sábado, 27 de mayo de 2017

Tarde ventosa Por Ezequiel Feito

Se ha secado la tarde, y un murmullo de voces
de inmediato me avisa
que el viento  ha llegado
corriendo deprisa.
El paisaje se nubla, el sol borroneado
inmóvil se eclipsa.
El viento toma un sonido prestado,
cuando se desliza
por las cuerdas vocales de algarrobos y pinos,
de eucaliptos, de álamos, y de la humilde brizna
de hierba que pace en la vía.
Persignándose están los árboles altos
o saludando al ave que esforzada esquiva
el implacable puño de algún genio invisible.
La tarde gira
y con loco remolino de hojas muertas y vivas
de ramas, de piedras, de polvo y ceniza
va escribiendo en la tierra profanas palabras
sin pausa ni prisa.

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