sábado, 19 de enero de 2019

Escuela de Educación Primaria Nº 13 “ Independencia Nacional” - Concurso Literario “Llegó la hora de escribir un cuento” - Tercera mención de honor: EL SUEÑO Por Clara Favano

Había una vez una niña llamada Carla. Ella tenía una gran familia, hermanos, padres, primos, tíos, etc., era una princesa. Aunque tuviera todos esos  privilegios, no era muy buena persona, trataba muy mal a la gente, era celosa y odiaba a todos. Un día su mucama sin querer, le tiro el pelo con el cepillo. Carla de tan mala que era le grito tanto que la pobre salió llorando y renuncio.
Otro día, unos chicos del pueblo le preguntaron si quería jugar con ellos a lo que respondió que no, porque no jugaba con personas que no eran de la realeza. No le quedaban más amigos con quien jugar porque los había tratado mal y no la volvieron a visitar.
Luego de varios días volvió a hacer cosas malas pero esta vez mucho más feas…
- Queres venir a unas vacaciones conmigo y tu familia? - Preguntó el papá.
- No, porque todos son muy insoportables!  Respondió Carla.
Entonces se quedó sola en el palacio.
A la noche tuvo un sueño muy extraño, uno que jamás había tenido, uno al que le enseñó algo que jamás olvidó ni va a olvidar en toda su vida. En él, aparecieron tres hadas, la primera era Bondad, que la llevó a otra vida, pero en ella, Carla, era una mucama y tenía una patrona que la trataba re mal. Entonces le pidió a Bondad que la sacara, ella la llevo con su hermana Amabilidad, que la trasladó a otra vida, en la que era su padre y vio como lo trataba, y con tanto dolor le pidió que la sacara de ahí. Entonces fue con la última  hada llamada Amor y Amistad quien la llevó a otra vida, en la que era una niña humilde que le pedía ayuda a una princesa y esta la trataba de mala manera, tampoco se sintió a gusto y le pidió al hada que la saque de allí.
- ¿Cómo te sientes?  le preguntó el hada.
- Destrozada - le dice Carla.
Entonces le dijeron que lo que le habían dicho y hecho esas personas, era lo que hacía ella, y que la habían llevado ahí porque tenía que aprender una lección: que el odio nunca gana y hay que ser bondadoso, amable, tener amor y cuidar las amistades. Dicho eso, Carla, prometió que iba a cambiar. Cuando despertó fue a arreglar las cosas con todos, empezando con la empleada, sus amigos y por último con su familia.
Así vivió feliz para siempre (obviamente, siendo bondadosa, amable y alegre).
“SOLO ES CUESTIÓN DE BONDAD, AMABILIDAD, AMOR, AMISTAD, PONERSE EN EL LUGAR DEL OTRO Y SOÑAR UN POQUITO MÁS”.

Escuela de Educación Primaria Nº 13 “ Independencia Nacional” - Concurso Literario “Llegó la hora de escribir un cuento” - Segunda mención de honor: SUEÑOS COMPARTIDOS Por Tatiana Caldera

Soy una chica común pero según algunos de mis compañeros, no es así.
Me llamo Jazmín y voy a 2do año del secundario…y esta es mi historia.
Vivo en una ciudad de  BuenosAires. En una casa pequeña, con mis padres y mi hermanito menor, Ignacio. Mi habitación está separada de la de mi hermano, pero parece que fuera la suya…¡Siempre entra y sale cuando se le antoja…sin preocuparse por mi intimidad…! Muchas veces pienso…”Qué lindo sería ser hija única…”
A pesar de todo esto, en mi casa me va un poco mejor que en la escuela…
Empecé en el secundario el año pasado, pero siento que fue hoy. Todos mis  compañeros, parece que no me conocieran…a las chicas les parezco muy extraña porque mis pensamientos sobre temas como el racismo y el bulling es muy distinto al de ellas…Para ellas es normal reírse de otros chicos o tratar con un racismo insoportable a la gente que vemos por la calle.
Hoy tuvimos clases de informática. Carla (la chica más popular de mi aula…como dirían en las series de televisión) le subió el volumen al parlante de la computadora de Raúl, un chico que usa audífonos desde la primaria. Cuando abrió el archivo de música, se escuchó un estruendo tan fuerte que Raúl estuvo un buen rato con las manos sobre sus oídos y la cabeza entre sus piernas…hamacándose…como para calmar el dolor…y ellas lo filmaban y se reían a más no poder…
Me sentí tan impotente…traté de llegar a Raúl, pero las amigas de Carla me frenaron y me amenazaron…¡Ojo…vos tenés un hermanito chiquito no!...me quedé dura y con una bronca que me saltaba por los ojos.
Esa noche soñé…y en mi sueño reviví lo que había pasado en la escuela…pero era como que veía todo por un televisor…y que, a la vez, podía meter mi mano y cambiar todo lo que había pasado...¡Era genial!
“A Carla la llevé hasta lo más lejos del salón y no llegó a tocar el volumen del parlante, y cuando Raúl puso el archivo de música sonó tan bien que todos nos pusimos a cantar y bailar…hasta Carla se enganchó.”
Al otro día, me levanté con una sonrisa justiciera…pero que poco a poco se fue borrando porque recordé lo que realmente había pasado el día anterior…y el anterior…y el anterior….sentía que mi corazón poco a poco se iba opacando como el de muchos…¿Tan difícil era hacer algo?
Cuando llegué a la escuela me dediqué a observar…el patio se dividía en sectores muy pequeños y oscuros que rodeaban a un gran centro de una energía sombría pero fuerte a la vez. Los sectores pequeños los ocupaban las víctimas de Carla y su grupo (entre ellos yo); el centro maligno era la mismísima Carla y su grupo…un montón de risas huecas y vacías con ojos zigzagueantes y voces susurrantes…
Entonces recordé mi sueño…y pensé que quizá aparecía una gran mano invisible que suavemente iba empujando, animando, juntando a los sectores pequeños del patio. Y me vi haciéndolo. Entonces me di cuenta que yo era esa mano…y que no era invisible.
Todos los días, de a poco, aun soportando las injustas situaciones diarias, me acerqué, reuní, animé a los chicos y chicas a que armáramos un grupo de sueños compartidos…sueños que nos llevaran a volar más allá de las bromas pesadas, más allá de las imperfecciones, discapacidades, fealdades que Carla y su grupo veían en nosotros.
Y entonces nos reímos con ellos…y también nos hacíamos bromas porque esos hermosos sueños que compartíamos todos los días nos hicieron una coraza tan fuerte que los insultos resbalaban o se desarmaban como un meteorito en la atmósfera…Porque eran sueños con futuro…un futuro de amor, amistad, libertad donde todos teníamos las mismas oportunidades. La oportunidad de vivir la vida que soñamos y elegimos.

