sábado, 10 de diciembre de 2016

“Contate un Cuento IX” Organizado por la E.S.Nº 3 “Carmelo Sánchez” y declarado de Interés Educativo por el Ministerio de Educación de la Nación bajo res. 1275.; De Interés Municipal y Cultural según decreto 1967.

Ganadora de la Categoria B: “El diario de ayer” Por Lucia Galantini alumna de 2º año del Instituto Parroquial San Andrés de Miramar


 María despertó como cualquier mañana normal, se sentó en la mesa con su café y el diario, ella no era de leer mucho el periódico, lo leía por arriba y sólo se centraba en alguna noticia que le llamará mucho la atención como la que encontró ese día: "Una señora de 42 años se suicidó el 6 de junio en Miramar " Le sorprendió aún más la nota porque la chica se llamaba igual que ella, pero María López era un nombre común, podía haber muchas, también tenía la misma edad y murió en la ciudad donde vivió casi toda su vida. A medida que avanzaba la lectura se asustaba más, hasta que vio la foto. Esa chica era ella. Lo primero que pensó fue ir a hacer una demanda al diario diciendo que se equivocaron y que debían sacar esa nota y así lo hizo. María fue a la sede del diario a quejarse, la atendió un señor mayor, con una barba negra y unos ojos azules como el mar
- ¿Qué se le ofrece? - preguntó el hombre con una voz ronca
- En la tercer página de su diario aparece una noticia la cual por razones obvias, es incorrecta.
- En la tercer página aparece una publicidad y el anuncio de la muerte de María López...
- Exactamente, yo soy María López, mire la foto y míreme, claramente no estoy muerta, aparte hoy es 5 de junio y aquí dice que murió el,  lo cual no tiene sentido - respondió ella frustrada
El sujeto miró la foto y luego volvió a verla a ella y le contestó
- Señora, usted no es María López ¿Cuál es su DNI?
- ¿Para qué?
- Para buscarla
 María le dijo su DNI y el señor  tecleó en su computadora y encontró su informe.
- Usted es Daiana Martínez, nació el 18 de febrero de 1974 en Miramar
 Ella se quedó confundida
- Los datos están bien pero no el nombre.
- Señora, estoy ocupado y con mucho trabajo, ya aclaré sus  dudas y le pido que por favor no moleste.
- ¡Pero qué no entiende! ¡Yo no soy Daiana!
- Señora ¿Usted quiere que llame a la policía? Yo sé que no, entonces por favor retírese
Ella empezó a alterarse más y más y comenzó a gritar y el señor marcó un número en el teléfono, se lo puso en la oreja y susurró algo que María no escuchó. Se dio cuenta del escándalo y creyó que el individuo había llamado a la policía, lo que hizo que se olvidara de su orgullo y saliera de ahí. Escuchó el sonido de una patrulla y sintió pánico al instante. Empezó a correr, tenía miedo de que piensen que ella estaba loca y la metieran en un manicomio. Se tomó un colectivo y se escapó a Miramar, llegó a la noche, hacía mucho frío, tenía esperanzas de que nadie la hubiera seguido y de que allí alguien la reconociera como María López y no con la supuesta identidad que le había dicho el hombre del diario. No tenía a donde ir, su familia había muerto y los pocos que quedaban estaban en otro país, empezó a caminar sin tener idea de a dónde iba,  pero de pronto escuchó unas sirenas de ambulancia, nuevamente empezó a correr mientras gritaba "No me van a atrapar ."No, otra vez no". "No volveré a ir a ese loquero" María llegó hasta un muelle peligroso que estaba cerrado por precaución, vio una camioneta blanca acercarse y un señor desde adentro del coche que le decía: "Señora venga, nosotros la vamos a llevar a un lugar seguro"
El mar estaba revuelto y chocaba contra el débil muelle, se escuchaba el crujido de la madera al romperse, pero aún así María no se movía. Eran las 00:10 y María insistía en quedarse, así que, los de la camioneta decidieron bajar, mala elección. Eran muchos, fueron al muelle, con esa tormenta y el mar picado se terminó de derrumbar. Algunos pudieron salvarse, pero María cayó entre las piedras y murió.

Ese mismo día, 6 de junio, se publicó en el diario la muerte de la chica. Por primera vez .

“Contate un Cuento IX” Organizado por la E.S.Nº 3 “Carmelo Sánchez” y declarado de Interés Educativo por el Ministerio de Educación de la Nación bajo res. 1275.; De Interés Municipal y Cultural según decreto 1967.

