sábado, 12 de diciembre de 2015

Concurso Literario “Llegó la hora de escribir un cuento”

La Escuela de Educación Primaria Nº 13 “ Independencia Nacional”  presentó este año la segunda edición del Concurso Literario “Llegó la hora de escribir un cuento” Se trata de un concurso que propone a los niños y niñas de sexto año de las escuelas primarias públicas y de gestión privada y con apertura a escuelas de Educación Especial la escritura de un cuento en donde puedan hacer volar toda su imaginación y poner en acción la creatividad que tienen para desarrollar.

                                                                        Ganadores

Primer premio: “Thomas y su máquina del tiempo” obra perteneciente a Fiorella Bonari ,alumna de la EP Nº 13

Mención de honor: “Un guardabosques enamorado”, obra perteneciente  a Brisa Newbery Isaac, alumna de la EP Nº 9

                                                                       Menciones

”El grito”, obra perteneciente a  Joaquín Fuentes, alumno de la EP Nº 1.
“Te encontré”, obra perteneciente a  Josefina Giménez Román, alumna de la EP. Nº13. “Competencias de panaderos”, obra perteneciente a Milagros González, alumna de la EP Nº 4.
“Una personalidad me esconde”, obra perteneciente a  Emilia Netcoff, alumna de la EP Nº 13

Menciòn especial del jurado para la escuela Especial Nº 501 por la obra “Misterio en el monte”perteneciente a alumnos de segundo ciclo: Alberto Rocha, Damián Baigorria, Agustín Torres. Luna Solar, Jesús Ricillo, Miguel Vismara y Milagros Kravecek

    Hubo un total  de 56 participantes de las escuela primarias Nº 1. Nº3, Nº4, Nº 9, Nº11, Nº13, Nº 45 y Especial Nº 501 de los cuales se preseleccionaron 26 obras.
    El jurado estuvo integrado por: Ezequiel Feito, escritor local,  Héctor Fuentes, escritor local, Ariel Bibbó, periodista y escritor  de nuestra localidad y Lidia Poza docente de Prácticas del Lenguaje de Primaria, quien ofició como coordinadora del concurso.

    El acto de premiación se llevó a cabo el martes 1 de diciembre  a las 9 horas en el gimnasio de la EPNº13, sito en calle 21 entre 28 y 30 Nº 924 con un encuentro de manifestaciones culturales.
    El ganador recibió un producto electrónico otorgado por la Asociación Cooperadora de la EP Nº 13 y un libro. Las menciones recibirán libros donados por editorial Santillana. Además entregaron presentes  UDOCBA Y SUTEBA, gremios de representación docente que acompañan la labor de los niños que concursan.

    Esta segunda  edición cubrió todas las expectativas puestas en el concurso, observando cuán importante es dar la oportunidad para que los niños y niñas puedan hacer volar su imaginación y sentir  la  inspiración que les permitiera convertirse en verdaderos escritores.

