domingo, 26 de julio de 2015

CONCURSO LITERARIO "CONTATE UN CUENTO VIII" - 2015




Bases del concurso


  1. Podrán participar gratuitamente todos los jóvenes de 12 a 18 años y adultos escritores que lo deseen, de cualquier nacionalidad, de acuerdo a sus categorías. Cada autor presentará una única obra, original e inédita en cualquier medio, incluidas antologías, páginas web, blogs o redes sociales y que no haya sido premiada en otro concurso ni se encuentre concursando en otros certámenes. En caso de comprobarse que al momento del fallo del concurso, el cuento ha sido publicado por cualquier medio: Internet, libro, suplemento de diario, revista, etc. quedará automáticamente descalificado.

2.  Categorías:
   A-     Jóvenes  de 12  y 13 años
   B-     Jóvenes  de 14 y 15 años
   C-     Jóvenes de  16, 17 y 18 años
   D-     Adultos
                                                      
3.   Obra:
     3.1. Cada participante podrá presentar sólo una obra de tema libre cuya extensión no supere las cuatro páginas.
     3.2. La obra no podrá ser copia fiel de otra ya existente. En caso de ser detectada quedará descalificada.
     3.3.   Las obras que no resulten premiadas no serán devueltas
     3.4. Para su creación los jóvenes podrán consultar a su profesor de Lengua, de Prácticas del Lenguaje o de Literatura o consultar dudas y pedir ayuda en corrección por mail a paoalessio@hotmail.com

4. Presentación de la obra:
  4.1 Las obras deberán ser presentadas por quintuplicado, en soporte de hoja A4, interlineado 1.5, fuente Arial, tamaño 12 y no superar las cuatro páginas, con una carátula en  cada copia que indique la categoría, el título y el seudónimo.
  4.2. La obra deberá ser escrita en idioma castellano.
  4.3. La obra original y sus copias serán colocadas en un sobre sellado. En el exterior de este  aparecerá escrito el nombre del concurso, el título del cuento, la categoría y el seudónimo.
  4.4. Será necesario presentar sus datos personales en un sobre sellado que se colocará en el interior del sobre que contiene los trabajos. Los datos que constarán en el interior del sobre sellado serán:
Seudónimo: ……………………………
Título de la obra: ………………………
Nombre y apellido:…………………
Edad: …………
DNI: ……………………………
Dirección: …………………
Tel: …………….
Escuela: …………………………
Curso: …………………………
Dirección de mail: ………………………………………………
Y en el exterior de dicho sobre deberá constar el seudónimo, la categoría y el título de la obra.
4.5. La obra deberá ser entregada en la biblioteca de Secundaria Nº3 “Carmelo Sánchez” ubicada en calle 32 y 31 Nº 1026, Balcarce, 7620 hasta el 15 de setiembre de 2015
4.6  Los participantes de otras ciudades podrán comunicarse al siguiente mail para coordinar envío  paoalessio@hotmail.com
4.7. No se aceptarán trabajos que no sean entregados en tiempo y forma

5. Jurado:
    5.1. El jurado estará compuesto por un inspector, un directivo, un escritor y  Prof. de Lengua y Literatura  cuya identidad se dará a conocer el día de la entrega de premios.
    5.2. El jurado evaluará los trabajos entre el 17/9 y el 14/10
    5.3. El jurado podrá decretar desiertos los premios.
    5.4. Las situaciones no previstas en las presentes bases serán resueltas por el jurado y su decisión será inapelable.

6. Premios:
    6.1. Habrá un ganador por categoría, pudiendo el jurado decretar hasta tres menciones por cada una de   ellas.   
    6.2. El ganador de cada categoría obtendrá como premio  un libro,  la publicación del cuento en un medio de comunicación local, y un auriculares con memoria externa.
    6.3. Los organizadores serán los encargados de comunicar los resultados del concurso al ganador mediante carta, correo electrónico o por teléfono.
    6.4. La entrega de premios se realizará en la sede de la escuela el 30 de octubre

 7. Las bases del concurso podrán ser retiradas en la biblioteca de la Escuela Secundaria N° 3 “Carmelo Sánchez” y entregadas gratuitamente tanto a los alumnos como a los Prof. de Lengua de los distintos establecimientos. También serán difundidas por los medios locales y en el blog de “Rescatados del Fuego”: http://rescatadosdelfuego.blogspot.com.ar

8.       La participación en este concurso implica la aceptación total de las bases.

sábado, 25 de julio de 2015

La respuesta - Por Rafael Serrano Ruiz - España

Vive una vida
sin aparente sentido
en una etapa  creída
de un tiempo  ya consumido.

