domingo, 28 de diciembre de 2014

Poema - Por Mayte Sánchez Sempere

A cada una de esas mujeres que solo descansarán
el día que entierren a sus maridos,
y que, por desgracia, son todavía muchas,
demasiadas.


Se te pierde de pronto
la pupila
en el llanto del hijo
que aún hoy
no entiende las maletas
llenas de él, posadas en la puerta,
cargadas del veneno
que nunca le escupiste,
todas sus cosas
de nuevo
en tu armario
porque el niño lloraba
y tú,
madre,
esposa,
preferiste tu llanto
al de tu hijo

y te tragaste treinta años de cristales.

Poema Por Mayte Sánchez Sempere

A día de hoy me alegra
poderte anunciar que sigo viva,
que las diarias muertes
encharcadas
en el fracaso en que nos desangramos
no me tocaron
más allá del borde de los tuétanos,
mi calavera
se arrancó esos ojos que no pestañeaban
quemados de mirar al horizonte
por si volvías
triunfante
de tu guerra,
mis dedos se amputaron las falanges
cuyas uñas
roídas
desgastadas
trataban de arañarle
un segundo más a cada beso,
jugué al olvido taponando orificios
bloqueando la salida a los recuerdos
y la entrada al aire, la luz, lo que todo lo oxida,
me mantuve en conserva
cerrada al vacío
y así
mordida por insectos de amor con ocho patas
creí amarte como te merecías...

A día de hoy me alegra
poderte anunciar que sigo viva
y que, por fin,
te amo como merecen
tu gran mentira y tu miedo a mirarla.

Un beso Por María Itza

Un beso es como un sueño...una condena
dulce y amarga cuando yo lo espero
puedo sentir su calidez mojada
abrirse boca adentro
pero más sueño con la boca mía que recorre en silencio
como si dibujara su contorno la boca que yo pienso...
no quieras ni siquiera saber lo que se puede
soñar en el silencio de ese beso...resbala por mi rostro con mi lágrima
porque me has descubierto
No pidas que me calle...guardaré mi secreto
si sueñas con mi boca dulce, tierna
que apenas insinúa lo que quiero..

Valle de la luna (Ischigualasto) Por Ana María Broglio

El lenguaje del viento entre las grietas
menoscaba el silencio, le da forma,
murmura como el río y se uniforma
de madrugado rojo, piedras quietas.

Capricho de la tierra los violetas
con que se asoma el día y te transforma,
la luz vibra siguiendo simple norma
hasta alumbrar tus zonas más secretas.

Sin embargo tu nombre lleva impresa
la singular belleza de la luna,
blanco y negro, misterio de la noche,

que en áridos repliegues se confiesa.
Conjuro que del páramo hace cuna
engalanando el yermo como un broche.