Primer premio: Thomas y su máquina de tiempo - Por Fiorella Bonari

Les voy a contar una historia, que pocos podrán creer pero les juro que es extraordinaria.
       Hace cinco años, en un pueblo pequeño de una montaña vivía un joven de 15 años llamado Thomas. Cada día pensaba como iba a ser el mundo en el futuro, porque el mundo actual estaba lleno de guerras, la gente cazaba animales, las familias no se comunicaban, los mares se contaminaban, y el planeta corría un grave peligro.
      Cada día al volver de la escuela, se encerraba en su habitación, e intentaba terminar su máquina del tiempo que había empezado hace uno dos años atrás. Ese día, sin que sus padres lo vieran, terminó de construirla. Solo faltaba probarla para ver si funcionaba bien, cuando la probó la máquina hizo  #pum pash,  qué gran desilusión la máquina había fallado y Thomas regresó a su habitación para arreglarla. Trabajó intensamente, no durmió esa noche su deseo era tan grande….
      Y por fin logró que funcionará,  preparó una mochila, se puso un gorro una  bufanda y mientras sus padres dormían emprendió su viaje hacia el futuro, nada más ni nada menos que 100 años después.
       Cuando salió de su nave transportadora, bajó esperando encontrar un mundo mejor, pero al llegar vio que el sol se estaba apagando,  los animales se habían extinguido, había mucha basura en el piso y todos caminaban como si no tuviesen vida.
       Thomas le preguntó a un señor.
    -¿Qué está pasando aquí?
    -Mira niño hace 100 años atrás nadie respetaba las reglas de la ciudad y así es   como quedó todo-Dijo el hombre
    -Pero…y los animales?
    -Hace mucho tiempo que han partido en busca de un nuevo mundo
    -¿Y los niños?
    -Los niños perdieron la alegría y están escondidos en sus casas. No juegan, no corren, no hablan…. Solo juegan en sus computadoras
    -¿Cómo te llamas?
    -Mi nombre es Thomas y hace 100 años construí una máquina del tiempo y quedé atrapado aquí.
    - La única forma de regresar es creyendo que entre todos podemos cambiar el mundo, yo no pude, pero tú sí. Eres nuestra única esperanza…
          -¡Ay! Debo volver- exclamó  el jovencillo
    Y antes de que el  hombre pueda hablar Thomas ya se había ido
      El joven que ya estaba en su alcoba, fue al centro de la ciudad a alertar a los habitantes del pueblo que en el futuro todo iba a cambiar, si no cambiaban su manera de tratar al planeta.
       El niño se puso  a cuidar la ciudad primero quemó todas las armas que había para que no maten seres vivos, puso un reglamento y tres tachos diferentes para reciclar la basura, nadie entendía lo que pasaba, pensaban que se había vuelto loco, el joven agarró un megáfono  y avisó que en el futuro todo iba a ser horrible…Y les contó de lo triste que se veía aquel lugar.
    - ¿Cómo sabés de aquel lugar?
    -Yo he creado esta máquina del tiempo para arreglar las cosas, después de ver lo que vi me asusté y volví rapidísimo para avisarles que si no dejamos de maltratar a nuestra tierra, los animales se extinguirán, nadie se mirará a los ojos, el sol se apagará, y viviremos sumidos en la tristeza.
    Todos le creyeron y lo ayudaron:
    -¿ Qué tenemos qué hacer  gritaron todos juntos
    - Reciclen la basura, no maltraten a los animales, ayuden a la gente… abracen y jueguen. La gente hizo exactamente lo que el joven pidió y finalmente logró salvar a su pueblo y luego se enteraron en las provincias, la noticia atravesó los mares y todo el mundo se sumó a la causa de Tomas y así entre todos salvaron el planeta.
    De pronto un fuerte golpe lo asustó, era su mamá que lo despertaba para ir a la escuela. Todo aquello había sido un sueño….
          Quizás el más importante de su vida.

Sepulcros vacíos. - Por JOSÉ MARÍA. RAMOS MEJÍA.