Mas…
con los nuevos calores
renacer primaveral
templa su caduco cuerpo.

Raíces penetrantes del pasado
se remueven…
nueva sabia
alimenta el viejo tronco,
renacer de brotes verdes…


Y…
 de nuevo, se pregunta
si el sendero es el correcto,
si te encontrará en la espera,
ilusionando su gastado mundo,
o será de nuevo un pasar
preguntándose hasta cuando,
si el camino está cumplido…

sin importar la respuesta.

EPIGRAMAS

LA   BALANZA  DELATORA
Por M. A.PRÍNCIPE

Hizo comprar don Andrés
tres libras de carne a Inés;
y como faltaran dos,
exclamó: -"¡Bueno, por Dios!
¿Dos libras de sisa en tres?"

Ella echó la culpa al gato;
y él, por ver si era comedia,
de una balanza en el plato
puso al gato. . . ¡y el ingrato
sólo pesó libra y media!


CONSEJO A UN MAL PINTOR
Por F. A. DE  FIGUEROA

La casita que compré -
dice un pintor chapucero
la he de hacer blanquear primero,
y después la pintaré.
-Al revés debes obrar-
respondió un crítico adusto-;
píntala antes a tu gusto
y luego la haces blanquear.


ARTE DIABÓLICA
Por NICOLÁS   DE   MORATÍN

Admiróse un portugués
de ver que en su tierna infancia
todos los niños en Francia
supiesen hablar francés.
Arte diabólica es
dijo, torciendo el mostacho,
que para hablar en gabacho
un hidalgo en Portugal
llega a viejo y lo habla mal
y aquí lo parla un muchacho.


DOMINGOS
Por VITAL AZA.

Juan a Domingo reñía
porque nunca trabajaba;
y mientras Juan se enfadaba
el buen Domingo decía:
-Yo no debo trabajar;
estoy, Juan, en mi derecho,
pues los Domingos se han hecho
sólo para descansar.

El tigre - Por Leonardo Castellani (De Fábulas camperas)

        A don Julián el Vasco tantas cosas le habían contado del tigre, y tales, que le había cobrado un miedo fantasmagórico.
Un día se fue a hachar leña al montecito, y al ruido insólito de los golpes apareció de repente, entre un garabato que estaba allí cerca, una cabeza de gato, chata y amarilla, con dos ojazos amarillos como refucilo, y se puso a mirarlo.
Don Julián bajó el hacha y se puso a mirarla también. Hasta que al fin se cansó y le dio rabia.
-¡Arripoa, gato!- le dijo..
Y le tiró el hacha para espantarlo. La bestia dio un bramido feroz, y se tiró al suelo, partida la cabeza como una sandía por el proyectil formidable, que le dio entre las dos orejas.
Don Julián se quedó espantado de que hubiese en América gatos monteses de tal calibre, sobre todo cuando, queriendo levantarlo a pulso para acomodarlo en su carretilla, tanteó el peso, mucho mayor que una bolsa de lino de las grandes.
Al volver al pueblo con la carga, sale de su casa Barcastegui, mira la carretilla y dice:
-¡Pero, don Julián, mi Dios, qué ha hecho! ¡Ha matado al tigre!
-¡El tigre, arripóa! ¡El tigre, esto es!
Se le pusieron los pelos de punta y la cara como este papel, empezaron a temblaría las carnes y a repicarle los dientes al vasco, de sólo pensar que había estado frente al. tigre. Pero al rato se recobró, y dijo:
-Sea tigre o no sea, muerto ya está, pues.. . Nada que hacerle hay ya, pues. Y como decían, tan malo no es, hombre.
Y el valor muchas veces no consiste sino en que los tigres a uno le parezcan gatos.
¡Qué valiente sería yo, si no me pasase precisamente lo contrario! A mí los gatos me parecen tigres.

Poesías (Limericks) de Zoo Loco -Por María E. Walsh

Paloma, Palomita de la Puna,
mira que no te roben tu fortuna,
esa que con descuido
olvidas en el nido:
un rayito de sol y otro de luna.


Una pava con fama de letrada
fue a decir un discurso en Ensenada.
La aplaudió mucha gente
pero, naturalmente,
la Pava sólo dijo una pavada.


“Llueve mucho” -decía un chimpancé-
“sin embargo, salí y no me mojé”.
Mas lo que sucedía
es que allí no llovía:
llovía solamente en Santa Fe.

