sábado, 26 de agosto de 2017

TENEMOS QUE UNIRNOS Siglo 20, problemático y febril Por Juan Parrotti (Extraído de la revista “Hortensia” de marzo de 1985

Buena la intención esa de que todos los argentinos nos unamos, abandonando rencores, enconos y toda clase de diferencias. Los estadistas más lúcidos han tratado siempre de unir a los habitantes del país que gobernaban. Oigo estadistas y estoy diciendo hombres de Estado, no digo políticos porque, generalmente, devienen en deplorables punteros de seccional. El infierno ha sido empedrado por los bien intencionados: suele contarse de aquel señor que, con la mejor buena intención transformó la empresa en cooperativa. Al día siguiente, nadie fue a trabajar porque todos eran patrones.
Trato de dispensarme y vuelvo a la intención de unirnos. Entonces me pregunto con quién debo iniciar la unidad. Con los vecinos que son buenas personas, viven de su trabajo y tienen grandes y hermosos planes para sus hijos. Hasta ahí estoy absolutamente de acuerdo. Trabajar con esa gente hasta puede llegar a mejorarme y quizá podamos hacer muchas cosas importantes, hombro a hombro.
¿O debo intentar la unidad con el dueño del supermercado que, dado que los clientes se atienden solos, ocupa sus empleados en la remarcación de precios, acaso para que no estén ociosos?
¿Con el pequeño ahorrista que intentando cubrirse de la inflación, la devaluación o las corridas de precios, pone sus pocos pesos en el circuito financiero? De acuerdo, unirse con un hombre con sentido de la previsión puede llegar a contagiarme y transformarme en un tipo más o menos sensato en el manejo del dinero.
Sin embargo, cuando nos conminan a unirnos y la conminación aclara que debe ser con todos los argentinos, caigo en un profundo pozo de dudas.
Y hay argentinos muy traviesos que consiguen un estupendo crédito para reactivar su empresa, invierten doce pesos argentinos en ella y el resto lo ponen en la patria. . . financiera. Con esos también debo unirme, en el caso, poco probable de que me acepten?
Cuarenta años atrás, Eduardo Mallea había descubierto que existían dos Argentinas: la visible y la invisible. La visible es la que tiene el poder. Digo poder y no digo gobierno, que es otra cosa.
Y la invisible la que forman las legiones de trabajadores que, acaso no sepan definir lo que es Patria, pero que la están construyendo todos los días de su vida.
Me parece que hacer una mezcla de esas dos Argentinas es algo peligroso, algo muy erizado de riesgos: focalizada la Situación desde una óptica optimista, podríamos pensar en la posibilidad de que la Argentina invisible contagiara a la Argentina visible, pero acontece que las posibilidades son parejas, y como anclamos de malas, quizás el contagio sea el no deseado.
Una mezcla parecida fue rechazada por Bernard Shaw. La hermosa vedette le había ofrecido unirse para engendrar un hijo que poseyera su belleza y el talento del dramaturgo.
El hombre lo pensó y en la medida en que lo iba pensando crecía su espanto. Finalmente le respondió: existe la posibilidad siniestra de que nuestro hijo herede mi belleza y su talento. Murió soltero, solitario.
Solitario, como andan muchos hombres que pertenecen a la Argentina invisible porque temen a las siniestras posibilidades. Todo esto para decir que eso de la unidad nacional es algo que debe especificarse con mucha claridad, como para que puedan entenderla los tipos como yo. De todos modos, insisto, la intención es buena, un poco ingenua, si usted quiere, pero nadie ha dicho que los ingenuos sean malos.

