sábado, 11 de febrero de 2017

“Llegó la hora de escribir un cuento” Edición 2016 - La máquina de escribir mágica - Por Lucía Verlotta, alumna de la EP Nº 13

        Amalia era una niña de once años a la cual le gustaba estar rodeada de amigos/as, los padres eran grandes científicos y decían qué la magia no existía. Un día la niña salió a explorar con amigos y encontró una “máquina de escribir mágica” y decía:“si encuentras esta máquina todo lo que escribas se cumplirá, solo si no eres egoísta”. La niña  decidió contarles a sus amigas y amigos. Ellos la felicitaron y todos le pidieron tres deseos, los cuales ella con gusto cumplió.
  Pero al llegar a su casa les conto todo a sus padres, ellos no le creyeron, ella les dijo:-tengo testigos-. La pequeña, llamó a su mejor amiga Francisca pero le decían “Pancha”. Llego enseguida, y les conto a los padres de Amalia todo lo que sucedió esa misma tarde, pero tampoco creyeron lo que dijo la niña. Los medios se enteraron de la historia y fueron hasta la casa de la pequeña, salieron los padres y dijeron que la historia era una total mentira y que los niños pueden ser muy fantasiosos.
  Luego de unos días la ciudad entera se había enterado de la historia y nadie creyó que la niña estuviese mintiendo, muchos intentaron robarla pero los padres la guardaron en una caja fuerte. Con el pasar de los años todos se habían olvidado de la historia hasta la mismísima Amalia. Ella ya había cumplido quince. Cuando estaba en “Candy Landia”, recordó la máquina y les contó la historia a sus amigas y ellas se asombraron. Le dijeron:-todo lo que queras lo podrás alcanzar, y todos tus sueños se harán realidad-.En “Swettland” todos creían en la “magia” y decían que era lo más bello del mundo, lo más lindo que te podías imaginar.
 En la noche que fueron al “Diverland”, soñó que cumplía tres sueños de cada amiga. En la mañana les preguntó a sus compañeras que les gustaría pedir si tuvieran tres deseos, todas dijeron dinero, fama, propiedades, belleza. Una de ellas no pidió eso sino que pidió salud para toda su familia y que nunca les faltara nada. Amalia se emocionó al ver a Francisca tan solidaria y bondadosa. A la semana llegaron de su viaje, la joven les preguntó a sus padres, si sabían dónde estaba su máquina ellos se sorprendieron al ver que Amalia se acordaba.
 Los padres dijeron:-¡Amalia ya estas grande para creer en la magia!-.La miraron y la abrazaron, le dijeron:-te vamos a dar la máquina pero no te desilusiones cuando no funcione -. Ella cumplió los deseos de sus amigas y para Pancha escribió: Francisca es millonaria, tiene un campo de golosinas, salud y belleza para toda su familia.
 La muy buena amiga llamo a Amalia y le agradeció por todo, luego los padres dijeron:-Te creemos estamos orgullosos de vos, nunca te vamos a defraudar, ahora escribe tu propia historia utilizando la maquina-.                                                                      
 Ella dijo:-no quiero usar la máquina, quiero ver lo que el destino tiene preparado para mí. Solo quiero que el amor verdadero llegue a mi vida y todo fluya sin ningún hechizo, quiero utilizar la máquina solo para ayudar a los más necesitados porque de eso se trata la vida de ayudar a los demás sin pedir nada a cambio-.

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