martes, 1 de enero de 2019

V Edición del Concurso Literario “Llegó la hora de escribir un cuento” - PRIMER PREMIO: Daniela y su libro de cuentos Por Delfina Campos

        Era un pueblo muy, muy aburrido, triste y nublado. Todas las personas que vivían allí, pero sobre todo los niños, nunca dejaban de mirar televisión, ni de jugar con los videojuegos, ni de usar y usar los celulares…
Daniela era una niña distinta a todos los demás. A ella le molestaban mucho todos esos juegos con pantallas brillantes y con imágenes que siempre cambiaban. Le parecía mucho más divertido leer cuentos, novelas, poesías…y lo que más le gustaba era leerlos afuera de su casa, al pie de la sierra, debajo de un majestuoso y frondoso árbol.
Cuando Daniela comenzaba a leer, era su momento de felicidad. La lectura la transportaba a lugares fabulosos…un día era la princesa dorada del sol…al otro día era la enfermera de los animales del bosque o el pirata dueño de un tesoro…
Poco a poco, Daniela se fue dando cuenta que cuando leía pasaban cosas maravillosas…el árbol se iluminaba con una cálida luz blanca, los animalitos de la sierra se acercaban a escucharla y el cielo se despejaba.
Un día, Daniela pensó que de la misma manera que el árbol y los animales del bosque se sentían felices al escuchar los cuentos, también sus amigos podrían sentirse así y volverían a sonreír y todo se iluminaría…
Reunió a sus amigos en la plaza y con un poco de nervios, pero muy contenta, les contó lo que le pasaba…del árbol y cómo lo envolvía la luz blanca…de los animalitos que nunca había visto tan cerca…pero, sobre todo, del cielo despejado y de los lugares que recorría con su imaginación cuando leía…
¡Cómo soltaron la carcajada! “¡Estás loca-le decían- nunca cambiaríamos los videojuegos por un libro…”
Una tarde, la siguieron a escondidas hasta el árbol al pie de la sierra…la observaron y cuando Daniela empezó a leer los chicos salieron de su escondite. Comenzaron a burlarse…le quitaron el libro y comenzaron a arrancar sus hojas….
Daniela sintió que una gran tristeza la invadía…recogió las hojas tiradas, levantó su tan querido libro de cuentos y volvió a su casa…y allí se quedó, triste y sola…y no volvió al árbol…
Luego de lo ocurrido, los chicos decidieron volver al pie de la sierra donde Daniela leía sus libros y lo que vieron los impactó…el majestuoso árbol estaba muriendo. Las nubes habían vuelto a cubrir el cielo y no había rastros de animales por el lugar…todo estaba desierto.
Entonces se dieron cuenta de lo que les decía Daniela, tuvieron una idea y decidieron actuar.
Al otro día Daniela se levantó, triste aún por lo ocurrido y vio una carta arriba de la mesa de la cocina que tenía su nombre. Al leerla se sorprendió…una nota decía que debía dirigirse al árbol al pie de la sierra…
No aguantó un minuto más…corrió hasta el árbol y cuando llegó encontró a sus amigos…¡con el libro de cuentos arreglado!
Abrazó su libro y luego agradeció a sus amigos. “- ¡Queremos que nos leas un cuento Daniela! - le pidieron”- Nosotros también queremos imaginar lugares distintos, y ser felices como vos.
Daniela se sentó al pie de su hermoso árbol y todos la rodearon escuchándola sin perderse una palabra…y vieron como la luz cálida y blanca llegaba y las nubes comenzaban a correrse, dejando ver el cielo azul.

V Edición del Concurso Literario “Llegó la hora de escribir un cuento” - PRIMER PREMIO: Una señal de paz en la guerra Por Gael Kiricos

