La sombra de los sauces
y la tarde
hundiendo su calor sobre
la siesta.
Y un perfume a lila que regresa,
con un aire de perfume
que me impregna.
Murmullos de pájaros
que arrullan a sus pichones.
Y un sabor a frutos que me llega
desde el eco abismal
de la cosecha.
Calla, la casa, calla
en un silencio ritual que la rodea
con su tiempo de magia
que regresa.
Tiempo de juegos,de rondas
y promesas.
De la madre pintando de inocencia
la dulce tarde que se aleja,
casi sin darse cuenta,
que muere por su luz,
que ya se quiebra.
En sombras oscuras que regresan
hacia ese territorio de la ausencia
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