sábado, 12 de julio de 2014

Nuevísimo Disionario Ensiclopédico del CASTELIANO Por César Bruto (Publicado en el Diario Clarín desde diciembre de 1947 hasta 1949)

SOBORNO


Sustantivo familiar de uso corriente hasta en las mejores familia. El soborno hecho con plata es, por egenplo, irlo a ver a un jugador de fulbo y desirle más o meno la siguiente indirebta: Si te tirás a chanta el domingO tentregamos un sobre con dosiento $$$$$..., y si se da el caso de quel jugador enpiesa a desir de que él no sensusia en tan poco, o habla de la dibnidá del deportE, o de que prefiere agarrar y morirse de hanbre pero linpio de consiensiA, entonses uno aumenta 20 $$$$$ más y le dise: No te hagás tanto el duro, que ya todos tus companieros del cuadro están toqueados, paboto; guardate estos manguito que vienen de upA y total nadies se va a dar cuenta... Otras veses, cuando un cluB es pobre y no alcansa para darle un buen sobornO a cada jugador, lo mejor es juntar por egenplo 100 $$$$$ y írselos a ofrecer al réfre del partido, pidiéndole de que cada tanto haga la vista gorda cuando hay algún jugador orsáy, o si alguno agarra y enpuja la pelota con la mano adentro del arcO, lo cual si no da la casualidá dencontrar un réfre demasiado orgulioso a lo mejor da un buen resultado, siempre que no pase lo que le pasó el día que jugaron los deportibO honoR y enpugE contra los de atletiT cluB soniaR no cuestA nadA, y resulta de que los primero fueron a sobornearlO a réfre dándole 2 mango por cabesa, lo cual lo rechasó el jueS, disiendo que él no era un cualquiera y que con meno de tresiento $$$$$ no contaran con él para nada, y mucho meno todavía para un chanchulio que le podía afetar la reputasión. Bueno, la cosa fue que al tira y al afloja, a la final los de deportibO honoR y enmugE juntaron dosiento 90 y sinco mango, entre bilietes, monedas y un pagaré hasta el otro sábadO y se fueron tranquilos y contentos por la satifasión del deber cunplido; pero al rato liegó a la casa del réfre un cabaliero que le dijo: Soy uno de los direbtivos del cluB esportibO honoR y enpugE que resien estubo acá para sobornearlo a usté y vengo a desirle de que resién hisimos unasambleA jeneraL adonde resolvimo tirarnos a chanta maniana en el partido... Entonses el honesto jueS abrió los 2 ojos de asonbro para preguntar: ¿No era que querían ganar? ¿Qué moscA les picó, por bentura?..., a lo cual el cabaliero le repuso: Lo que pasa es que maniana nosotro vamos a jugar bastante plata a la mano del cluB contrario, y después nos tiramos a chanta... ¿Mentiende?... El réfre puso la cara seria y dijo: ¿Quiere desir entonces de que les tengo que devolver la plata que me dieron?..., pero el otro le contestó: ¡Quesperansa, senior réfre! Yo tengo que darle otros 20 $$$$$ más ensima todavía, pero en lugar de bonbiarlos a los del atletiT cluB soniaR no cuestA nadA queremos que nos bónbie a nosotros mismos... El trato quedó seliado y en el partido del otro día perdió el sportibO honoR y enpugE por 23 a 4, no pudiéndosesplicar ninguno de los perdedor por qué el réfre los perseguía con tanto ensaniamiento, y menos todavía sospechar del contrasobornO que sinbentaron los del cluB ribaL en la noche anterioR. ¡Por eso, la cuestión de las coima y los sobornO es tan delicada que si uno no está bien seguro de tratar con jente honrrada y desente, lo mejor es no arriesgar la plata!.