     Nada hay más cómico, pero ¡ay! más fructífero al mismo tiempo, que la silenciosa solemnidad del imbécil afortunado.
    Siempre que los veo huir del contacto imprudente de la 'gente,, envueltos en la pedantesca discreción con que se defienden, me viene el recuerdo de aquellos vagones que ya vacíos de explosivos, ostentan, sin embargo, la terrible palabra ¡peligro! que sigue ahuyentando a los medrosos e infundiendo el profundo respeto de la muerte. Si el defensivo puede agregar a su solemnidad y a su silencio la colaboración de la calumnia biográfica, tan útil y tan benevolente cuando procede de amigos interesados, el aparato se complica a maravilla y sus efectos trascendentales escapan a los límites de la vida privada; los simples goces de la canonjía subalterna se dilatan hasta la celebridad mundial, y sobre el erial de su mente franciscana esos amigos calumniadores levantan enormes fábricas, monumentos de arquitectura híbrida que tienen del cuartel y de la penitenciaría y que al fin y a la postre hay que voltear a latigazos para dejar expedito el camino. No los sorprenderéis jamás en desarme ni con la puerta abierta; la vida entera funcionarán así, porque una vez montados caminan por la propia virtud de su automatismo.
    Un ejemplo histórico de esta gravedad defensiva lo tendréis en aquel general don Frutos Rivera, de tan risueña memoria : " Cierta afectación de gravedad estudiada, que probablemente era una forma adquirida después de haber llegado a ser entidad - dice quien le conoció de cerca - y con la que disimulaba la falta de proporción entre la posición que asumía y sus méritos reales, parecía ser una especie de precaución íntima contra la fama de embrollón y tramposo que bien sabía él que se le reprochaba. "
    La gravedad era una rueda importante de su aparato de protección.
    Basta que le entreguéis el uniforme, ¡qué digo el uniforme! un galón, la hoja fugitiva de un flamante entorchado, para que de ella haga un general, luego un gran estratega y por fin el genio mismo de la guerra. Y sin embargo, apenas penetráis más allá del dintel de la puerta, el vacío sorprende con su olor de tierra húmeda como en los sepulcros y en los sótanos abandonados.

¡Amémonos! Por Amado Nervo

Si nadie sabe ni por qué reímos
ni por qué lloramos.
Si nadie sabe ni por qué vivimos
ni por qué nos vamos;
si en un mar de tinieblas nos movemos,
si todo es noche en derredor y arcano,
¡A lo menos amemos!
¡Quizás no sea en vano!

Arte y artistas: Atahualpa Yupanqui Por Néstor A. Fayó Artículo extraído de la revista “Nativa”, del 30 de abril de 1958

     Muchas veces se habla de la libre inspiración artística, de la sublimidad de la misma, etc., en forma abstracta y lírica. Pero la realidad es otra, puesto que tal manifestación creadora por lo general no es libre, por ser producto de un ente pensante que en tales casos envilece esa misma inspiración en aras de un mendrugo.
Pero como reverso edificante y reconfortante que nos reconcilia con la majestad del arte y la dignidad del artista, encontramos también personas que no venden su lira al mejor postor; y una de ellas es precisamente Atahualpa Yupanqui.
      Así es este artista: inteligencia, capacidad creadora, notable ejecución, tesón a toda prueba, erigido en autodidacta por su falta de recursos para poder cursar universidades, y una gran firmeza de convicción para no doblegar sus inclinaciones ante la vía de la menor seducción del "acomodo"; por todo ello su inspiración es absolutamente libre. Esos son los factores de su éxito, .únicamente esos, sus condiciones de artista en la verdadera acepción del vocablo.
      No debe extrañar entonces, que se haya impuesto por su propio valer, y cuando el éxito se consigue en esa forma resulta inconmovible, porque es el juez supremo, el pueblo soberano que no se equivoca cuando su artista lo interpreta, el que da ese fallo definitivo. Y hace ya muchos años que el pueblo ha dado ese. fallo que no admite apelaciones. 'Su estilo tan personal, hace, de cada una de sus producciones una verdadera creación. Sus descripciones poéticas en los versos que sustentan sus canciones, tienen la misma característica: sencillez y belleza sin igual. Su creación tiene el encanto as nuestras flores silvestres, humildes, sencillas, pero bellas; por eso gustan, por eso el pueblo las ha hecho suyas. 
      Hemos dicho que surgió por propia gravitación de sus méritos, " sin recomendaciones "de arriba", sin imposiciones de nadie. Recordemos una anécdota: allá por 1932, antes de que triunfara plenamente en el ámbito nacional, fue contratado por la emisora de Santa Fe, la entonces Radio Rosa Soler. En aquella oportunidad se presenta a la emisora entrevistándose con el Director Artístico, en ese tiempo el Sr. losé Aquiles Acosta.
El aspecto del artista no era el de un dandy. Mal trajeado, sin guitarra, el citado director le prestó la suya para una prueba. De inmediato lo contrata, y apenas retirado Atahualpa, el propietario de la emisora le inquiere dubitativo al Director, sobre la capacidad del postulante. La respuesta del Sr. Acosta, hombre que sabe valorar el arte, fue categórica, expresando al propietario que ese ejecutante sería considerado a poco andar, como uno de los mejores valores de nuestro folklore. Así se fue imponiendo Atahualpa Yupanqui, y las palabras de aquel Director de una radio de provincia resultaron proféticas.
      Para complementar esta fugaz semblanza de este auténtico cantor de nuestros temas vernáculos, debemos señalar muy especialmente que fue uno de los precursores de la marcada corriente popular que desde hace tiempo se insinuara en pro de nuestra recuperación en la esfera del arte, con la vuelta a lo nuestro, a los valores reales de nuestro arte vernáculo. El difundió, como también lo hiciera don Andrés Chazarreía, nuestras danzas ya semi desconocidas en el Litoral argentino, y otras totalmente desconocidas, como el carnavalito, que hiciera representar por primera vez en Buenos Aires en 1943 en el teatro "Presidente Alvear" con la colaboración del malogrado gran maestro de nuestro folklore, don Dalmacio Castrillo.
       En aquellos años ya nuestra juventud no conocía una zamba, pero sabía de memoria desde las primeras notas los "foxtrots" en boga.
      Atahualpa Yupanqui pionero de la recuperación de nuestro arte campero, a sus méritos intrínsecos' como artista, une ese otro de haber luchado contra la corriente por la difusión de la música Argentina en nuestro propio país...