LA AUTOPSIA DE CRESO Por Leopoldo Marechal - Última Entrega

52.- Pero el marxismo trae a la vez un “sistema económico” de justicia en la distribución. Y es lo único de la doctrina que le duele a Creso, aunque para combatir a Marx, el Hombrecito Económico suele decir hipócritamente qué lo hace en defensa de la civilización occidental y “cristiana”, de la misma que traicionó él en sus esencias, vale decir en los principios del Evangelio. Ahora bien, la doctrina marxista, desde su aparición, se ha concretado en realizaciones “mínimas” y en realizaciones “máximas”: las primeras merced a una legislación socialista o socializante, pretenden “frenar” a Creso en sus desbordes, bien que sin eliminarlo de la función económica; las realizaciones “máximas”, aplicando el dogma en todo su rigor, “suprimen” totalmente a Creso del organismo social. Unas y otras producen un “avance del Estado” sobre la organización humana o un estatismo económico al que la prensa de Creso y sus redactores anatematizan como “dictatorial”. Velazco amigo, yo, que nunca me asusté de las palabras, no veo mal ninguno en que un Estado, celoso de la justicia distributiva, ejerza, por necesidad, funciones “supletorias” de las que se negó a cumplir el Hombrecito Económico en su apostasía social.

53.- Según lo he demostrado, el marxismo, que se anunció como un “amanecer”, perfecciona y cierra la noche de Creso, aunque proponga un sistema distributivo de la riqueza que tampoco es original, ya que las primeras organizaciones cristianas “poseían en común todas las cosas” (Hechos de los Apóstoles, II, 44). Nos faltaría, pues , amigo Velazco, pronosticar la evolución futura de los problemas que suscitó y agudizó Creso durante su tiranía. Para lo cual nos basaremos en los tres datos que siguen: 1º) se da en las masas (y en el orden mundial) una “conciencia” de sus derechos a la vida, cada vez más clara y más perentoria. 2º) se une a esa conciencia una identificación muy precisa de los “factores responsables” que actúan con signo negativo en la organización social; y 3º) las estadísticas aseguran que a fin de siglo la población mundial se habrá duplicado vale decir que 3.000 millones más de hombres reclamarán su derecho a la existencia (o su “deber”, que será más drástico).

54.- Claro está que la magnitud de los problemas exigirá entonces la organización de Estados realistas cuya naturaleza implique: a) o la participación de un Creso “regenerado”, vale decir concientemente restituido a su virtud original, pero con riendas estatales que lo controlen; porque, librado a sí mismo, Creso puede volver a sus antiguas iniquidades, b) o la constitución mundial de Estados marxistas parecidos a los que ya tenemos, lo que significaría el triunfo universal del dogma, hipótesis nada segura, dado el carácter endeble y “mutilante del hombre” que presenta la doctrina c) o la adopción de la doctrina en su mero sistema productivo y distributivo de la riqueza, el cual, sobre la base de cualquier tradición religiosa o metafísica, bien puede florecer en comunismo cristianos, musulmanes, hindúes y chinos. Abona esta última posibilidad el hecho de que las cuatro clases sociales, al responder a cuatro funciones necesarias y a cuatro naturalezas de individuos, no dejan de manifestarse ni aun en los Estados comunistas de hoy. Sabemos que Tiresias, el hombre sacerdotal, existe y obra en ellos, aunque, merced al ateismo de la doctrina, lo haga en el “subsuelo” donde lo espiritual se refugia (ya lo dije) cuando el clima exterior se le hace adverso. Ayax al soldado integra los ejércitos rojos, en defensa y `expansión de la doctrina. También Creso aparece, muy bien disfrazado, en los directores oficiales de empresas comunistas y en sus Jefes de producción. En cuanto a Gutiérrez, está, como de costumbre, al servicio de todos, y como ayer, sin comerla ni beberla: su “dictadura” (la del proletariado) no salió de una mera enunciación “abstracta”, ya que, según era previsible, otras clases ejercen su “tutoría” y gobiernan por él.

