Triste España sin ventura,
todos te deben llorar.
Despoblada de alegría,
para nunca en ti tornar.
Tormentos, penas, dolores,
te vinieron a poblar.
Sembrote Dios de placer
porque naciese pesar.
Hízote la más dichosa
para más te lastimar.
Tus victorias y triunfos
ya se hubieron de pagar.
Pues que tal pérdida pierdes,
dime en qué podrás ganar.
Pierdes la luz de tu gloria
y el gozo de tu gozar.
Pierdes toda tu esperanza,
no te queda qué esperar.
Pierdes Príncipe tan alto,
hijo de reyes sin par.
Llora, llora, pues perdiste
quien te había de ensalzar.
En su tierna juventud
te lo quiso Dios llevar.
Llevose todo tu bien,
dejose su desear,
porque mueras, porque penes,
sin dar fin a tu penar.
De tan penosa tristura
no te esperes consolar.
¡Bienvenidos! Este blog de literatura está abierto a todo tipo de lectores. Quienes lo hacemos no tenemos otra motivación que el de compartir la lectura de las obras de escritores de todos los tiempos, así como también las de aquellos que se inician y también merecen difusión.
sábado, 7 de octubre de 2017
El que rige y el regido Por Juan del Encina (1468-1529) del “Cancionero Musical de Palacio”
El que rige y el regido,
sin saber,
mal regidos pueden ser.
Mal rige quien no es prudente
porque todo va al revés
y el perfecto regir es
saber mandar sabiamente;
que el regido y el regente,
sin saber,
mal regidos pueden ser.
Donde falta discreción
no ay ninguna cosa buena;
lo que discreción ordena,
aquello da perfección;
mas los que regidos son,
sin saber,
mal regidos pueden ser.
Fin
El saber que Dios nos da,
aquél es saber perfecto
y aquél se llame discreto
que de tal saber sabrá;
y lo que regido va,
sin saber,
mal regido puede ser.
sin saber,
mal regidos pueden ser.
Mal rige quien no es prudente
porque todo va al revés
y el perfecto regir es
saber mandar sabiamente;
que el regido y el regente,
sin saber,
mal regidos pueden ser.
Donde falta discreción
no ay ninguna cosa buena;
lo que discreción ordena,
aquello da perfección;
mas los que regidos son,
sin saber,
mal regidos pueden ser.
Fin
El saber que Dios nos da,
aquél es saber perfecto
y aquél se llame discreto
que de tal saber sabrá;
y lo que regido va,
sin saber,
mal regido puede ser.
ELEGÍA Por Leopoldo De Luis
Con sus alas de plomo va la tarde;
pesa en la piel ceniza de los campos.
Difusamente cunde la penumbra,
vellón de sucia lana en el ocaso.
"Tú eras también de luz y de paisaje.
Se ha oscurecido el mundo entre tus manos.
Se ha detenido el tiempo, río sordo.
La luz ya es sólo sombra de tus párpados.
Se siente caminar lejanamente.
Alguien cruza en la sombra hacia el pasado.
Nada delante. Olvido. Dios en sueños
aún alienta en el alma su amor manso.
Se retorna al recuerdo cual las olas,
una vez y otra vez, con lento paso.
Duele el amor, duele la certidumbre
de saberse de amor y odio poblados.
¿Ves? Somos cual la encina, aquí en la sombra.
Honda raíz, enfurecidos brazos.
Ferviente savia oculta nos abrasa.
La libertad nos nace por el llanto.
Como la luz, aquí también morimos,
en el hermoso otoño del ocaso.
Un ascua fugitiva hacia la sombra.
El amor anochece en nuestros labios.
pesa en la piel ceniza de los campos.
Difusamente cunde la penumbra,
vellón de sucia lana en el ocaso.
"Tú eras también de luz y de paisaje.
Se ha oscurecido el mundo entre tus manos.
Se ha detenido el tiempo, río sordo.
La luz ya es sólo sombra de tus párpados.
Se siente caminar lejanamente.
Alguien cruza en la sombra hacia el pasado.
Nada delante. Olvido. Dios en sueños
aún alienta en el alma su amor manso.
Se retorna al recuerdo cual las olas,
una vez y otra vez, con lento paso.
Duele el amor, duele la certidumbre
de saberse de amor y odio poblados.
¿Ves? Somos cual la encina, aquí en la sombra.