Una flor en el camino - Por Amado Nervo

La muerta resucita cuando a tu amor me asomo,
la encuentro en tus miradas inmensas y tranquilas,
y en toda tú... Sois ambas tan parecidas como
tu rostro, que dos veces se copia en mis pupilas.

Es cierto: aquélla amaba la noche radiosa,
y tú siempre en las albas tu ensueño complaciste.
(Por eso era más lirio, por eso eres más rosa.)
Es cierto, aquélla hablaba; tú vives silenciosa,
y aquélla era más pálida; pero tú eres más triste.

La tropa - Por Julio Diaz Usandivaras

Pasó la tropa cansada,
con sed, con hambre y furor,
cornadas tirando al viento
y mugiendo su dolor.

Protegidos por el poncho,
en alto la ronca voz,
iban detrás los reseros
revoleando el arreador.

Uno va en un zaino negro
cabos blancos; corredor,
(por el triángulo del poncho
se le insinúa el facón. . .).

En un tordillo nevado
 marcha el otro - pingo flor 
en la estancia el preferido
de los peones y el patrón.

"¡Toro negro! ¡Toro bayo!
siga la "güeya"! Y la voz
repercute por los montes
como si fuese un clamor.

El crespín está cantando
su tristísima canción
que lleva angustia a las almas,
casi al caer la oración.

De repente el toro negro
de la tropa se "cortó",
pero el del "tordo" nevado
paleteando lo volvió.

Galopando por los cielos
van las nubes en montón,
y sobre los campos verdes
no quiere alumbrar el sol.

¡Y qué lindo es, por la "güeya”
cuando más calienta el sol,
ver un pájaro asentado
omo esperando su amor.

Como saliendo del monte
negra nube, dibujó
una culebra de fuego
y sordo ruido se oyó. . .

Se levantaron las guampas;
algún toro allí mugió. . .;
y el chajá, por los caminos,
su grito indígena alzó.

"¡Toro negro!, ¡Toro bayo!,
siga la "güeya"!. . . Y la voz
era la voz de los montes
por la lluvia que  cayó ...

¡Lindos ponchos colorados
con listas de otro color;
qué importa se hayan mojado
si se han de secar al sol!