lunes, 25 de enero de 2021

Pedidos Por Gerardo Barbieri

Nada,

menos el tiempo acuñado en la luz.

 

Respiro de tu aliento.

 

He pasado por sombras

por alambrados

y guaridas…

 

"La paz en los canteros de un huerto

año tras año, azada en mano;

el mismo cielo

-tan cerca-.".

 

Llegué aquí por tus palabras

como siguiendo una pista de sonrisas

(una por día

una por metro)

como si fuese una marcha inventada

sólo por quién busca la vida.

 

Pero no olvido;

no me rindo:

pido a las nubes que interfieran antenas y pantallas

con sus relámpagos

-para que dejen de absorber nuestras ideas

nuestra esencia-

para seguir existiendo

a la par de animales, plantas y mares.

Actos Por Gerardo Barbieri

Hay aroma a selva

y pájaros frente a la puerta.

 

Es momento de florecer.

 

Es cuando la lluvia se acuesta en el rincón de las palabras

y no hay razones en el cuerpo

-sólo sabores

perfumes

sentidos…-.

 

Despertamos.

 

En la renuncia a guardar silencio

en las huellas de aquel deseo

la mente y la carne

asombran

hasta la gloria y el encanto.

sábado, 9 de enero de 2021

RELATO DE UN MAYORAL Y HUEYA PA’ DOLORES Por Juan Carlos Pirali

 

Un tema para dos obras de diferentes autores


    Hay una canción del folklore sureño que presenta como autores a los señores Andino Álvarez y Alberto Merlo, titulada “Hueya pa’ Dolores”, en la misma se hace referencia a “Laguna de las yeguas en Miraflores” y “Barracas al Salado son treinta leguas”.

    Ese tema tiene similitud en los topónimos que nombran y la idea en general de los versos, con las décimas “Relato de un mayoral”, de Justo P. Sáenz (h), éste publicado en “La Prensa” el 10 de octubre de 1945. Al respecto, en Correo de lectores del diario porteño La Nación, del 31 de diciembre de 1969, el Sr. Juan José Márquez Urquiza, cita la siguiente décima de “Relato de un mayoral”:

 

“Las leguas que m’he tragau

con la galera de Vargas,

como que van treinta largas

de Barracas al Salau.

Y diez más desde el venau

que n’oes paso de los piores,

a la Posta ‘e Miraflores

en la laguna ‘e las yeguas,

total; cuarenta y seis leguas

hasta el pueblo de Dolores”.

 

    Márquez Urquiza intrigado por la similitud, recurrió a Sáenz para saber si los lugares citados  tenían existencia real o estaba en la imaginación del escritor. Ante lo cual recibió como respuesta que “esos topónimos figuran en antiguos mapas del siglo XIX del partido de Maipú y aún existen” y, habían sido tomados para su relato, Laguna de las Yeguas, que quedaba en el campo de D. Francisco Barrionuevo y  Miraflores, de la estancia que Francisco Ramos Mejía había recibido en merced del Gobierno por decreto del 9 de marzo de 1819. Ambos lugares en el partido de Maipú, y no figuraban en el itinerario que describía Sáenz en sus versos, además, el camino a recorrer por la galera comenzaba en Barracas (Hoy Avellaneda) con destino final en Dolores y, esos lugares estaban situados a 100 kilómetros aproximadamente al sudeste de esta ciudad, pero los usó por tratarse de consonantes para poder rimar los versos.

La  huella de Alvarez y Merlo dice en una parte:

“Laguna de las yeguas en Miraflores,

allá va la galera rumbo a Dolores”.

Esos términos fueron utilizados anteriormente por Sáenz, con lo cual, queda claro que el primero que trató ese tema fue el escritor y poeta Justo P. Sáenz (h).



                                          Justo P. Sáenz

PAISAJES DE MI PROVINCIA Por Juan Carlos Pirali

 

Productiva extensión amanecida

con albores de surcos y manceras,

prodigiosa provincia ¡Buenos Aires!

paraíso sublime de la tierra.

Dilatada llanura donde emergen

las turgencias grisáceas de la piedra,

y dorados trigales que presagian

el destino final sobre las mesas.

Las atlánticas sales acarician

el origen natal de las riberas,

y en maduros frutales ronda altiva

una oferta de miel en cada entrega.

En sus fértiles campos de labranzas

hay un sueño metido en cada melga,

y en alarde triunfante canta Ceres

por el premio ganado en las cosechas.

Mirasoles, flamencos, garzas, cisnes,

en espejos azules se reflejan,

donde cruza el venado cual pampero

con jactancia de libre en pampa abierta.

Un paisaje de ombúes y de talas;

eclosión forestal, verde presea.

Territorio preciado por su clima

dibujado con mágica acuarela.

Conjunción de pecuaria, sol y agro,

vaticina futuros de grandeza,

y  sus playas, sus ríos y lagunas

alimentan las musas de poetas.