A mi madre, maestra Por Héctor Fuentes

Cierta vez me invitaste
a compartir tu camino.
"A la escuela", dijiste,
"hoy te venís conmigo".
Entonces me vi sentado
junto a dos forajidos.
"Es el hijo de la maestra"
se dijeron al oído.

Era algo hermoso escucharte.
Saber que en tus surcos de tiza
caían semillas danzantes.
Descubrir la espiga secreta,
el pan del entendimiento.
Así ponías blanco
sobre negro.
Llenabas con entusiasmo
las caras de desconcierto.
Y yo sentía
que el país era distinto,
que todo se transformaba
en algo bueno.

En el aire zumbaba un remanso
nacido en tus pensamientos.

Luego venía la hora
del chocolate caliente.
Una jarra besaba los bordes
de treinta tazas alegres.

Tu vida me fue dejando
una oración; un latido;
la gran paloma de viento
de tu delantal prolijo.

Cierta vez me invitaste
a compartir tu camino.
"A la escuela", dijiste,
"hoy te venís conmigo"

La decencia del vestido Por Mayte Sánchez Sempere-España

De la hebra al nudo
el proceso es sencillo
casi accidental; del nudo
al abrigo tres cuartos
sólo es cuestión de tiempo:
unir dos nudos, seguidos,
tejernos los pudores,
tomar el frío en las manos y envolverlo,
adornar la belleza,
tapar las corrupciones,
aislar los pies del suelo
y cubrir las ideas.
Mucho después llegan los beneficios,
las pasarelas, la moda,
el uniforme,
las mujeres que tejen sin sueños en los dedos,
las niñas que no alcanzan a taparse la infancia.
Toda la urdimbre es dolor,
todas las hebras gritan:
la desnudez es lo único decente.

A donde ir Por Begoña M. Bermejo-España

¿Para qué marcharse?
Una colmena oscura remienda
la sábana del silencio.
Aún queda vino, y fuego
en la hoguera.
Sólo es una especulación provisional
considerar el camino importante
si el vino y la noche se agotan.
¿Para qué marcharse? ¿a dónde ir?
¿Acaso se ha erradicado el llanto
en algún lugar?
Desde el quicio de la puerta
se ve la lluvia caer.

Canción de cuna Por ENRIQUE BANCHS.

Rayito de luna,
duérmete en la rosa:
la noche susurra
como una paloma.

Duérmase la gracia
de ojos de diamante.
 Los ángeles pasan
en la noche suave.

Rayito de plata,
sueña en sus pupilas,
le harás la mirada
más clara y más linda.

Rayito de sol,
despierta al jardín,
como un corazón
que empieza a vivir.

Despiértese al beso
blanco que da el día...
Niñito: está el cielo
todo azul, ¡arriba!

Rayito de sol,
sonríe, temblando
en la frágil flor
que han hecho sus labios.

Quietud Por Egle Frattoni Romano

Una existencia acuática, dormida,
parece respirar en el silencio.
Y en el árbol en sombra se perfila
una actitud de trágico desvelo.
Filtra ya en blanda languidez de lila
su casto beso inmaterial la luna.
Y llena el aire, que en secreto vibra,
una emoción de mística ventura.
En el reposo, la penumbra anida
una callada invitación al sueño.
Y al fin la voz intrusa se deshila
como si fuera un impalpable velo.

sábado, 18 de julio de 2015

LOS CUENTOS DE LOS HERMANOS GRIMM (Seleccción)

Los hermanos Grimm trataron, ante todo, de reproducir exactamente y con todo rigor científico la materia narrativa tal como se hallaba en la tradición oral, respetando fórmulas estilísticas y expresiones dialectales. La poesía de los cuentos había de actuar por sí misma, sin aditamentos literarios, y su preservación en ningún caso debía hacerse a costa de su valor documental. Esta actitud representaba una novedad en la cuentística literaria (tal vez con la única excepción de Perrault)
La gran masa de su material la recogieron directamente y de viva voz. Las fuentes de los cuentos fueron, sobre todo, el condado de Hanau y la región de Kassel. Muchos cuentos fueron transcritos de labios de personas conocidas, especialmente miembros de la familia de Werner van Haxthausen. Una parte de los más bellos del segundo volumen se deben a una campesina de la aldea de Niederzwehren llamada Viemännin; con más de 50 años de edad, que estaba dotada de una memoria excepcional; recitaba los cuentes dos veces: una, libremente y en tono normal, la segunda, despacio, para dar tiempo a que su oyente pudiera transcribirlos con toda fidelidad; repetía siempre las mismas palabras, procurando corregirse a sí misma cuando cometía algún error, por nimio que fuera.







