sábado, 23 de febrero de 2019

EL SOLDADO MUDO Por Robert L. Stevenson

Cuando estaba el heno recién cosechado
andaba yo un día solo por el prado,
y allí un agujero en el suelo hallé
y en él un soldado de plomo enterré.

Brotaron mil flores en la primavera
y aquel escondite lo cubrió la yerba;
era un mar la yerba verde sin orillas
que a mí me llegaba hasta las rodillas.

Y bajo la yerba yacía el soldado
de casaca roja, con fusil armado,
Mirando con ojos de plomo a lo alto,
por el día al sol, de noche a los astros.

Cuando esté la yerba con el trigo en caña
y tras afilarlas pasen la guadaña,
cuando vuelva el prado a estar bien segado,
mi escondite entonces se habrá destapado.

Volveré a encontrar aquel agujero,
 y encontraré en él a mi granadero;
pero en cualquier caso, también, no lo dudo,
sé que encontraré un solado mudo.

Él habrá vivido, aunque a su manera,
en bosques de yerba en la primavera,
y habrá hecho, según su modo de ser,
lo que a mí me habría encantado hacer.

Ha podido ver horas estrelladas
y cómo brotaban flores enjoyadas;
y las maravillas que ha visto y recuerda
en las verdes selvas que forma la hierba.

Ha podido oír como un eremita
hablar a la abeja con la mariquita,
y ha visto volar a la mariposa
sobre ese agujero en el que aún reposa.

Ya sé que no piensa decir ni palabra,
es harto difícil que la boca abra.
Tendré que aceptarlo a él con su mutismo
y habré de inventarme su historia yo mismo.

Miradas Por Gerardo Barbieri

Son tus ojos, no lo dudes,
que titilan y esperan un signo de embeleso.

Es tu mirada que busca, entre espacios y letras,
encender desde un tablado el rechinar de la vida
-testigo el fuego de tu estirpe-.

—¿Por qué la indiferencia? —preguntaste.

Y sin aguardar respuesta evadiste una impostura tras otra
con la claridad de una memoria
que vuelve desde las cenizas
para negar el confín que nos rodea.

El gigante Por Ezequiel Feito

Acaricia, oh gigante, las altas nubes.
Lame sus inocentes vientres con tu seca lengua
y hazles cosquillas en su purísima blancura
hasta que escondan su risa
tras las estrellas.

Junta, oh gigante, toda la plata,
y llenos tu ojos con ella
ve hacia la que más te ama.
Tus huellas
desaparecerán de todos los caminos
de la tierra.

Tus pies de barro nada valen
y nada es más débil que tus piernas
que, convertidas en dos arroyos,
unen el cielo y la tierra.

Las aves amanecen junto a tus ojos
bendiciendo dulcemente tu cuerpo
mientras la aurora da un largo silbido
con tu frágil lengua.

Gigante dormido, cuando despiertes
la tierra cantará para ti un himno
que comprenderán todas las lenguas
mientras tu acaricias las altas nubes
y tu cuerpo se funde con las estrellas.

Te amaré a corazón abierto Por Esther Martinez Carne-España

Te amaré a corazón abierto,
en los silencios del alma
y en rincones sin sombras.
Mis labios acunarán tu nombre,
besando suavemente atardeceres,
serás mi fortaleza inquebrantable,
lazo sagrado en el crepúsculo
de mi vida donde cobijar sueños.

Portentos Por Gerardo Barbieri

Huele a hogar,
          a leña de ciprés ardiendo
          que impregna las cortinas del cuarto, la sala, el vestíbulo…

El resplandor pinta de rojo a la mujer
                                         quien aviva el fuego con su melodía
hasta que la mañana se filtra por los postigos
hacia sus ojos, a su talle,
y señala el límite de un encanto…

Otra vez el día.

La figura en el jardín agita sus manos,
                                       desde los rayos del sol
meciéndose, como al compás de la música que cesó,
en tanto oscilan pétalos de amapolas;
                                     las copas de los árboles…

Los brazos se extienden y otras siluetas se acurrucan entre las nubes
como niños
que buscan brillar                               y continuar su canto
                        lejos de las sombras.

“Llegó la hora de escribir un cuento” Primera mención especial del jurado: "El valiente rey Mario y su amigo el dragón" - Por: Daniel Alonso- Tomás Bello-Valentín Caro- Gonzalo Jodar- Sofía Montes de Oca- Rodrigo Rojas- Ian Soria

Había una vez un rey llamado Mario que vivía en un castillo en medio del bosque . el rey Mario vivía con la reina Mabel, la princesa Sofía, su marido y sus nietos.
Un día soleado se juntó con los amigos reyes de otros imperios en la torre  principal  del castillo a tomar mate con pan y chorizo. mientras charlaban entró un caballero y le contó que vio en el bosque un cazador con muchas armas que mató a un príncipe y capturó a la princesa.
El rey dijo entonces: "no voy a permitir que maten al príncipe en nuestro bosque y capturen a mi hija". la princesa estaba embarazada de su séptimo hijo.
el rey estaba triste y enojado. llamó al caballero y le pidió que creara un arma con hierro y metal y un regimiento de soldados para rescatar a la princesa Sofía.
El rey le dijo a los caballeros: "¡vayan a buscar a la princesa, urgente! ¡quiero que averigüen dónde la tienen encerrada!
Lo guardias rastrearon  todo el territorio y descubrieron que la princesa estaba en un castillo embrujado, el dueño era un vampiro. el castillo estaba ubicado lejos, en el medio del bosque impenetrable. el vampiro vivía con el famoso y peligroso dragón Rodrigo que tiraba fuego por la boca.
los guardias y el rey buscaron la forma de ingresar al castillo, la mejor manera fue ingresar como invitados a la fiesta de cumpleaños que organizó el vampiro,  como era de disfraces, no lo iban a reconocer.
Entre los invitados estaban el caballero malo, el cocodrilo de dientes afilados, el hombre araña, el troll mono y el troll martillo. mientras entraba  los invitados sonaba "rock nena".
la princesa estaba en la torre del castillo sola, triste y presa. de repente pudo ver por un telescopio o un dragón de los buenos comiendo en el lago de aguas verdosas y los llamó desde la ventana con un silbido "shiii  shiiii" para que vaya  a rescatarla de su prisión.
El dragón reconoció que la princesa era la hija de su amigo. el rey Mario fue a buscarlo para que lo ayude a rescatarla.
El dragón encontró al rey y le dijo vámonos de aquí (haciendo una seña con una de sus alas) el rey se subió al lomo del dragón y volaron hasta la torre.
El rey Mario le dijo: "tranquila mi princesa te voy a salvar". el dragón soltó un fuego poderoso para quema los barrotes de la ventana, luego las cadenas que tenía la princesa en las manos y en las piernas, las cortó el rey Mario con su espada. por fin la princesa Sofía estaba libre.
la princesa y el rey Mario, se subieron en el lomo del dragón y se fueron al castillo a festejar su libertad. el rey Mario retó al vampiro y lo mandó a la cárcel por 29 años. la princesa tuvo su séptimo hijo y lo llamó Mario en honor a su papá que la salvó.