55.- Para reconstruir el orden bastaría con que las tres clases primeras, corrigiendo sus “vicios” y recobrando sus “virtudes” actuaran otra vez en armonía y jerarquía. Parece fácil ¿no es verdad?, sobre todo cuando nos decimos que para ello bastaría con eliminar del orbe y en cada uno de nosotros la “mentalidad de Creso”, esa triste ponzoña degradante o ese pequeño demonio sin gracia que se deslizó en el mundo y que lo estrangula. ¿No es verdad que parece fácil? Un movimiento de reacción a “retropropulsión” (están de actualidad) a operarse no en el espacio físico, sino en el tiempo histórico, nos llevaría de nuevo al equilibrio, y por consiguiente al orden. Amigo Velazco, usted es un “vate”, como yo: ¿Nos atreveríamos a “vaticinar”? No lo hagamos. Porque las reacciones y “enderezamientos” de la historia vienen ordenados, más que por el hombre, por el adorable y a veces incomprensible Autor de la historia. Colaboremos, a tientas con el Autor. Y digamos en las buenas y en las malas: “Ut in omnibus glorificetur Deus”. Así concluye mi Autopsia de Creso: perdóneme usted el abuso de comillas y bastardillas que habrá notado y que responden a mi jamás tranquilo celo didáctico.”


Fin de “La Autopsia de Creso”

sábado, 19 de agosto de 2017

PRIMAVERA Por Leopoldo de Luis

Volver, siempre volver a los caminos
que ya corrimos antes.
Vivir es caminar con diferentes
pasos por sendas siempre iguales.
¿Dónde los días que se fueron? Pasan
los días sobre rostros y lugares
y el dolor va marcando solamente
las distintas edades.

Ahora te tengo, hijo, frente al claro
milagro del paisaje.
Mira: la Primavera, dulcemente
se cierne, como un ave
por el delgado cielo, sobre el ancho
corazón de los campos, alegrándoles
con el amor azul de su tibieza.
La flor es niña y es la tierra madre.
¡Cuántas veces anduve este camino
hacia un Abril radiante!
Cuántos hombres lejanos, olvidados,
cuyo dolor de sombra se hace lastre
sobre los hombros míos,
antes de ser yo tierra viva por él pasaron.
¿Sabes
tú, hijo, qué es la Primavera?

Tú eres la Primavera de mi sangre.
Por las sendas de Abril adolescente
como ahora abrazándote
-abril de mi alegría- iré en tus pasos
hecho recuerdo en caminar constante...
Hoy es la primavera, hijo.
El sol, rosa de sangre,
sobre el inmóvil río del ocaso
dobla la dulce rama de la tarde.

CANSANCIO Por Leopoldo de Luis

De la tierra me sube este cansancio,
esta fatiga de caminos.
La tierra es vieja, el hombre es viejo y lleva
caminando ya muchos siglos.
La vida es sólo una angustiosa marcha,
la tierra no tiene cobijo.
El hombre pasa y pasa. Por los campos
se suceden el hielo y el lirio.
El hombre pasa. El sol de agosto encierra
su oro en las torres de los trigos.
El hombre pasa. Oro y ceniza. Otoño
el corazón vuelve sombrío.
El hombre pasa. Gélidos rebaños
pastan en prados decembrinos.
El hombre pasa siempre. El tiempo pesa
sobre el paisaje mudo y frío.

Esta fatiga sube de la tierra,
este cansancio de caminos.

Sobre mi espalda pasan los senderos
que se recorren desde siglos.
Mis pies arrastran otros densos cuerpos
Que lastran este cuerpo mío.
Vivir es caminar siempre de sombras
cargado hacia un fatal destino.
Este cansancio que ahora siento, acaso
sea un cansancio muy antiguo.

En el principio de la vida era
un hombre al borde de un camino

Te encontraré en el ocaso Por Jorge Amado Serrano-Suardi

Te encontré en el ocaso, de mi día soñado,
claudicando aquel orgullo, que te alejo de mi lado,
desesperado por decirme, que aun me sigues amando,
y si eres digno del perdón, del perdón de enamorado.
Te encontré en el ocaso, como quien se encuentra…un regalo.