La Rosa

         Erase una mujer pobre que tenía dos hijos, el menor de los cuales había de salir todos los días al bosque a buscar leña.
Ya adentrado mucho en él, salióle al encuentro un niño muy pequeño que, acercándosele sin miedo, lo ayudó diligentemente a recoger la leña y a transportarla a casa; y, al llegar a la puerta, desapareció.
El muchachito lo contó a su madre, pero ella se negó a creerlo. Al fin, el muchachito sacó una rosa y le explicó que el niño se la había dado, diciéndole: «Volveré cuando se abra esta rosa».

La madre puso la flor en agua. Y una mañana, el muchacho no se levantó de la cama y, al ir su madre a llamarlo, lo encontró muerto, pero con semblante apacible y dichoso. Y aquella misma mañana se abrió la rosa.


Los mensajeros de la muerte 

Una vez hace de ello muchísimo tiempo pasaba un gigante por la carretera real cuando, de repente, se le presentó un hombre desconocido y le gritó:
-¡Alto! ¡Ni un paso más!
-¡Cómo! exclamó el gigante. ¿Un renacuajo como tú, al que puedo aplastar con dos dedos, pretende cerrarme el paso? -¿Quién eres, pues, que osas hablarme con tanto atrevimiento?
-Soy la Muerte replicó el otro. A mí nadie se me resiste, y también tú has de obedecer mis órdenes.
Sin embargo, el gigante se resistió y se entabló una lucha a brazo partido entre él y la Muerte. Fue una pelea larga y enconada; pero, al fin, venció el gigante que, de un puñetazo, derribó a su adversario, el cual fue a desplomarse junto a una roca.
Prosiguió el gigante su camino, dejando a la Muerte vencida y tan extenuada que no pudo levantarse.
-«¿Qué va a ocurrir díjose si he de quedarme tendida en este rincón? Ya nadie morirá en el mundo, y va a llenarse tanto de gente que no habrá lugar para todos».
En esto acertó a pasar un joven fresco y sano cantando una alegre canción y paseando la mirada en derredor. Al ver a aquel hombre tumbado, casi sin sentido, se le acercó compasivo, lo incorporó, le dio a beber de su bota un trago reconfortante y aguardó a que se repusiera.
-¿Sabes quién soy y a quién has ayudado? preguntó el desconocido levantándose.
-No respondió el joven, no te conozco.
-Pues soy la Muerte dijo el otro. No perdono a nadie. Y tampoco contigo podré hacer
excepción. Mas para que veas que soy agradecida, te prometo que no te llevaré de manera imprevista, sino que te enviaré antes a mis emisarios para que te avisen.
-Bien respondió el joven. Siempre es una ventaja saber cuándo has de venir; al menos viviré seguro hasta entonces.
Y se marchó, contento y satisfecho, viviendo en adelante con despreocupación.
Sin embargo, la juventud y la salud no duraron mucho tiempo; pronto acudieron las enfermedades y los dolores, amargándole los días y robándole el sueño por las noches. «No voy a morir decíase, pues la Muerte me debe enviar a sus emisarios; sólo quisiera que pasasen estos malos días de enfermedad».
En cuanto se sintió restablecido volvió a su existencia ligera; hasta que cierto día alguien le dio un golpecito en el hombro y, al volverse él, vio a la Muerte a su espalda que le decía:
-Sígueme, ha sonado la hora en que tienes que despedirte del mundo.
-¿Cómo? protestó el hombre. ¿Vas a faltar a tu palabra? ¿No me prometiste que me enviarías a tus emisarios antes de venir tú a buscarme? No he visto a ninguno.
-¿Qué dices? replicó la Muerte. ¿No te los he estado enviando uno tras otro? ¿No vino la fiebre que te atacó, te molió y te postró en una cama? ¿No te turbaron la cabeza los vahídos? ¿No te atormentó la gota en todos tus miembros? ¿No te zumbaron los oídos? ¿No sentiste en las mandíbulas las punzadas del dolor de muelas? ¿No se te oscureció la vista? Y, además, y por encima de todo esto, ¿acaso mi hermano el Sueño no te ha hecho pensar en mí noche tras noche? Cuando dormías, ¿no era como si estuvieses muerto?
El hombre no supo qué replicar y, resignándose a su destino, se fue con la Muerte.