Ganadora de la Categoría A  - “La nota”
Por Valentina García alumna de 2º año de E.S.Nº 3 “Carmelo Sánchez”


Y ahí estábamos como siempre, comiendo en la mesa como si ninguno de nosotros nos conociéramos, igual que cuando estas en una fiesta con desconocidos. Mamá siempre terminaba primero. Papa comía como si no pasara nada, en realidad como si los problemas que estaban no estuvieran, no le importaba nada. No sé cómo mamá aún lo soportaba, porque aunque fuera un buen tipo ya no quería escuchar más sus peleas. Como si fuera poco, mi hermano de 14 años era el retrato de mi padre y yo igual a mi mamá. Le daba mucha importancia a todo, a mis cosas y a la de los demás. No solo pensaba en mí, como lo hacían mi papá y mi hermano.
Terminamos de comer, papá se fue a trabajar y mamá empezó con la limpieza, mi hermano se fue a la casa de un amigo y yo me quedé en casa, no tenía ganas de salir, menos con el frio que estaba haciendo.Se hicieron las 3:30 de la tarde y yo estaba en mi cuarto escuchando música mientras copiaba unos resúmenes del libro para la prueba de biología del lunes. Después de terminar todo, fui a comprar unas galletitas ya que eran las 4:30 de la tarde y me dio hambre. Cuando volví a casa mamá había dejado una nota en la mesa que decía: “Hija me fui a la casa de Gladis, vuelvo en un rato”.
Fui a la cocina, me preparé una chocolatada, agarré las galletitas y me regresé a mi cuarto. Después de un rato tome una siesta de una 1 hora. Cuando me desperté agarré la toalla y me fui a bañar. Me vestí, fui a la cocina, vi la hora y ya eran las 6:30 y estaba oscureciendo porque era invierno, así que probablemente ya tendría que llegar mamá. Se hicieron las 8 y todavía no había venido, así que me preocupé y decidí llamarla. Marqué el número, esperé, y me di cuenta que su celular sonaba en su habitación, así que no me quedó más remedio que esperarla. El tiempo pasaba y ella no aparecía, entonces decidí llamar a la casa de Gladis.
Llame dos veces y en ambas oportunidades me atendió la contestadora. Me estaba poniendo muy nerviosa. Respiré y volví a llamar. Al fin me respondió:
-¿Hola?
-Hola Gladis soy Romina
-Hola Romi! ¿Qué pasa?
-¿Mi mamá está ahí?
- No. Se fue hace  2 horas
-Ah ok, gracias igual
-¿Pasa algo?
-No nada…chau
Ya me empecé a preocupar y poner cada vez más nerviosa. Si ya se había ido de lo de Gladis y acá no llegaba, ¿dónde estaba? Papá no llegaba hasta las 12 ya que tenía que suplantar a un señor que había tenido un inconveniente. Y mi hermano se quedaba a dormir en la casa de su amigo. Así que yo estaría sola  hasta las doce. No sabía qué hacer, a quién recurrir o pedirle ayuda. Estaba entre quedarme en casa e irme a buscar a mama. Pero, si me quedaba sentada esperando a que algo pasara iba a ser totalmente inútil. Y si me iba ¿a dónde seria? Estaba en mi casa sin ni siquiera tener una idea donde podría estar. Así que lo primero que hice fue llamar a todos mis familiares con los que ella se trataba. Hasta con los que no. Y nadie la había visto.
Ya no me quedaban más ideas, así que empecé a revisar el celular de mi mamá. Tal vez allí obtendría una pista. Vi sus llamadas, mensajes, contactos y nada apareció. Era de noche y no podía hacer mucho, de día iba a ser más sencillo.
Me dormí sabiendo que mi papá no me iba a dirigir ni una sola palabra que tenga que ver con mi mamá porque poco le importaba. Me desperté muy temprano pero cansada. Había dormido muy poco ya que me despertaba  cada hora sobresaltada. Directamente me puse a pensar en que tenía que seguir con “la búsqueda”. Solo tenía algunas horas para buscar pistas  sola, ya que seguramente iban a empezar a preguntar por mamá y ya no lo iba a poder ocultar más su desaparición. Me levanté del banco, y fui a la esquina de la plaza mientras esperaba que el semáforo se pusiera en rojo. Crucé y fui preguntando en cada negocio si habían visto a mi mamá; les mostraba  una foto que tenía de ella en el celular. Pregunté y  pregunté. Me cansé de recorrer lugares, hasta que en un negocio me dijeron que la habían visto. Mi corazón empezó a latir muy rápido al escuchar esa respuesta, pero luego hubo algo que me dejó helada. Fue cuando el dueño del lugar me dijo: “Estuvo con vos anoche”. No le respondí y salí del lugar de  inmediato.
Estaba muy confundida. ¿Cómo que estuvo conmigo anoche? ¿Cómo es posible eso? ¿A caso me golpee la cabeza? ¿O acaso me estaba jugando una broma de mal gusto? Seguro este hombre estaba confundido. La última vez que estuve allí con mi madre fue hace 1 año.
Tomé el camino a casa, iba muy cansada y angustiada. Pensé que tal vez si me acostaba a dormir un rato  despertaría dándome cuenta de que todo era un sueño.
Cuando llegué a casa ya estaba papá. Me preguntó por qué estaba tan alterada y le expliqué. Me miró en forma extraña. Pensó que estaba bromeando. Y muy acongojado me dijo: ya lo superaras.

De pronto caí en la cruel realidad. La nota que había dejado mi madre era antigua. Y yo aún la conservaba. Estaba buscando a alguien que no existía. Mi madre había muerto hacía un año.