¡¡YO QUIERO MAS ELECCIONES!! Por Luis Beresovsky (Extraído de la revista “Hortensia” de octubre de 1987)

¡Qué lástima que pasaron las elecciones! No me digan que no. "Córdoba va, por el camino seguro", "Saltemos el charco. Sí, cambiemos, un buen gobierno", "Democracia con desarrollo, es posible, Fulano sabe", "Vamos a andar", "Córdoba cambia, sí usted cambia", "Vote por usted", "Democracia participativa, humanizada, limpia,,,". Vamos a hacer esto, vamos a hacer lo otro...
Todo cantado, bailado, alegre, fresco, jacarandoso. ¿Y ahora? ¿Qué pasó? Vuelve ía inflación, los paros, el costo del boleto, los planteos militares y policiales, la deuda externa, las tarifas, el bajo presupuesto universitario, el plus... ¡BASTA! ¿No pueden volver las elecciones? Era todo tan lindo. Cuántas cosas nos prometían, cuántas cosas íbamos a hacer. Todo era alegría. Jingles, sonrisas, cantos, amabilidades. Ahora los mismos que antes; sonreían y eran amables, contestan mal, están serios, no hacen declaraciones, los que iban a estar toda la vida juntos, se separan. ¿Qué pasó? Fue un; espejismo, una ilusión, una fantasía. No, No puede ser. Si fue un sueño, quiero dormirme de nuevo. Sí fue mentira, quiero que me sigan mintiendo, en una de ésas, de tanto decirlo nos convencemos y lo hacemos de verdad. Los que decíamos que el pueblo nunca se equívoca, que es la máxima expresión de soberanía, que debe participar activamente, ahora decimos: "¿Y qué querés con estos negros de m..?, se los engaña con palabras, les tiras un hueso y se dan vuelta...". Volvamos atrás. Yo quiero que todo siga como antes del 6 de setiembre, yo me lo creí, por qué no lo iba a creer. Si los que me lo decían tenían caras de honestos, si eran respetables profesionales, trabajadores, empresarios, en fin, conciudadanos míos. Por qué no les iba a creer. Lo decían tan convencidos. Por eso por favor: más elecciones... o por lo menos otra campaña electoral...

EL CAÑAVERAL - Por Leopoldo de Luis

EL viento, músico de Octubre
pasa por los cañales amarillos,
los humaniza dolorosamente
arrancándoles débiles gemidos.

El viento, músico de Octubre,
de la ladera azul amigo,
entre las cañas, dulces flautas
para sonar cerca del río.

El viento pasa dolorosamente.
La caña se hace triste caramillo
Soy como esos cañales.
                                  Como cañas,
mis huesos junto al río
oscuro de mi sangre.
                                 El viento triste
que viene de las cumbres del olvido
pasa y arranca, hecho canciones,
un dolor muy antiguo.

POEMA PARA OCTUBRE Por Leopoldo de Luis

La tarde es una rosa vagamente
en la rama desnuda del ocaso.
Una rosa ceniza, como un frío
beso crecido en unos muertos labios.

Leve sombra desliza
su palidez de hielo entre mis manos.
Las pupilas alargan sus miradas
como cautivos pájaros.

Octubre otra vez fruto
de este paisaje, este árbol
donde día tras día oscuramente
mi pobre corazón se va quedando.

Vivir es reencontrarse
en todo lo lejano,
ser otra vez aliento en el paisaje
que fue otra vez soñado.

Vivir es ser corteza de este roble
que en hielo y sol el tiempo va quemando.
El mar de la memoria
se enciende, se ilumina, y a su amparo
el corazón revive,
remoza primaveras, sollozando.

La tarde es una rosa vagamente
en la rama desnuda del ocaso.

A la piadosa luz de octubre vuelvo
y entre la tibia cuenca de mis manos
como un niño dormido
mi corazón levanto.

Vivir es retornar a cada Octubre
para sentirse el corazón dorado.

