECES Por José Suárez Carreño

Estar alegre es a veces
como la orilla del río,
donde el agua que se escapa
se lleva el tiempo perdido.

Estar alegre es a veces
cosa sin ningún sentido:
basta que el tronco del aire
tenga el ramaje tranquilo.

Estar alegre es a veces
como un pájaro vacío,
que canta sin corazón,
aire sin nadie su trino.

Hay veces que la alegría
es tristeza sin decirlo.