sábado, 21 de octubre de 2017

Eros Nicola Siri y la desventura del olvido - por Jorge A. Dágata

Los lectores de viejo arraigo sin duda recordaremos con cariño los libros de la Colección Robin Hood, con sus tapas duras amarillas y una amplísima oferta de autores de la literatura universal  y nacional, desde Salgari o Sienkiewicz a José Hernández. Por estos días, un libro bastante desvencijado (es decir: maltratado o tal vez y ojalá muy leído) nos ha caído en las manos, para actualizar un nombre que la ingratitud y cierto maniqueísmo vernáculo han empolvado en el olvido: Eros Nicola Siri.

Porteño nacido en 1910, en mayo, a días de los grandes festejos del Centenario, desde niño sintió pasión por la lectura. Ese hábito le facilitó luego desarrollarse como escritor, profesor, historiador y musicólogo.
Uno de los autores favoritos de su niñez, Emilio Salgari, lo inspiró para combinar de manera brillante su inclinación por la historia y la aventura. Al escritor italiano, fallecido un año después del nacimiento de Siri, le dedicó un libro cuyo título define en gran medida la orientación de nuestro autor: “El poeta de la aventura, Emilio Salgari”. Muchas de las traducciones al castellano de la Colección Robin Hood son obra suya.

PERIODISMO Y LITERATURA

En su actividad como periodista se desempeñó en las redacciones de “Caras y Caretas”, “Crítica”, “Noticias Gráficas”, “Última Hora”, “Aconcagua” y “La Argentina”.
Como escritor, se destacó al mejor y más popular nivel de la aventura histórica, difícilmente igualado al menos en nuestro país. Novelas de viajes y hazañas de personajes de la historia hicieron el deleite de niños y adolescentes de varias generaciones, incentivando la vocación de muchos y ayudándolos a crecer, como bien sabemos puede hacerlo la lectura.
Algunos títulos: “Bouchard el Corsario”, un extraordinario viaje de circunvalación del planeta para atacar naves realistas, desbaratar el tráfico de esclavos o lograr el reconocimiento de la naciente Argentina por parte del rey de Hawai. En California, el lector asiste cautivado a la toma y destrucción de Monterrey, y de peripecia en peripecia desciende luego hasta Valparaíso. “La Gran Aventura” relata el primer viaje de Colón. Las hazañas de Juana Azurduy en “Las Amazonas de la Muerte”. La gesta de emancipación en “La Cruz y la Espada”. La epopeya del desierto en “El Malón”. “Guillermo Brown, el Almirante de Bronce”, centrada en la temeridad del padre de nuestra Armada. En todas estas novelas Eros Nicola Siri resalta el heroísmo y la nobleza de los personajes, en medio de esos tiempos de intensa acción, narrada de manera tan vívida.

EL HISTORIADOR

Ensayos, biografías y estudios historiográficos se agregan a la obra literaria, contribuyendo con seriedad y erudición a esclarecer las siempre vigentes disputas sobre los fundamentos de nuestra nacionalidad. “Aspectos Desconocidos de la Vida del General San Martín”, “Rosas y el Proceso a Camila O'Gorman”, “Las Banderas de Obligado y San Martín”, son algunos de ellos. En un sentido más amplio, escribió “El Caballero de Jamaica” (historia de Morgan y los filibusteros), “Cochrane, el Lord Aventurero”, “Wáshington”, “Por Quién Llora el Urutaú”, sobre Francisco Solano López, y los ensayos “La Civilización China”, “La Civilización India”, “Cinismo y Romanticismo”, “Cien Años de Periodismo Argentino”, “Ensayo sobre las Preocupaciones Argentinas”.

POESÍA Y MÚSICA

Bajo el seudónimo Juan Porteño, también publicó poesía. “Milonga del aguatero” fue musicalizada por María Esther Pacheco Huergo.  Fue un estudioso de nuestras raíces populares y uno de los sostenedores del origen africano del tango, introducido en el Río de la Plata por los esclavos negros, posición ya afirmada como una de las vertientes del género.