La tarde es una rosa vagamente
ceniza.

Octubre es fruto
otra vez en el árbol.

El gato Por Ángeles Asensio

Hay una acera que cruza
de lado a lado tu calle,
y en la acera hay una casa
con un ventanal muy grande,
el ventanal tiene un gato
mirando tras los cristales
en una sala de espera…
¡donde ya no espera nadie!,
y cada día que paso
por la acera de tu calle,
siento una pena que añora
el dulzor de tu lenguaje,
con sabor a tantos besos
¡que no puedo acostumbrarme
al ver que pasan los días
y yo cruzando tu calle,
mirando por si me miras
y tú, sin querer mirarme!
El gato de porcelana
que le regalé a tu madre,
es el único que mira
inmóvil tras los cristales.

sábado, 12 de agosto de 2017

LA AUTOPSIA DE CRESO Por Leopoldo Marechal 6° Entrega

43.- Velazco amigo, entremos por fin en el Arte y en los artistas: es un tema que nos duele, ¿verdad? ¡En cuántas oportunidades, asomados a la ventana única de nuestra torre (marfileña o no), hemos escupido amargamente sobre la humanidad exterior que nos desconocía! ¡Y en cuántas otras hemos maldecido al propio Creso, ignorando hasta qué punto la “mentalidad” venenosa del Hombrecito Económico se había entronizado en nosotros mismos, como en el filósofo y el hombre de ciencia, como en el resto de aquella humanidad que insultábamos desde nuestra ventana! ¿Qué le había sucedido al Arte bajo Creso el burgués? En rigor de verdad, según dije, y antes de Creso, el Artista nunca fue un ente aislado que practicaba solitariamente un “arte por el arte” mismo. Tradicionalmente (quiero decir en toda sociedad completa y jerarquizada) el artífice practicó el “arte sacerdotal” de Tiresias o el “arte real” de Ayax, o los dos a la vez. ¡En un apunte anterior de mi “Cuaderno de Bitácora” ya dije cómo, al servicio de ambas artes, el artífice no menoscaba su libertad específica de “crear bellas formas”, aunque bajo la inspiración de Tiresias o de Ayax esas formas bellas en si, fuesen a la vez el “soporte” de verdades metafísicas o heroicas. Por lo contrario, el artífice tradicional, sin dejar de cumplir la razón específica de su arte (la de crear bellas formas), lograba también enriquecerlas con un añadido que las redimía de su evidente aunque hermosa “literalidad”.

44.- Pero, ¿qué haría el artífice bajo la férula del Hombrecito Económico, es decir bajo las condiciones asfixiantes que la mentalidad de Creso había universalizado? Ya dije que a Creso nunca le interesó el Arte. Si, en analogía con Tiresias y Ayax, el dictador Creso hubiera tenido su arte “particular”, habría sido un “arte económico” tendiente a glorificar la excelencia de sus artículos manufacturados, o en el terreno lírico a traducir las emociones que la posesión o usufructo de tales artículos provocan en un alma sensible. Amigo Velazco, ¿se ríe usted? No lo haga: últimamente, los jinglers de la radio y la televisión están poniendo la música, la poesía y el dibujo al servicio de tan conmovedores fines; y no se lanza hoy al mercado un laxante o una batidora eléctrica sin su dibujo, su letrilla y su música.

45.- Naturalmente, llamado a crear bellas formas el artífice no pudo entrar en tan bajo ministerio. Y, sin una “función social” determinada, se atrincheró en su torre famosa y se dedicó al “arte por el arte”, inventado por él en la tentativa heroica de salvar, frente al orbe de Creso, su insobornable vocación de la hermosura. Claro está que, falto de estímulos exteriores, el artífice lo hizo con su propia sustancia y merced a una suerte de “respiración artificial”, creador solitario en su torre sola, que sólo ejercitaba el arte para sí mismo y para una élite de “torreros” en minoría y tan asfixiados como él. Así el Arte, bajo Creso, fue reduciéndose a una secta “iniciática” y a una operación de catacumba. Me atreveré a decir que todo ello habría sido “normal”, si el artífice, bien que metido en su caverna, hubiese conservado la inspiración metafísica de Tiresias y la inspiración heroica de Ayax. Y dije que habría sido “normal”, porque, aún históricamente, las cosas del espíritu se recatan y entierran cuando el clima exterior no les es favorable, para volver a germinar luego cuando ese clima vuelve a su equilibrio y les da otra primavera.

