sábado, 25 de abril de 2015

Domingo de enero Por María Neder

Veo a mi vecino silencioso
caminar detrás de los álamos
al Norte,
sombrero carmín de ala ancha
su cabeza atiende iniciales
verdes del sembrado
y suave el viento al mediodía
cuando arde el sol en Maimará.

Casi un brisa el viento de altura,
el andar entre los surcos
de mi vecino al Norte,
como un duende,
casi imitando al centinela cardón
arriba,
más alto que los colores de la montaña,
más silencioso que la voz del viento,
más cotidiano que el sol y la luna
en Maimará, con las calandrias.

OLAS DE OTRO MAR - Por María Itza

Cuando ato mi cuerpo al tuyo en la pura inocencia del desnudo
Un despertar de sueños se consume en ese mar sin olas
de las sábanas,
escribes en mi cuerpo la palabra y yo escribo mi grito
Y son dos melodías sin sonido …dibujo de las bocas y las manos

AÑORANZA Por TESSIE DOWNEY DE WEINGAST

Hoy que ha llegado el invierno nuevamente,
los recuerdos me invaden desde lejos,
y me hacen vivir como en un sueño,
otra vez todos esos años viejos.
El frío más que nunca nos unía,
en nuestra casa allá en el bulevar,
Era yo joven y mis hijos se reunían,
junto al hogar alegres a jugar.
A través de los vidrios empañados
el paisaje de invierno se colaba,
con aquellos grandes árboles pelados
que el viento del sur acariciaba.
En el patio santarritas y jazmines,
esperaban pacientes el verano
y mi tejido de turno que crecía
y crecía sin prisa entre mis manos.
Hoy que el tiempo me sobra en esta pieza,
me recuerda esos años regalados
que cuando está presente no se aprecia,
y que se añora cuando ya es pasado.

Ignorancias Por Gerardo Barbieri

Habla a modo de luz que titila sobre un campo de carencias
en busca de encandilar desazones, silencios, y destierros
-calor al fin sobre mi cuerpo oculto al vuelo de pájaros,
al cielo azul, al sol, a toda razón, a toda pasión-.

Habla como al ritmo de música de flautas
sonando al clarear de un espacio onírico
-emitido por un pensamiento único,
recogido por mis sentidos
del mismo modo que un madero flotando en alta mar
por las manos frías de un náufrago-.
Sin promesas.

Habla para mí.

Y no sé

qué responder.
(De su libro “Furores”)

Insomnio - Por André Few

Un sencillo fuego va consumiéndome los huesos;
un fuego hecho de luna, de ansiedades, de recuerdos,
que ardiendo suavemente en mis ojos y en mi pecho
aleja a mi mente de las costas fértiles del sueño.
¡Oh, insomnio de los ojos, de lo ojos más abiertos
que recuerdan vagamente a los ojos de los muertos.

Libertad de expresión Por Vladimir Maiakovski

La primera noche ellos se acercan y cogen una flor de nuestro jardín,
y no decimos nada...
La segunda noche, ya no se esconden y pisan las flores,
matan nuestro perro y no decimos nada...
Hasta que un día el más frágil de ellos
entra sólo en nuestra casa,
nos roba la luna, y conociendo nuestro miedo
nos arranca la voz de la garganta.
Y porque no dijimos nada
...ya no podemos decir nada.

Augurios de inocencia Por William Blake

Para ver el mundo en un grano de arena,
Y el cielo en una flor silvestre,
Abarca el infinito en la palma de tu mano
Y la eternidad en una hora.

Aquel que se liga a una alegría
Hace esfumar el fluir de la vida;
Aquel que besa la joya cuando esta cruza su camino
Vive en el amanecer de la eternidad.

EL LEOPARDO Y LAS MONAS Por Félix María de Samaniego

No a pares, a docenas encontraba
las Monas en Tetuán, cuando cazaba,
un Leopardo. Apenas lo veían,
a los árboles todas se subían,
quedando del contrario tan seguras,
que pudieran decir: "No están maduras!"
El cazador astuto se hace el muerto
tan vivamente, que parece cierto.
Hasta las viejas Monas,
alegres con el caso y juguetonas,
empiezan a saltar: la más osada
baja, arrímase al muerto de callada;
mira, huele y aun tienta,
y grita muy contenta:
"¡Llegad, que muerto está de todo punto;
tanto, que empieza a oler el tan difunto!"
Bajan todas con bulla y algazara;
ya le tocan la cara,
ya le saltan encima;
aquélla se le arrima,
y haciendo mimos, a su mano queda;
otra se finge muerta y lo remeda.
Mas luego que las siente fatigadas
de correr, de saltar y hacer monadas,
levántase ligero
y, más que nunca fiero,
pilla, mata y devora: de manera
que parecía la sangrienta fiera,
cubriendo con los muertos la campaña,
al Cid matando moros en España.

Es el peor enemigo el que aparenta 
no poder causar daño, porque intenta, 
inspirando confianza, 
asegurar su golpe de venganza.

PRIMERO SE LLEVARON por BERTOLT BRECHT

Primero se llevaron a los judíos,
pero como yo no era judío, no me importó.
Después se llevaron a los comunistas,
pero como yo no era comunista, tampoco me importó.
Luego se llevaron a los obreros,
pero como yo no era obrero tampoco me importó.

Más tarde se llevaron a los intelectuales,
pero como yo no era intelectual, tampoco me importó.
Después siguieron con los curas,
pero como yo no era cura, tampoco me importó.
Ahora vienen a por mí, pero ya es demasiado tarde.

MASA Por César Vallejo.

Al fin de la batalla,
y muerto el combatiente, vino hacia él un hombre
y le dijo: «No mueras, te amo tanto!»
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.

Se le acercaron dos y repitiéronle:
«No nos dejes! ¡Valor! ¡Vuelve a la vida!»
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.

Acudieron a él veinte, cien, mil, quinientos mil,
clamando: «Tanto amor, y no poder nada contra la muerte!»
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.

Le rodearon millones de individuos,
con un ruego común: «¡Quédate hermano!»
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.

Entonces, todos los hombres de la tierra
le rodearon; les vio el cadáver triste, emocionado;
incorporóse lentamente,
abrazó al primer hombre; echóse a andar.