A día de hoy me alegra
poderte anunciar que sigo viva,
que las diarias muertes
encharcadas
en el fracaso en que nos desangramos
no me tocaron
más allá del borde de los tuétanos,
mi calavera
se arrancó esos ojos que no pestañeaban
quemados de mirar al horizonte
por si volvías
triunfante
de tu guerra,
mis dedos se amputaron las falanges
cuyas uñas
roídas
desgastadas
trataban de arañarle
un segundo más a cada beso,
jugué al olvido taponando orificios
bloqueando la salida a los recuerdos
y la entrada al aire, la luz, lo que todo lo oxida,
me mantuve en conserva
cerrada al vacío
y así
mordida por insectos de amor con ocho patas
creí amarte como te merecías...
A día de hoy me alegra
poderte anunciar que sigo viva
y que, por fin,
te amo como merecen
tu gran mentira y tu miedo a mirarla.
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