46.- Por desgracia, absorbido también por la mentalidad de Creso, el artífice olvidó sus mejores posibilidades con las fuentes antiguas de su inspiración. Y a semejanza del filósofo, se dio a construir estéticas individualistas (recuerde usted la nómina inacabable de los ismos), cuya evolución trataré de sintetizar ahora. 1°) Sin la inspiración de Tiresias ni la de Ayax, el arte perdió su esencia metafísica y heroica, para circunscribirse a cierta “subjetividad” que excluyó los valores “universales” en favor de los tonos “individuales”, fue una etapa de líricos todavía “humanizados”. 2°) El arte, desechando la pasión y la sentimentalidad humanas, se deshumaniza, y se da entonces a un simple juego de formas y técnicas aun con posibilidad de hermosura, ya que la belleza está en el esplendor de la forma: es un proceso del arte en “deshumanización”. 3º) Dado a ese juego, acaba el arte por descuidar las formas, para concentrar su atención en las “materias” y sus tratamientos, que siempre habían sido “medios” y no “fines” del arte, y que lo lanzan a un proceso de “materialización”. 4º) El tratamiento de sus materias conduce al arte a una renuncia total de las formas ”concretas” y sus valores inteligibles: es una etapa de “abstracción” que reduce las obras del arte al “invento” simple y llano de nuevas combinaciones masivas, ya se trate de volúmenes o de colores o de sonidos. 5º) Lógicamente, habiendo eliminado todo lo anterior, el arte concluiría por intentar la eliminación del propio artífice; y es lo que ahora busca, en un afán de sustituir la actividad inteligente del artista por el trabajo de la casualidad o el de una máquina (recuerde usted la música electrónica, los cuadros que se pintan al azar de un movimiento y los poemas que ya se han logrado con maquinarias ad hoc). Y ahora, Velazco amigo, recapitule usted los términos que acabo de utilizar: individualismo, deshumanización, materialización, abstracción y mecanización. ¿No corresponden exactamente a la mentalidad de Creso? ¿Y el círculo vicioso no vuelve a cerrarse?

47.- Y usted entenderá que mi Autopsia de Creso, basada en los aspectos generales del mundo, a él sometido, excluye las excepciones que se han dado y se dan yo diría que naturalmente, o como “supervivencias” del orden perdido o como “reacciones” frente a la “acción” del Hombrecito Económico. Y es en el campo social donde comenzó a darse la batalla contra nuestro héroe simbólicamente panzón. Las “reivindicaciones” de que se habló en aquellos días y aún se habla interesan en particular a Gutiérrez el siervo, es decir a la ultima clase social que, naturalmente fue la más castigada por la tiranía del “homo oeconomicus”. Una ley de la historia en relación con el “descenso cíclico” nos permitiría calcular que, habiéndose trasladado el “poder” de Tiresias el sacerdote al guerrero Ayax, y de Ayax a Creso el rico, sólo Gutiérrez podía suceder al Hombrecito Económico en el gobierno del mundo, y ese gobierno sólo era dable por una “dictadura del proletariado”.

