sábado, 15 de abril de 2017

CONTATE UN CUENTO IX - Mención de Honor de Categoría D: Un día como hoy…Por Melani Pagliaro Balcarce

        Estaba sentada muy entretenidamente en la plaza leyendo mi libro favorito.
En menos de un instante se rompió el bolsillo de mi campera y cayeron mis llaves al suelo. Escuché un ruido pero no hice caso. Pasó alguien en bicicleta velozmente en frente de mi y me desconcentré de la lectura. Miré para el costado  me di cuenta  que mis llaves daban vuelta en el rayo de la bicicleta. Inmediatamente me levanté del asiento y empecé a correr desesperadamente.
- “Hey , hey” - le gritaba hasta que vi que paró . Se dio vuelta y era un chico con ojo marrones y su cabello caía sobre su cara, se veía   que estaba  apurado. Me preguntó preocupado  por qué le gritaba y  yo le dije que  mis llaves estaban en la rueda. Me incliné para desengancharlas y vi que él acercó su mano sobre la mía.
En un segundo se escuchó un temblor. “¿Qué pasó?” , dijimos al mismo tiempo. Y vimos que mi llave estaba de un color azul. Él las tomó y me tranquilizó. Todo parecía muy extraño, vimos que la plaza no parecía igual que hacía unos minutos atrás.
Caminamos asustados sin decir nada hasta que se interrumpió el silencio
- ¿Cómo te llamas?
-Feliz ¿vos?
-Ana.
  -Ahí hay un banco, sentémonos  _me dijo.
No entendíamos  lo que pasaba, nos quedamos hablando con terror, esperando como una hora. Al parecer no pasaba nada hasta que vimos a dos viejitos muy enamorados tomados de la mano que se acercaban hacia nosotros. Se acercaban más y más. Tuvimos miedo y cerramos los ojos. Cuando los abrimos los ancianos habían desaparecido pero nos encontrábamos tomados de la mano,  parecía que nos conocíamos de toda la vida. Y en ese momento nos dimos cuenta que los viejitos éramos nosotros. Nos besamos apasionadamente y fue mágico, sentía mariposa en el estómago. Cerramos los ojos para disfrutar de ese momento y al abrirlos...
Estaba sentada leyendo mi libro favorito muy entretenidamente. En eso vi que se acercó un chico muy bien  vestido que me  alcanzaba mis llaves.  

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