El clavo

Un mercader había realizado buenos negocios en la feria. Vendidas todas sus mercancías, regresaba con el bolso bien repleto de oro y plata. Como quería estar en casa antes de que anocheciera, metió el dinero en su valija, atósela detrás de la silla y se puso en camino, montado en su caballo.
A mediodía se detuvo a descansar en una ciudad; se disponía a continuar su ruta cuando el mozo de la posada, al presentarle el caballo, le dijo:
  - Señor, en el casco izquierdo de detrás falta un clavo a la herradura.
- No importa respondió el comerciante. El hierro aguantará las seis horas que quedan de viaje. Tengo prisa.
Por la tarde, tras otro descanso y un pienso al animal, entró el mozo en la sala y le dijo:
- Señor, vuestro caballo ha perdido la herradura del casco izquierdo de detrás. ¿Queréis que lo lleve al herrero?
- Déjalo respondió el mercader; el animal aguantará el par de horas que quedan hasta casa. Llevo prisa.
Y continuó. Mas, al poco rato, el caballo empezó a cojear, luego a tropezar y, por fin, se cayó y se rompió una pata.
El comerciante tuvo que abandonarlo en el camino, cargar con la valija y recorrer a pie el resto del trayecto, llegando a su casa muy avanzada ya la noche.
- ¡De todo ha tenido la culpa un maldito clavo! se dijo.

Apresúrate con calma.



La viejecita

En una gran ciudad, una pobre anciana estaba por la noche sola en su habitación; pensaba en cómo había perdido primero a su marido, luego a sus dos hijos y, poco a poco, a todos sus parientes y amigos; aquel mismo día había perdido al último, quedándose sola y abandonada del mundo entero.
Tan triste estaba la pobre anciana, sobre todo por la pérdida de sus hijos, que incluso llegó a reprochar a Dios.
Permanecía triste y abatida cuando oyó el tañido de la campana que tocaba a maitines. Sorprendida de haber pasado toda la noche en vela, entregada a sus tristes pensamientos, encendió la luz y se encaminó a la iglesia.
Al llegar, el templo estaba completamente iluminado, aunque no por velas y cirios como de costumbre, sino por un resplandor raro y crepuscular. Estaba también lleno de gente, y todos los sitios aparecían ocupados, y cuando la viejecita quiso ocupar el suyo habitual, resultó que el banco estaba lleno.
Y al mirar a aquellas gentes, se dio cuenta de que todos eran parientes difuntos, que estaban sentados allí con sus vestidos de otros tiempos y con los rostros lívidos. No hablaban ni cantaban, mas en la iglesia se percibía un extraño zumbido y rumoreo. Levantóse una tía suya y, acercándosele, le dijo:
- Mira al altar, verás a tus hijos.
La vieja dirigió la mirada al punto indicado y vio a sus hijos: el uno, colgando de una horca; el otro, azotado sobre la rueda.
Y explicó la vieja tía:
- ¿Ves? Ése era el destino que les estaba reservado si hubiesen vivido y Dios no los hubiese llamado a su seno cuando aún eran niños inocentes.

- La vieja regresó temblando a su casa y, cayendo de rodillas, dio gracias a Nuestro Señor por haber hecho las cosas mejor de lo que ella podía comprender. Y a los tres días murió ella también.

sábado, 11 de julio de 2015

Cuentos del Zen. Extraídos del “El zen habla” Adaptación Tsai Chih Chung - Traducción: Brian Bruya.

                                                          La dama en apuros

    Un día, mientras el monje Zen Tanzan y un monje joven viajaban, encontraron a una hermosa dama en apuros cuando intentaba cruzar el río. Tanzan le dijo:
    -Yo te llevaré a través del río. Y alzándola en sus brazos, la llevó hasta la otra orilla.
    Ambos continuaron el viaje hasta que el joven monje le dijo a Tanzan:
    -Yo pensaba que los monjes deberíamos evitar a las mujeres. ¿Por qué hiciste eso?
    A lo que Tanzán respondió:
    -¿Qué? ¿Ah, te refieres a aquella mujer? Yo la dejé hace mucho tiempo. ¿Tú la sigues llevando?



                                                           Todo es vacío

    Había un monje llamado Tesshu que viajaba por el país visitando a los mejores maestros Zen. Un día entró en el templo Shokoku y encontró al monje Dokuon. Allí, con orgullo, proclamó su sabiduría:
    -La mente, el Buda y los seres son vacío. La naturaleza de todas las cosas es el vacío. Ni sabiduría ni engaño; ni sabios ni ignorantes; ni afán ni galardón.
    Apenas terminó de decir eso, el monje Dokuon lo golpeó en la cabeza fuertemente.
    -¿Para qué lo hizo?  gritó enojado Tesshu.
A lo que Dokuon respondió:
    - Si todo está vacío, ¿de dónde vino ese enojo?