48.- Ahora bien, Gutiérrez, por esencia, sólo tiene una “virtud” operativa, la del trabajo manual, es una virtud “coadyuvante”, una “potencia” no creadora en si, ya que necesita un motor ajeno a ella para entrar en “acto” laborante. A Gutiérrez le falta, pues, toda riqueza material e intelectual: carece hasta de un “vicio” posible que lo haga incurrir en “pecado social” contra los otros. Es el “pobre absoluto” y el “inocente absoluto”, vale decir una imagen de la “privación” y una figura de Jesucristo, la que más reclama, en razón de su miseria, el acto providente de Dios y la justicia distributiva de los hombres. Claro está que, dada su naturaleza, Gutiérrez no podía inventar, como lo hizo Creso, una “mística social” que lo representara en su teórica dictadura. Y Carlos Marx lo hizo por él. Sabemos que Marx no era un proletario, sino un intelectual de la burguesía, no tanto por su origen cuanto por su “mentalidad”. Lejos de abrir un “amanecer”, como aún lo creen muchos, la doctrina de Marx perfeccionó y cerró la “noche de Creso”, y fue una victoria final del Hombrecito Económico, Velazco amigo, “distingamos” para entender.

49.- El marxismo es a la vez, a) una “filosofía general”; b) una “filosofía del hombre”; y c) un “método económico”. Dije ya que la viciosa tendencia de Creso lo llevó a poner el acento de la vida en lo corporal y “material”. Su enemigo aparente, Carlos Marx, no sólo aceptó ese “vicio” de Creso: lo convirtió, además, en una “filosofía”. Por un rasgo de humor (que parece diabólico) la tendencia “negativa” de Creso fue trasmutada por Marx en una desconcertante “afirmación” ideológica: si para Creso la materia fue un demonio tentador, para el marxismo y sus fieles es algo así como una divinidad simplista que ordena el mundo y explica sus contradicciones. ¡Gran Dios, que victoria obtiene Creso, en sus últimos estertores, al imponer al vencedor su propia y falsa mística! ¿No estará en ello la razón de que algunas revoluciones marxistas hayan triunfado según trascendió en su hora, con el apoyo del capitalismo “esotérico” a que ya me referí?

50.- Pero vayamos a la segunda tesis: el marxismo es también una “filosofía del hombre”, coherente, según veremos, con su filosofía general”. Porque un materialismo filosófico no puede admitir en el hombre sino su aspecto de “individuo”, relacionado, como ya dije con su “corporeidad”: su carácter de “persona” trascendente no entra, como es natural, en el credo materialista; por lo cual toda manifestación o reclamo de la “persona” seria un mero “prejuicio burgués”. Y aquí se da otro rasgo irónico del marxismo, al estimar como una herencia de Creso las manifestaciones de la “persona” humana que tanto burló y estafó el Hombrecito Económico durante su tiranía. En realidad, los dos rivales coinciden en el menoscabo de la “persona”, con la diferencia de que el marxismo lo hace por “ignorancia” y Creso por malignidad.

51.- Tal concepto del hombre reducido a su mera individualidad le resulta cómodo al marxismo, en su empeño de construir un Estado que sea el “múltiplo” funcional de los individuos “numerales” que integran una masa. Y en ese aspecto de la cuestión el marxismo no va descaminado; pues el hombre, en razón de su “politicidad”, debe integrarse y realizarse, como “individuo”, en una sociedad física y a las órdenes de un Estado que le haga cumplir los fines de bien común a que se debe. Lo que ignora el marxismo es que tal acatamiento se le puede exigir al hombre sólo “en tanto que individuo”, ya que, “como persona”, el hombre se debe a otra sociedad no física, ya se trate de una Iglesia o de una organización filosófica o de cualquier otro sistema de asociación humana por el espíritu; en vías de lo cual se le deben al hombre las necesarias “libertades” de conocimiento, elección y expresión. De tal modo el marxismo, al eludir o negar la “persona” en el hombre, construye una sociedad integrada por “medios hombres” y con la mitad inferior de cada uno.

sábado, 5 de agosto de 2017

Pink Floyd: “Otro ladrillo en la pared” Por Héctor Fuentes

“Si el mundo fuera obvio, el arte no existiría”