          En un pueblo rural, había una granja donde vivía una familia que trabajaban la tierra cosechando trigo, maíz, etc. Eran muy unidos, su casa era cómoda y cálida. Valoraban mucho la unidad que tenían y el amor…
Un día tocaron a la puerta. “- Es un hombre que parece un soldado  dijo el niño”. Y así se presentó el general Levin: - Buenos días señor  le dijo al padre  Necesitamos de su ayuda. La Patria lo necesita. Estamos en guerra y todos los hombres del pueblo que puedan asistir al entrenamiento, los esperamos en el Cuartel General desde mañana.
Roberto, el padre, era piloto de aviones y, aunque amaba a su familia y nunca los hubiera dejado solos por nada del mundo no pudo negarse al pedido del general.
Al otro día se abrazaron muy fuerte los tres y entre lágrimas se despidieron… No sabían cuándo lograrían volver a ver a Roberto.
La guerra empezó. Roberto estaba allí, con sus compañeros, en el campo de batalla…mejor dicho en los cielos. Los tanques empezaban a avanzar…los aviones despegaban con sus metralletas…los soldados corrían por el campo manchado de sangre…los disparos pasaban muy cerca…
Roberto veía pasar aviones prendidos fuego, cayendo…y pensaba en su familia. Estaba muy asustado. El cielo cargado de nubes oscuras que le impedían ver si el enemigo se aproximaba…
En eso, justo cuando vio que unas luces titilaban delante suyo, un avión enemigo le disparó dándole en el ala derecho. No lo dudó. Alcanzó a levantar con una mano el botiquín de primeros auxilios y con la otra abrió el paracaídas al saltar del avión.
La caída era interminable…y por fin el viento lo llevó hacia una base. Pero no era conocida. Era una base enemiga. Cuando cayó entre los árboles, se escondió, sigiloso, mirando hacia todos lados. Fue en ese momento que sintió un quejido…y detrás de unos pastos encontró a un soldado que estaba perdiendo mucha sangre. Tenía una herida de bala en el cuello. Le preguntó su nombre, casi por señas, y le dijo  Francis.  Yo soy Roberto  dijo y sin pensarlo dos veces buscó vendas en el botiquín de primeros auxilios y comenzó a vendarle el cuello. Solo cuando estuvo seguro que Francis se sentía mejor, siguió su camino.
Los días siguieron pasando lentos, oscuros, hasta que una mañana, vio flamear una bandera blanca. La guerra había terminado.
Agradeció al cielo por estar vivo y volvió a su casa. Su esposa y su hijo lo abrazaron infinitamente al llegar. Les dijo que había pasado mucho miedo a morir y no poder volver a verlos…miedo a volver a sentir el terror en la mirada de los demás y en la suya. Allí se dio cuenta que la guerra no es la solución de nada…nunca las personas deberían matarse entre sí por órdenes de otras ni por estar en desacuerdo.
Pero lo que nunca iba a poder olvidar, es que, en el medio de la guerra, Roberto no vio a un enemigo sino a un hombre que estaba sufriendo y lo ayudó. Un hombre como él, cansado de las guerras inútiles y tratando de construir un mundo en paz.

V Edición del Concurso Literario “Llegó la hora de escribir un cuento” - 2019

         La Escuela de Educación Primaria Nº 13 “ Independencia Nacional”  presentó este año la quinta edición del Concurso Literario “Llegó la hora de escribir un cuento” Se trata de un concurso que propone a los niños y niñas de sexto año de las escuelas primarias públicas y de gestión privada y con apertura a escuelas de Educación Especial la escritura de un cuento en donde puedan hacer volar toda su imaginación y poner en acción la creatividad que tienen para desarrollar. Este año se presentaron 81 obras, de las cuales quedaron preseleccionadas 24.
Los ganadores recibieron un producto electrónico y libros , las menciones libros y todos los participantes se les entregaron certificados
Es importante mencionar que la preselección de los cuentos estuvo a cargo de las bibliotecarias de Balcarce
Además el jurado estuvo integrado por  los escritores  Héctor  Fuentes,  Ariel  Bibbó y Ezequiel Feito y la docente de prácticas de Lenguaje Lidia Patricia Poza.


Cuentos  premiados


Primer  premio compartido: “Una señal de paz en la guerra” obra perteneciente a Gael Kiricos ,alumno de la EP Nº 24 Y “Daniela y su libro de cuentos ”, obra perteneciente  a Delfina Campos, alumna de la EP N| 24


Primera mención de honor: “La vieja casona" obra perteneciente  a, Nizael Lizarra alumno de la EP Nº 47
Segunda mención de Honor: “El mejor día”, obra perteneciente a   Maira Colombani, alumna de la EP Nº 13


Tercera mención de Honor: “Consigue tu corazón de artesano”, obra perteneciente a  Lorenzo Forte alumno de la EP. Nº13


Cuarta mención de honor: " Sueños compartidos", obra perteneciente a Tatiana Caldera, alumna de la EP N° 24


Quinta mención de honor: " El sueño", obra perteneciente a Clara Favano, alumna de la EP N| 13


Menciones especiales del jurado: Para la escuela Especial Nº 502 por las obras “El valiente rey Mario y su amigo el dragón" obra perteneciente a : Daniel Alonso- Tomás Bello-Valentín Caro- Gonzalo Jodar- Sofía Montes de Oca- Rodrigo Rojas- Ian Soria y “Watsa Basu" obra perteneciente a  Damián Aranda- Juan Barreiro- Matías Garmendia- Yanina Godoy- Francisconi- Juan Martín Leguizamón alumnos de  la Escuela Especial N° 502