                                                       El estudiante descarriado

    Un día, cuando en maestro Zen Bankei estaba predicando, de pronto un discípulo se paró y gritó:
    -¡Ah, te he agarré robando dinero! ¡Otra vez!
Bankei le dijo:
    -¡Perdónenlo!
    -¡De ninguna manera! ¡Lo perdonamos siempre y para colmo sigue robando!
    -¡Si! ¡Si no le echa esta vez, nos vamos todos! dijo otro estudiante.
    A lo que contestó Bankei:
    - Todos son estudiantes perceptivos y entienden la diferencia entre el bien y el mal. Él es el único que no entiende ni siquiera eso. Si yo no le enseño, ¿quién lo hará? Voy a dejar que se quede aunque todos ustedes se vayan...
    Al escuchar esto, el monje ratero cayó de rodillas y prometió reformarse. De pronto conoció el bien y el mal, lo bueno y lo malo.



                                                    No tener en cuenta el rango

    Un día el gran general Kitagaki fue a ver a su viejo amigo, que era abad del tempo Tofuku. Un sirviente fue hacia el abad y le dijo:
    -El gran general Kitagaki pide una audiencia.
A lo que el Abad respondió:
    -Yo no conozco a ningún gran general.
El sirviente volvió y le dijo al general Kitagaki.
    -El maestro dice que no puede verlo. No conoce ningún gran general.
    -Ah, discúlpeme le respondió. Por favor vuelva y dígale que Kitagaki vino a verlo.
    El sirviente fue nuevamente hacia dentro y al poco rato salió el abad, quien le dijo al general:
    -Ah, Kitagaki, por favor entra.



                                                    La reliquia del general

    Un general estaba en su casa admirando una reliquia muy apreciada por él cuando de repente, ésta se resbaló se sus manos y por poco cae al suelo. El general reflexionó:
    -He conducido miles de hombres a la guerra y no tuve miedo de enfrentar la Muerte. ¿Por qué me asusté tanto hoy por esta copita?
     Al final, el general descubrió que era su discernimiento entre “gusto” y “disgusto” lo que lo llevó a sentir miedo. Acto seguido, arrojó la copa a sus espaldas y la hizo añicos.



                                              Es más fácil saber que obrar

    Un día el famoso poeta Bai Juyi preguntó al monje Niaowo sobre el Zen:
    -¿Cómo debo conducir mi vida de forma que sea completamente uno con el Tao?
    El monje le contestó:
    -Evita el mal y haz el bien.
    -Hasta un niño de tres años sabe eso, le replicó el poeta.
A lo que Niaowo le contestó:
    -Un niño de tres años puede saberlo, pero ni siquiera alguien de cien años puede hacerlo.



                                               El hilo de araña

    Un día, mientras el fundador del Budismo, Siddhartha Gautama (Sakyamuni, el Buda) estaba sentado en el jardín al lado de un pozo, sus ojos se posaron en las profundidades. Allí, entre una multitud que estaba sufriendo el tormento del fuego, vio una persona que gritaba desesperadamente y con más fuerza.
Sakyamuni al verlo dijo:
    -¡Este hombre debe haber sido realmente perverso para sufrir así en el infierno...! Todo lo que hizo en su vida fue matar y robar con desenfreno y no se detuvo ante ninguna maldad. Pero, ¿no hizo ni siquiera una buena acción? ¡Ah, si! Una vez cuando estaba por pisar una araña, sintió compasión y le perdonó la vida. Por supuesto que no es mucho pero es una buena acción...
Entonces tomando una araña dijo:
    -Bueno, dejaré que esta araña lo salve de su abismo de desesperación.
    La araña comenzó a tejer un hilo finísimo que iba bajando por el pozo hasta alcanzar al hombre. Éste, comprendiendo que ésa era su única vía de escape, se aferró a ella y comenzó a subir hasta que, al mirar hacia atrás, vio que muchos de los condenados como él también se asían de la tela para subir.
    - ¡Sinvergüenzas! gritó- Si siguen trepando, se romperá.
    Pero como nadie se soltaba, sacó un cuchillo y cortó el hilo que estaba debajo de él. Los condenados cayeron nuevamente hacia el infierno, pero al instante, el hilo de la araña se rompió y él cayó junto con ellos.
    Entonces Sakyamuni, que estaba observándolo todo, se alejó del pozo.