RECONOCIMIENTOS

El Centro Naval de Buenos Aires otorgó el primer Premio Sesquicentenario de la Independencia Argentina a su biografía sobre lord Cochrane aparecida en 1979.
En 1976 fue invitado al pueblo de Macachín, en La Pampa, donde brindó una serie de conferencias sobre la campaña del desierto y habló sobre expediciones salineras, primeras avanzadas del orden hispanoamericano en esa zona. Volvió al lugar muchas veces y hasta pensó radicarse allí. Como testimonio de su afecto donó más de seiscientos volúmenes a la localidad de Macachín, base de lo que hoy es una de sus instituciones más representativas, la biblioteca popular “Profesor Eros Nicola Siri”. Un homenaje que su propia ciudad natal nunca le brindó.

¿VIEJOS RENCORES?

En un significativo trayecto de nuestra historia, las divisiones tajantes por pertenencia u opiniones han empobrecido el desarrollo cultural argentino. Tal vez sea éste uno de los casos de marginación y olvido, por haber jugado a la descubierta, en sincera labor por sus ideas. Eros Nicola Siri fue fundador y director del suplemento literario “Democracia” y secretario general de la revista de capacitación “Olimpia”, y ocupó elevados cargos públicos, como testimonio de su compromiso, entre ellos el de secretario de Prensa y Radiodifusión de la provincia de Buenos Aires (1940) y jefe de la sección Prensa Extranjera de la Subsecretaría de Información de la Presidencia de la Nación (1944 y 1947). Se trata, como se ve, de su actividad oficial poco antes y durante la primera época del peronismo.

Discurso del oso Por Julio Cortázar

Soy el oso de las cañerías de la casa, subo por los caños en las horas de silencio, los tubos de agua caliente, de la calefacción, del aire fresco, voy por los tubos de departamento en departamento y soy el oso que va por las cañerías.
Creo que me estiman porque mi pelo mantiene limpios los conductos, incesantemente corro por los tubos y nada me gusta más que pasar de piso en piso resbalando por los caños.
A veces saco una pata por la canilla y la muchacha del tercero grita que se ha quemado, o gruño a la altura del horno del segundo y la cocinera Guillermina se queja de que el aire tira mal.
De noche ando callado y es cuando más ligero ando, me asomo al techo por la chimenea para ver si la luna baila arriba, y me dejo resbalar como el viento hasta las calderas del sótano.
Y en verano nado de noche en la cisterna picoteada de estrellas, me lavo la cara primero con una mano, después con la otra, después con las dos juntas, y eso me produce una grandísima alegría.
Entonces resbalo por todos los caños de la casa, gruñendo contento, y los matrimonios se agitan en sus camas y deploran la instalación de las tuberías. Algunos encienden la luz y escriben un papelito para acordarse de protestar cuando vean al portero.
Yo busco la canilla que siempre queda abierta en algún piso; por allí saco la nariz y miro la oscuridad de las habitaciones donde viven esos seres que no pueden andar por los caños, y les tengo algo de lástima al verlos tan torpes y grandes, al oír cómo roncan y sueñan en voz alta, y están tan solos.
Cuando de mañana se lavan la cara, les acaricio las mejillas, les lamo la nariz y me voy vagamente seguro de haber hecho bien.

La sombra de los sauces - Por María Cristina Cordido

La sombra de los sauces
y la tarde
hundiendo su calor sobre
la siesta.
Y un perfume a lila que regresa,
con un aire de perfume
que me impregna.
Murmullos de pájaros
que arrullan a sus pichones.
Y un sabor a frutos que me llega
desde el eco abismal
de la cosecha.

Calla, la casa, calla
en un silencio ritual que la rodea
con su tiempo de magia
que regresa.
Tiempo de juegos,de rondas
y promesas.
De la madre pintando de inocencia
la dulce tarde que se aleja,
casi sin darse cuenta,
que muere por su luz,
que ya se quiebra.
En sombras oscuras que regresan
hacia ese territorio de la ausencia