Escuela de Educación Primaria Nº 13 “ Independencia Nacional” - Concurso Literario “Llegó la hora de escribir un cuento” - Primera mención de honor: La vieja casona Por Nizael Lizarra

Había una vez un pueblo que se lo conocía como el pueblo de la vieja casona. Esta casona, se encontraba en medio de un bosque muy hermoso, lo único feo para los habitantes de allí, era el misterio que les daba “la vieja casona”.
Fue la primera en construirse en ese lugar y siempre estuvo rodeada por una cerca muy descuidada, al igual que la casona. Nunca nadie vio entrar o salir gente de allí, pero era un gran misterio.
Por las noches se encendían luces y por eso, los vecinos decían que en esa casona vivía un fantasma.  Esto daba un poco de miedo y curiosidad y a cada persona que o visitante que llegaba al pueblo, por costumbre se le decía “No se acerquen a la casona, allí habita un ser desconocido, un fantasma…”.
Un día a este pueblo llega Romeo, un chico de unos 13 años, por supuesto que lo primero que su familia escucha de los lugareños “¡Tengan cuidado con el fantasma de la vieja casona! Nada nuevo, lo que le decían a todo el mundo.
Romeo se sintió atraído por esa casona y entonces decide escaparse, sin permiso de sus padres, para entrar a esa vieja casona que tanta curiosidad le daba. A él le intrigaba saber si era verdad que los fantasmas existían.
Al entrar al lugar, todo era hermosura, un gran jardín lleno de flores  y pisar el pasto, mágicamente, entre los árboles, aparece un anciano que se llamaba Antonio. Este viejecito, quien al ver al joven se  sorprendió, le dijo:
¡Por fin alguien ha venido a visitarme!
Romeo, sin salir de su asombro le dice:
¿Tú vives aquí? ¿Por qué nadie sabe de ti? ¿Nunca has salido?
El anciano lo mira y dice que no con su cabeza.  Tranquilamente le cuenta:
¡No me hace falta salir de aquí niño! Acá tengo todo lo que necesito y me hace feliz, un bello jardín, mis flores y los más bellos recuerdos de mi juventud
 Romeo lo mira atento, no puede creer que el fantasma de la vieja casona sea un hombre tan bueno como Antonio.
Hoy es mi cumpleaños- dice el anciano-  y he preparado un pastel, me gustaría que te quedaras a compartirlo conmigo ya que hace tantos años que nadie me visita.
El niño acepta la invitación y le propone al anciano que sean amigos, así cuando lo deseen podrían hacerse compañía. Y de esta manera nace una hermosa amistad entre el Antonio y Romeo.
Es hora de irme Antonio- dice el joven- mis padres no saben dónde estoy. Pronto volveré a visitarte. El anciano muy contento lo despide con la mano. Romeo avanza hacia la vereda y cuando sube al cemento, se da cuenta que Antonio ha desaparecido… en ese momento nota que sólo lo ve cuando sus pies tocan el pasto del bello jardín…
El joven se queda pensando y se pregunta ¿existe el fantasma de la vieja casona?... quien sabe… es un secreto que deberá mantener. ¿Antonio es un ser imaginario? Tendrá que volver a pisar el jardín para averiguarlo.