                                                      Caminar en la lluvia

    Un monje le preguntó a sus discípulos:
    -Dos personas caminaban bajo la lluvia y una no se mojó. ¿Puede alguno de ustedes explicarme por qué?
A lo que ellos respondieron:
    -Porque llevaba una ropa de lluvia...
    -Porque eran tormentas aisladas y a una no la alcanzó...
    -Porque una persona estaba caminando en la calle y la otra bajo los edificios...
Entonces el monje les dijo:
    -Todos ustedes se están concentrando en la frase “una persona no se mojó” por lo cual nunca van a descubrir la verdad. Miren, si yo digo: “una persona no se mojó” ¿Acaso eso no significa que los dos se mojaron?



                                            Una montaña en un grano de mostaza

    Durante la sinastía Tang, había un hobre llamado Li-Bo que amaba estudiar. Había leído más de diez mil libros y por eso la gente lo llamaba Li, el de los diez mil libros. Un día le preguntó al monje Zhishang:
    -Hay un pasaje en el Vimalakirti-Nirdesá Sutra que dice: “El monte Sumeru puede entrar en un grano de mostaza”. ¿Cómo puede ser que una montaña tan grande entre en una minúscula semilla de mostaza?
    El monje Zhishang le respondió:
    - Te llaman Li, el de los diez mil libros. ¿Cómo puede ser que esos diez mil libros entren en tu pequeño cerebro?
    Fue allí cuando Li, el de los diez mil libros, pudo comprender el pasaje.





sábado, 4 de julio de 2015

LA ESTATUA DE UN GENERAL Por Álvaro Yunque

La mano al pecho, concentrado, su pecho mira,
Ceñuda y baja la cabeza meditativas:
Medita en mármol, ya que nunca lo hiciera en vida.

CONSTITUCION POLITICA Por Rafael Romero

Constitución de rango extraordinario
Mientras se empeña el pueblo en ensalzarte,
Los traidores no cesan de burlarte
Demostrando un espíritu arbitrario.

Te ataca el clerical y el reaccionario
Y el político audaz en vez de amarte,
Funcionarios que dicen respetarte
Son los primeros en burlarte a diario.

¡Pobre Constitución! Vas al ocaso
ya que tus postulados por desgracia
nadie en lo general les hace caso.

Al ver que te escarnece la falacia,
Yo me pregunto sí con ese paso
¿Podrá sobrevivir la Democracia... ?

Los justos reclamos Por Fernando Adrián Zapata

La dignidad exige un nuevo tiempo,
un cambio, y una nueva sociedad
sin injusticias y sin privilegios;
un mundo con unión, con equidad.
No alcanza con las leyes ni las normas,
no basta un gran discurso si no hay pan;
no alcanza con velar solemnes formas
sin pan ni empleo ni oportunidad...
El ser humano triunfará de nuevo,
venciendo a inequidades e injusticias:
¡con participación: con todo el pueblo,
sembrando trigo, abrazos y utopías!!!

HISTORIA Y REALIDAD Por Álvaro Yunque

Bucéfalo, el corcel del Macedonio,
Se halló con Rocinante, el de Quijote,
Y a discutir se dieron, alterados,
Sobre a quién admiraban más los hombres.

Se halló el Rucio de Sancho con Platero
Se miraron tal solo y, como siempre,
El uno junto al otro, camaradas,
A pastar se pusieron, cuerdamente.

HECHOS Por Juan Gelman

Mientras el dictador o burócrata de turno hablaba
En defensa del desorden constituido del régimen
Él tomó un endecasílabo o verso nacido del encuentro
Entre una piedra y un fulgor de otoño
Afuera seguía la lucha de clases, el capitalismo brutal,
El duro trabajo, la estupidez, la represión, la suerte,
Las sirenas policiales cortando la noche
Él tomó el endecasílabo y con mano hábil
Lo abrió en dos cargando de un lado
Más belleza y más belleza del otro, cerró él
Endecasílabo, puso el dedo en la palabra inicial
Apretó la palabra inicial apuntando al dictador burócrata,
Salió el endecasílabo, siguió el discurso, siguió la lucha
De clases, el capitalismo brutal, el duro trabajo, la estupidez,
La represión, la muerte, las sirenas policiales
Cortando la noche, este hecho explica
Que ningún endecasílabo derribó hasta ahora
A ningún dictador o burócrata,
Aunque sea un pequeño dictador o
Un pequeño burócrata, y también explica
Que un verso puede nacer del encuentro
Entre una piedra y fulgor de otoño
Del encuentro entre la lluvia y un barco
Y de otros encuentros que nadie sabría predecir
O sea los nacimientos o casamientos
Los disparos de la belleza incesante.