Honda raíz, enfurecidos brazos.
Ferviente savia oculta nos abrasa.
La libertad nos nace por el llanto.
Como la luz, aquí también morimos,
en el hermoso otoño del ocaso.
Un ascua fugitiva hacia la sombra.
El amor anochece en nuestros labios.
Hoy comamos y bebamos Por Juan del Encina (1468-1529) del “Cancionero Musical de Palacio”Hoy comamos y bebamos Por Juan del Encina (1468-1529) del “Cancionero Musical de Palacio”
Hoy comamos y bebamos
Y cantemos y holguemos,
Que mañana ayunaremos.
Por honra de San Antruejo
Parémonos hoy bien anchos,
Embutamos estos panchos,
Recalquemos el pellejo.
Que costumbre es de concejo
que todos hoy nos hartemos,
que mañana ayunaremos.
Honremos a tan buen santo,
Porque en hambre nos acorra,
Comamos a calca porra,
Que mañana hay gran quebranto.
Comamos y bebamos tanto,
Hasta que nos reventemos,
Que mañana ayunaremos.
Y cantemos y holguemos,
Que mañana ayunaremos.
Por honra de San Antruejo
Parémonos hoy bien anchos,
Embutamos estos panchos,
Recalquemos el pellejo.
Que costumbre es de concejo
que todos hoy nos hartemos,
que mañana ayunaremos.
Honremos a tan buen santo,
Porque en hambre nos acorra,
Comamos a calca porra,
Que mañana hay gran quebranto.
Comamos y bebamos tanto,
Hasta que nos reventemos,
Que mañana ayunaremos.
¿Y tú? Por Rafael Serrano Ruiz
Un largo silencio.
Mi pluma descansa,
igual que la musa
que me tendió su mano.
El vaivén de las cosas,
la luz y las sombras
de lo que es la vida.
¿Ya todo esta dicho?
¿ya todo está en calma?
Lo que más cuenta,
lo que más importa…
¿Supe amar o tan sólo
fue un sueño,
una ilusión,
un deseo?
La pregunta me espera,
no tengo respuesta.
¿Y tú?
Mi pluma descansa,
igual que la musa
que me tendió su mano.
El vaivén de las cosas,
la luz y las sombras
de lo que es la vida.
¿Ya todo esta dicho?
¿ya todo está en calma?
Lo que más cuenta,
lo que más importa…
¿Supe amar o tan sólo
fue un sueño,
una ilusión,
un deseo?
La pregunta me espera,
no tengo respuesta.
¿Y tú?
Días independientes - Por Enrique Spinell
1.
Nadie sabe porque, pero el tiempo perdió su linealidad, se quebró, se plegó, se rehizo. El día de mañana es totalmente independiente del día de hoy. En este momento soy mecánico, tengo esposa y dos pibes, pero ayer fui 10 años más joven, gay y vendedor de electrodomésticos. El miércoles era un maduro soltero caravanero, dueño de una agencia de autos usados y el jueves maestra jardinera. Así, cada día es una sorpresa: absolutamente impredecible. La vida es irremediablemente cambiante. Si nos gusta, mañana será otra y si no nos gusta, también. No hay otra estrategia de vida posible que vivir ahora. El futuro ha sido roto, desmantelado por la fractura del tiempo. El ahorro, la previsión, los vínculos formales y todo aquello que requiere ayer y mañana perdió sentido. Mañana nuestra familia será otra. Nuestros amigos y enemigos se renuevan día a día. Hoy vivimos para el mañana de otro.
2.
Antes los días se parecían mucho entre si y los recuerdos crecían despacio. Ahora un día genera un montón de recuerdos que se acumulan como expedientes de ministerio. Se vuelven pesados y me acosan queriendo aparecer hoy. No hay lugar para tantos recuerdos. Cuando mi día es triste o aburrido, entran más. Hay días enteros que apenas sirven para recordar. Soporto mejor esta oficina recordando que fui bombero, carpintero y actor. Soporto mejor esta angustia recordando que fui feliz. Soporto mejor esta muerte recordando que estuve en un vientre cálido.
3.
Cuando el día no pinta bien, me escondo a recordar. Tengo muchos recuerdos para recurrir. En algunas vidas me cuesta más encontrar un escondite, pero ese es mi único objetivo de vida continuo e invariante: esconderme y recordar. Llevo meses así, escondido día tras día, negándome a las vidas y a los otros.