INJUSTISIA


Primero de todo y antes de nada, injustisiA se dise a la cosa de que pierda uno un pleito, de que pierda su tiN de fulbo o de que le pase cualquiera cosa fea arriba de la vida. Cuando uno pierde en las carrerA sale disiendo:¡QuinjustisiA! ¡Pensar de que gana cada paparulo que no sabe nada de hipódramo, y que apena distingue cuál es el yoqui y cuál es la véstia, y en cambio pierde uno que conose la peformanse de la madrE, el padre, el abuelo y todos los pariente del burrO, junto con los apronte, las corrida en pribado y el análie de la sangre!... Por esta rasón es que la injustisiA anda siempre al orden del día y que en todas parte no se siente otra cosa que gritos, protestaS y otras yerba. Dise mi tío aquíleZ de quen tiempo de antaniO, o sea cuando era reinA la mariacastaniA, la jente representaba a la injustisia en forma de mujeR con ropas blanca, pero todas manchada de sangrE, y con la cabesa rodiada de serpiente, lo cual sidnifica, a ojo de buen mercadeR, que todo aquel que le dan el trabajo de ser jueS tiene que ser desente lo más que pueda, y con más rasón todavía si hay alguien serca que lo está mirando, porque la mancha que cae arriba de una reputasión no se saca con jabón de palO, y no es el primero que por no saber aguantar la tensióN se arruina la carrera, como le pasó a un doptoR que conosió mi viejo -a europA ¿he?- el cual doptoR agarró y estendió 8 sartificado de muertE natural a fabor de 8 ricachones que se murieron, quedando uno, quera amigo dél, duenio de toda la herensia. Pero entonses es que se aparesió la viuda, o sea un fiscaL, el cual dio la orden del desenterramiento de cada cadábeR, y por ese detalie se vino a descubrir de que un muertO murió haorcado, otro muertO murió de arsénico y encage antiguo, otro muertO traspasado de 23 punialada, otro descuartisado, y así eséteramente. El tribunal entonses enpesó a pensar en un crimen perfedto, y escarbando escarbando, a la final se descubrió todo, acabando el doptoR con 23 ánio de presióN, y a la salida, cuando salió, sencontró de que de toda su clientela que tenía ante no le quedaba ni siquiera un tipo con gripe para ir tirando. ¡La injustisiA, cueste lo que cueste, es una peste que algún día tiene que acabarse!.

POESÍAS SELECCIONADAS DEL LIBRO “CANCIONES DEL VIAJERO” DE ROBERT L. STEVENSON

A CUANTOS AMAN LA AZUL LEJANÍA

A cuantos aman la azul lejanía:
los que desde el alba a la noche, buscando
fugitivos rincones camináis
sin desalentaros en la vana búsqueda;
los que río cantarín abajo,
zagual en mano, joviales remáis
salpicando al sargo saltarín
o fondeáis en la raíz del sauce;
 los que, más osados, de la fangosa ribera
zarpáis, llevando aquel arca de cedro
entre aves marinas y el rugido
del mar inmenso, tan profundo y tan claro;
o los que, en fin, marcháis adonde vuestro corazón
os lleva
sin importaros otra cosa, y oís,
sentados junto al fuego del hogar,
ruido de pasos en Utah o Pamere:

aunque largo el camino y duros sean
el sol y la lluvia, el rocío y el polvo,
aunque en la desesperación y el ansia del camino
enterrados queden los mayores, y extravíense los hijos
al final, oh amigos, estad seguros
de que suceda lo que suceda, allá en el horizonte,
en el confín de los confines,
veréis aparecer la ciudad dorada.


El Vagabundo

Dadme la vida que deseo
Y el resto os lo regalo.
Dadme la alegría del alto cielo
Y cerca el camino apartado.
Dormir en el monte para ver el firmamento
Comer mientras cruzo el río -
Allí está la vida para un hombre como yo
Siempre será esa mi vida.

Tarde o temprano la tormenta estalla
Que caiga sobre mí.
La tierra me rodea,
Y ante mí el camino.
Riqueza no busco, ni amor ni esperanza,
Ni que me acompañe un amigo.
Todo lo que busco, el cielo en lo alto
Y a mis pies el camino.

Dejad que caiga el otoño
Allí donde me he distraído
Callará el pájaro del árbol
Y mis dedos quedarán amoratados
Blanca como la harina la campiña helada -
Cálido el refugio junto al fuego -
No me rendiré al otoño,
¡Ni me rendiré al invierno!

Tarde o temprano la tormenta estalla
Que caiga sobre mí.
La tierra me rodea,
Y ante mí el camino.
Riqueza no busco, ni amor ni esperanza,
Ni que me acompañe un amigo.
Todo lo que busco, el cielo en lo alto


NO SE MUY BIEN CÓMO

No sé muy bien cómo,
pero si pienso en los años que ya pasaron,
las risas antiguas se truecan en mi garganta
en el amargo sabor de las lágrimas.