TODO PASA Por Álvaro Yunque

Todo pasa: glorias, muertes,
Revoluciones, miserias,
Líderes, credos, proclamas,
Martirios, héroes, poetas,
Odios, fracasos, victorias,
Fes, entusiasmos, ideas,
Desolaciones, tiranos,
Hazañas, cruces, banderas,
Maquinarias, tradiciones,
Gritos, puños, sables, fechas,
Ruegos, himnos... ¡Todo pasa!
Todo pasa, el pueblo queda.

Con Usura Por Ezra Pound

Con usura no tiene el hombre casa de buena piedra
Con bien cortados bloques y dispuestos
de modo que el diseño lo cobije,

con usura

no hay paraíso pintado para el hombre en los muros de su iglesia arpas y laúdes
lugar donde la virgen reciba el mensaje
y su halo se proyecte por la grieta,

con usura

no se ve el hombre Gonzaga, ni a su gente ni a sus concubinas
no se pinta un cuadro para que perdure ni para tenerlo en casa
sino para venderlo y pronto
con usura,
pecado contra la naturaleza,
es tu pan para siempre harapiento,
seco como papel, sin trigo de montaña,
sin la fuerte harina.

Con usura se hincha la línea
con usura nada está en su sitio (no hay límites precisos)
y nadie encuentra un lugar para su casa.

El picapedrero es apartado de la piedra
el tejedor es apartado del telar

con usura
no llega lana al mercado
no vale nada la oveja con usura.

Usura es un parásito
mella la aguja en manos de la doncella
y paraliza el talento del que hila. Pietro Lombardo
no vino por usura
Duccio no vino por usura
ni Pier della Francesca; no por usura Zuan Bellinini se pintó “La Calunnia”
No vino por usura Angélico; no vino Ambrogio Praedis,
no hubo iglesia de piedra con la firma: Adamo me fecit. No por usura
St. Trophime

no por usura St. Hilaire.

Usura oxida el cincel
Oxida la obra y al artesano
Corroe el hilo en el telar
Nadie hubiese aprendido a poner oro en su diseño;
Y el azur tiene una llaga con usura;
se queda sin bordar la tela.

No encuentra el esmeralda un Memling
Usura mata al niño en el útero
No deja que el joven corteje
Ha llevado la sequedad hasta la cama, y yace
entre la joven novia y su marido

Contra naturam

Ellos trajeron putas a Eleusis
Sientan cadáveres a su banquete


por mandato de usura.

CARTEL Por Francisco Urondo

¿Soy el poeta de la revolución acaso
como dice por ahí  bromeando
un compañero de cárcel? No.
El poeta de la Revolución es el pueblo;
Pero el pueblo concreto, de persona
A persona; el viejo Ponce, que ayer
Cumplió años y casi le revienta
El corazón de alegría cuando le cantaron
La marchita revolucionaria del pueblo.
La cantaron como si fuera el happy birthday,
Y se fumó un habano legitimo, regalado
Por Fidel al chicho, y por este a un amigo,
Y del amigo a mí, y de mí al viejo Ponce,
Por la Gracia Divina. Ponce, el viejo gladiador
Peronista. Es el poeta de la revolución.

A LA MINA NO VOY MAS (Colombia, Siglo XVII)

El Blanco vive en su casa de madera con balcón en negro
En rancho de paja, en un solo paredón.
Y aunque mi amo me mate, a la mina no voy
Yo no quiero morirme en un socavón.
Don Pedro es tu amo, el te compró
Se compran las cosas a los hombres no.
Y aunque mi amo me mate...
En la mina brilla el oro, al fondo del socavón.
El blanco se lleva todo y al negro deja el dolor.
Y aunque mi amo...
Cuando vuelva de la mina, cansado de carretón.
Me encuentro a mi negra triste, abandonada de Dios.
Y a mis negritos con hambre, porqué esto, pregunto yo.
Y aunque mi amo...
Don Pedro es tu amo, el te compró,
Se compran las cosas, a los hombres no.
Y aunque mi amo...
En la mina brilla el oro, al fondo del socavón,
El blanco se lleva todo, y al negro deja el dolor.

En las luchas sociales Por Fernando Adrián Zapata

Abrazar las dignas luchas
del que sufre y que persiste
es el cultivo que alumbra
el gran triunfo del humilde.
Abrazar consignas plenas
de golpeada humanidad
sirve a la unidad obrera
para alzar justicia y pan.
Luchas por las esperanzas
de una dignidad fraterna,
que preanuncian las mañanas
de equidad hoy venidera.
Luchas,¡ luchas victoriosas
al nacer desde los pobres,
pues la aurora generosa
la hacen los trabajadores!!!