4.
Hoy soy abogado, casado, tres pibes, una amante, y vivo en un chalecito. Me resultó fácil encontrar un escondite en un entretecho y desde temprano estaba aquí recordando hasta que se abrió la puertecita y entró una mujer.-¿Qué hacés acá?
-Nada, sólo vengo a recordar. Haceme un lugarcito que recuerdo sin joder. Esto da para muchos recordadores.
Durante horas recordamos en silencio. Abro los ojos y la observo. Observo cómo cambia su cara, como se le dibujan sonrisas, le explotan carcajadas, como se toca. No me cuesta imaginar sus recuerdos completando el esqueleto de sus gestos. Esta mina fue feliz. Yo fui feliz. Fui más feliz viviendo vidas que reciclando recuerdos, pero sigo recordando. No se porque nunca quiero estar donde estoy, como en esa vida que me la pasé buscando salvación en los chats de mi celular.
5.
A la tardecita, nuestros ojos abiertos coincidieron. Hablamos de nuestros recuerdos, nos contamos muchos de nuestros días y nos sorprendió encontrar que coincidimos en uno; que en una de estas vidas de un día estuvimos juntos. Ese día es hoy y acordamos vivirlo.
Nadie sabe porque, pero el tiempo perdió su linealidad, se quebró, se plegó, se rehizo. El día de mañana es totalmente independiente del día de hoy. En este momento soy mecánico, tengo esposa y dos pibes, pero ayer fui 10 años más joven, gay y vendedor de electrodomésticos. El miércoles era un maduro soltero caravanero, dueño de una agencia de autos usados y el jueves maestra jardinera. Así, cada día es una sorpresa: absolutamente impredecible. La vida es irremediablemente cambiante. Si nos gusta, mañana será otra y si no nos gusta, también. No hay otra estrategia de vida posible que vivir ahora. El futuro ha sido roto, desmantelado por la fractura del tiempo. El ahorro, la previsión, los vínculos formales y todo aquello que requiere ayer y mañana perdió sentido. Mañana nuestra familia será otra. Nuestros amigos y enemigos se renuevan día a día. Hoy vivimos para el mañana de otro.
2.
Antes los días se parecían mucho entre si y los recuerdos crecían despacio. Ahora un día genera un montón de recuerdos que se acumulan como expedientes de ministerio. Se vuelven pesados y me acosan queriendo aparecer hoy. No hay lugar para tantos recuerdos. Cuando mi día es triste o aburrido, entran más. Hay días enteros que apenas sirven para recordar. Soporto mejor esta oficina recordando que fui bombero, carpintero y actor. Soporto mejor esta angustia recordando que fui feliz. Soporto mejor esta muerte recordando que estuve en un vientre cálido.
3.
Cuando el día no pinta bien, me escondo a recordar. Tengo muchos recuerdos para recurrir. En algunas vidas me cuesta más encontrar un escondite, pero ese es mi único objetivo de vida continuo e invariante: esconderme y recordar. Llevo meses así, escondido día tras día, negándome a las vidas y a los otros.
4.
Hoy soy abogado, casado, tres pibes, una amante, y vivo en un chalecito. Me resultó fácil encontrar un escondite en un entretecho y desde temprano estaba aquí recordando hasta que se abrió la puertecita y entró una mujer.-¿Qué hacés acá?
-Nada, sólo vengo a recordar. Haceme un lugarcito que recuerdo sin joder. Esto da para muchos recordadores.
Durante horas recordamos en silencio. Abro los ojos y la observo. Observo cómo cambia su cara, como se le dibujan sonrisas, le explotan carcajadas, como se toca. No me cuesta imaginar sus recuerdos completando el esqueleto de sus gestos. Esta mina fue feliz. Yo fui feliz. Fui más feliz viviendo vidas que reciclando recuerdos, pero sigo recordando. No se porque nunca quiero estar donde estoy, como en esa vida que me la pasé buscando salvación en los chats de mi celular.
5.
A la tardecita, nuestros ojos abiertos coincidieron. Hablamos de nuestros recuerdos, nos contamos muchos de nuestros días y nos sorprendió encontrar que coincidimos en uno; que en una de estas vidas de un día estuvimos juntos. Ese día es hoy y acordamos vivirlo.
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