La piedra fundamental de las sociedades modernas está cimentada en el pragmatismo. Comprar es ser alguien. Comprar y vender es la única comunicación fértil que se establece entre las personas. El que apuesta al dólar pierde. El que puso dólares recibirá dólares, el que depositó pesos recibirá pesos. El que puso ganas y buena fe, que se joda. Bienvenidos al Cuento de la Buena Pipa. Este es el reinado absoluto y absolutista del “Gran Bonete”.
Las personas dejan de tener caras y sueños, y pasan a llamarse agentes, clientes o proveedores. Pagar en efectivo tiene sus ventajas.
Si deseas algo puedes abonarlo con tarjeta de crédito o débito, con chequeras de estrépito y vómito, con cólicos, con pálpitos, con púlpitos, con cheques, con choques, con choclos, con bonos, con bolos, con balas, con permutas, con minutas, con minutos, con sangre, con llanto, con horas extras, con pucheros, con préstamos, con próstatas, con empréstitos.
Si  no tienes dinero puedes pagarlo con cadenitas de oro, con cadenotas de esclavos, con cadenas de oración, con enojos, con hinojos, con dólares, con dolores, condominios, con euros, con pleuras, compotas, con el aguinaldo, con el aguilucho, con helechos, con el adelanto, con el de adelante, con plata prestada, con plata de argentum, con platos  voladores, complotando, compitiendo, compadeciendo, con herencias, con urgencias, con paciencia.    
Las sociedades de consumo necesitan monedas que mantengan en funcionamiento la máquina. Vestir a la moda es estar en consonancia con las tendencias mundiales. Mirar el mismo programa de televisión que elige la mayoría, significa pertenecer al bando de los ganadores. Hablar sobre los mismos temas que habla la mayoría, nos ampara del silencio aberrante de permanecer callados.
La estupidez insiste siempre. Ser diferente es ser culpable. Ser artista es estar loco. Ser desalineado es no conservar las buenas costumbres. Y elegir libremente lo que se nos plazca es atentar contra el sentido común.
Por lo tanto el muro es la solución. Edificarnos una coraza es sentirnos seguros. Bajar la imputabilidad de los menores, es la solución. Construir cárceles es la solución. Exterminar a los delincuentes es la solución. Dar respuestas concretas sobre temas puntuales demuestra velocidad de gestión. Atacar al problema de raíz comprueba nuestra eficiencia.
El miedo no puede aterrarnos porque fuimos capaces de conquistar el misterio. El confort. La comodidad. La alarma del auto. La televisión. Todo está bajo control. Todo gira en nuestras manos como gira la tierra alrededor del sol. Pero el sol está eclipsado por la luna.
El superhombre de hoy no necesita del lento beneficio de la cultura. Las horas sólo marcan cambios de horarios. Son horas-hombre que han cedido el espacio-tiempo al rígido cartel de un horario de oficina.
Todo es mensurable: ocho horas para trabajar, ocho horas para dormir, ocho horas para disfrutar. Pero... ¿cuánto tiempo dura un beso? ¿cuánto tarda un pájaro en pulverizarse contra el celeste del cielo? ¿Cuánto tiempo transcurre en el instante que cerramos los ojos y pensamos en lo extraordinario? ¿Cuánto tiempo real dura una sonata de Mozart? ¿Cuánto tiempo transcurre entre la primera y la última palabra del libro Rayuela? ¿Se puede medir ese tiempo?
 Pink Floyd “The Wall” nos pone en estado de alerta. Martillos que marchan como nazis. Profesores sarcásticos con cabezas de martillos. Cintas de metal que arrojan estudiantes hacia la picadora de carne. Guerras mentirosas que se libran por intereses mezquinos y se pagan con vidas inocentes.
Otro ladrillo en la pared significa que el muro gigantesco sigue creciendo. Es hora de librar nuestra batalla. Es hora de hacer estallar las paredes insensatas que separan a los hombres.