miércoles, 26 de agosto de 2020

Poesías – Por Rafael Serrano Ruiz (Extraídas de su libro “La mujer de la taza de café”)

 

Un instante

 

Siente el silencio

Mira su entorno…

la mesa de cristal,

la caja de madera,

la foto en sus manos…

 

El silencio le domina.

Suspendido en el tiempo

un aroma le envuelve.

Sentimiento de plenitud;

orgulloso, amado.

La paz inunda su poros

y pleno de amor

vive la felicidad

Inmerso en la armonía.

La emoción le embarga

y una lágrima furtiva

se escapa del corazón

sabiéndose parte de un todo…

 

Mira la caja de madera,

la mesa de cristal

la foto en sus manos…

es un instante,

tan solo un instante.

 

 

Pasó el tiempo

 

Pasó el tiempo de

lanzar preguntas

y buscar respuestas,

saciar el alma en los escritos

de sabios poetas…

de la vida,

del camino,

de la muerte.

 

Pasó el tiempo de

arrepentimientos,

viejos amores,

antiguos sinsabores…

olvido de rencores.

 

Pasó el tiempo de

intentar entender

lo incomprensible,

buscar el porqué,

el si yo….

 

El camino está hecho,

el tiempo cumplido,

cercano el descanso…

y en la paz del cabello cano

volveré a unirme a ti

si me tiendes la mano….

 

 

La hora del silencio

 

Busca palabras

capaces de expresar

lo que en su interior

pueda hallar,

mas…

sólo encuentra,

sin poderlo remediar,

el sonido del silencio.

 

No esta muerto,

ni acabado,

mas el silencio le abruma…

barrera intranscendente

que anula todo intento

de encontrarse.

 

Es la hora del silencio…

 

 

El amigo

 

¿Qué fue de aquel hombre ocurrente

al que provocaba con absurdas teorías?

¿Por qué su silencio?

¿Qué le sucede?

 

Perdida la mirada en un mundo oculto,

serio, indiferente a todo

nada dice, ni sé si me escucha…

algo le hiere en el alma

 

¡Eh vuelve!...

¿Por donde te hayas?

 

La sonrisa es su respuesta.

¡Cuenta tus pesares,

abre tu alma!...

quisiera decirle…

mas él… silencioso aguarda.

Siento que se me escapa

¿Se le está muriendo el alma?.

 

 

Viejos huesos

 

Aferrado al sol

calentando viejos huesos,

mirando tras los cristales

con los pies junto al brasero…

ya no ve las golondrinas…

y en amodorrado recuerdo

un sólo pensamiento…

¡vete invierno!

 

 

Corazón roto

 

En cuclillas, acurrucado en un rincón

no puede impedir el estertor de su dolor,

lágrimas del alma salidas del corazón.

 

¿Porqué a mi?

grita en su dolor

sintiéndose vacío

por la pérdida de un amor….

 

¡Qué fácil se rompe un corazón!

 

Noche cerrada.

En su desesperación huye

de una vida atormentada.

 

Surca el éter en pos de otros Lares,

otra forma de vivir…

 

Una reflexión le llega

¿Qué hago aquí?

¿Porqué a mi?

Piensa en su dolor

sintiéndose vacío.

¿Cuántas veces se puede romper un corazón?

 

 

Del vivir

 

Tras sus ojos cerrados

féminas figuras fantasmales,

le ofrecen recuerdos pasados

con nostalgia de juventud perdida.

 

Acaricia levemente sus pestañas,

Ella frunce el entrecejo

y sus labios se abren ofreciendo misterio,

acepta su boca entreabierta

y el cálido aliento acaricia su cara,

la arropa en sus brazos... Funden sus almas.

 

El tiempo pasa deprisa.

Saben que cuando marchen,

su vida perderá el sentido y no tendrán consuelo,

viejo dolor ya vivido.

 

Vestirse deprisa de cómplices miradas

en un adiós no querido,

la mujer llora en silencio

y su corazón también llora,

piensa en su mujer y ella en su marido.

Amores pasados,

recuerdos perdidos…

 

 

Sentado ante una mesa.

 

Sentado ante una mesa

tomando su café,

pasaba el tiempo

con la atención inmersa

completando su tostada.

 

De vez en cuando,

entre mordisco y mordisco,

deleita su mirada

contemplando

las hermosas muchachas

que desfilan a su vista.

 

Una chispa de alegría en sus ojos,

un momento de ilusión…

y vuelta a la tostada

temiendo terminarla,

como si el fin de ésta

tuviera relación

con la visión de aquellas.

 

Inmerso en el caos

de una vejez inútil

aflora sentimientos,

viejos recuerdos,

vivencias caducadas.

 

Ultima lectura al noticiero,

apaga el cigarrillo…

toma un sorbo de agua,

pone unas monedas en la mesa

y vuelta al viejo mundo.

 

Inutilidad de lo cotidiano,

universo ya pasado

del que habla,

comenta y añora...

 

¿Y mañana?

Sentado en una mesa

tomando su café,

comiendo una tostada…