LA SUERTE ESTÁ ECHADA Y PARA SIEMPRE

La suerte está echada y para siempre
maestro y discípulo, amigo, amante, padre e hijos,
caminarán separados, aunque cercanos parezcan.
Cada uno ve a los que ama tan lejos como estrellas.
Así nosotros, por siempre separados nos acercará el llanto,
con llantos contemplaremos la bahía,
las Grandes Puertas,
como dos grandes águilas que volaran sobre las montañas,
sólo unidas por sus lamentos, hasta perderse entre los cedros.
Los años irán acercándonos,
día tras día irán atrayéndonos, semana tras semana,
hasta que la muerte disuelva esta separación.
Porque amamos lo que soñamos,
y en nuestro sueño, aunque muy lejos el uno del otro,
vivimos juntos, corazón a corazón.
Olvidamos lo que somos,
nuestras almas están protegidas por un vano sueño.
Como el soldado que de una atroz guerra vuelve sin temor,
o el marino desde los abismos,
como el caminante regresa de la helada noche y de los bosques a su refugio,
aún con los ojos llenos de rocío y de oscuridad. "

POESÍAS SELECCIONADAS DEL LIBRO “JARDÍN DE VERSOS PARA UN NIÑO” DE ROBERT L. STEVENSON



MI SOMBRA

Mi sombra no es muy grande y va siempre conmigo,
pero qué hacer con ella, yo nunca lo he sabido.
Es idéntica a mí, mide lo mismo de alto,
y salta junto a mí cuando a la cama salto.
Lo más raro que tiene es que crece a su modo,
no como hacen los niños, que es siempre poco a poco;
porque a veces se estira cual si fuese de goma
y es tan pequeña a veces que se esfuma y se borra.
No tiene ni noción de cómo juega un niño,
y encuentra mil maneras de ponerme en ridículo.
Se nota que es cobarde por cómo se me pega,
pero yo hago igual que ella: ¡me pego a mi niñera!
Un día muy temprano, antes de verse el sol,
salí al jardín: brillaba rocío en cada flor;
pero mi sombra vaga, dormida y haragana,
no se vino conmigo y se quedó en la cama.


EJÉRCITOS EN EL FUEGO

Los faroles iluminan la calle;
Sombrías resuenan las pisadas
Y un triste crepúsculo desciende lentamente
Sobre los árboles y muros del jardín.
En la oscuridad que ahora cubre todo
Sólo el fuego ilumina la oscura habitación:
Lame los techos con vacilantes sombras
Y aviva los lomos de los libros.
Contemplo ejércitos que avanzan hacia murallas y torres
De ciudades que arden en ese fuego.
Mientras aún mis ojos están viéndolo,
Los ejércitos se borran, su orgullo perece.
Mas otra vez se aviva el fuego
La fantasmal ciudad arde de muevo
Y hacia rojizos valles
Los ejércitos fantasmales avanzan.
Engañosos rescoldos, decidme la verdad,
¿Hacia dónde caminan los ejércitos,
Y cuál es la ciudad en llamas
Que sobre vuestras cenizas se desmorona?


HORA DE LEVANTARSE

Hasta mi ventana salta el pajarillo
de plumas oscuras y pico amarillo.
Fija en mí sus ojos brillantes y exclama:
“¿No te da vergüenza seguir en la cama?”


EL PAÍS DE LA COLCHA

Cuando estaba enfermo y guardaba cama,
en dos almohadas grandes me apoyaba
y tenía a mano todos mis juguetes
para que estuviese contento y alegre.

Y pasaba a veces horas contemplando
a mis soldaditos de plomo marchando,
con sus uniformes de bellos colores,
por sábanas llenas de campos y montes;
  y a veces echaba a la mar mis barcos,
por entre las mantas subiendo y bajando;
o si no, sacaba mis casas y árboles
y por todas partes montaba ciudades.

Yo era aquel gigante enorme que estaba
sentado sobre una montaña de almohadas,
y que contemplaba desde el rompeolas
el apasionante mundo de la colcha.