sábado, 7 de julio de 2018

A Jesu-Cristo Por Nicolás Guillén

La rosa del amor y del consuelo
floreció, esplendorosa, entre tu mano
y a tu acento, el dios rudo del pagano
cubrió sus desnudeces con un velo.
                                                         
De la existencia en el mortal desvelo
fuiste un rayo de luz sobre lo humano
y en el lodo podrido del pantano
tu piedad derramó flores del cielo.

Alumbró tu pupila santa y buena
la noche del dolor y de la pena;
secaste llantos, disipaste dudas,

bajaste de la vida a lo profundo
¡y al fin hallaste la maldad del mundo
en el rastrero corazón de Judas!

Soneto de la Encarnación Por Francisco Luis Bernárdez

Para que el alma viva en armonía,
con la materia consuetudinaria
y, pagando la deuda originaria,
la noche humana se convierta en día;

para que a la pobreza tuya y mía
suceda una riqueza extraordinaria
y para que la muerte necesaria
se vuelva sempiterna lozanía,

lo que no tiene iniciación empieza,
lo que no tiene espacio se limita,
el día se transforma en noche oscura,

se convierte en pobreza la riqueza,
el modelo de todo nos imita,
el Creador se vuelve criatura.

Si tu me dices "¡ven!" Por Amado Nervo

Si tú me dices "¡ven!", lo dejo todo...
No volveré siquiera la mirada
para mirar a la mujer amada...
Pero dímelo fuerte, de tal modo

que tu voz, como toque de llamada,
vibre hasta el más íntimo recodo
del ser, levante el alma de su lodo
y hiera el corazón como una espada.

Si tú me dices "¡ven!", todo lo dejo.
Llegaré a tu santuario casi viejo,
y al fulgor de la luz crepuscular;

mas he de compensarte mi retardo,
difundiéndome ¡Oh Cristo! ¡como un nardo
de perfume sutil, ante tu altar!

Cuando me llames... Por Gonzalo Báez Camargo

Concédeme, Señor, cuando me llames,
que la obra esté hecha:
la obra que es Tu obra
y que me diste que yo hiciera.
Pero también Señor, cuando me llames,
concédeme que todavía tenga
firme el pulso, la vista despejada
y puesta aún la mano en la mancera.
¡Yo sé bien que cuando al cabo falte
mi mano aquí, tu sabia Providencia
otras manos dará para que siga
sin detenerse nunca nuestra siembra!

Hay un lugar do quiero estar Por Vicente Mendoza

Hay un lugar do quiero estar
muy cerca de mi Redentor;
allí podré yo descansar
al fiel amparo de su amor.

Muy cerca de mi Redentor
seguro asilo encontraré;
me guardará del tentador
y allí ya nada temeré.

Quitarme el mundo no podrá
la paz que halló mi corazón:
Jesús amante me dará
la más segura protección.

Ni dudas ni temor tendré
estando cerca de Jesús;
cercado siempre me veré
de los fulgores de su luz.

Revelación Por Juan Burghi

Quien vio tus ojos una vez, ¡Oh Cristo!
Puede decir que ha visto
La luz de un alba                 
Que toda noche salva.

Quien haya contemplado
La llaga que arde en tu costado,
Difícilmente podrá alzar la mano
Contra el hermano.

Y quien recuerde lo que tú dijiste,
Ya nunca más estará solo y triste,
Y habrá paz y alegría,
Y poseerá la Gran Sabiduría....

La comunión de los vivos Por María Elena Walsh

III

Mis lágrimas amaron la madera,
tu confortante olor a cruz, Dios mío.
Alguien y yo somos un mismo río
corriendo hacia tu sed que nos espera.

Mis huesos veneraron el rocío,
tu misericordiosa primavera.
Alguien y yo somos la misma cera
que Tú desciendes a librar del frío.

Alguien es condición de mi amargura,
sustancia de mi júbilo. Reparte
así la compasión que de Ti fluye.

Y yo te amo en esa criatura
ignorada, que sólo por amarte
sirve a mi soledad y la destruye.

Soneto Por Carlos Pellicer

Nada hay aquí, la tumba está vacía.
La muerte vive. Es. Toma el espejo
y mírala en el fondo, en el reflejo
con que en tus ojos claramente espía.

Ella es misteriosa garantía
de todo lo que nace. Nada es viejo
ni joven para Ella. En su cortejo
pasa un aire frugal de simetría.

Cuéntale la ilusión de que tú ignoras
dónde está, y en los años que incorporas
junto a su paso escucharás el tuyo.

Alza los ojos a los cielos, siente
lo que hay de Dios en ti, cuál es lo suyo,
y empezarás a ser, eternamente.

México, 8 de septiembre de 1950

CALIGRAMAS EN HOMENAJE A LAS MALVINAS

Caligrama 7: Daiana Maureira, Melina y Mercedes Ottaviano, Martinica Ali





Huella del Pie: Desamparo - tristeza - soledad - tragedia

Cada paso que doy
es un frío en mi interior
que me trae recuerdos
de una guerra que pasó
Bum… te encuentro
Bum… Te perdí
Cada paso es un suspiro
cada paso una muerte
cada paso el recuerdo
de no volver a verte.

Balas:


“Todos frente al peligro

sobreviviendo
tristes y errantes hombres
sobreviviendo”
“Hoy que quiero vivir
apenas puedo”
Hoy que quiero vivir
apenas puedo.