sábado, 26 de septiembre de 2015

Es peligroso educar para el trabajo y no para la vida - Por Beatriz Sarlo

La intención oficial de orientar la educación hacia el "mundo del trabajo", en desmedro de los contenidos humanísticos y la formación intelectual, refuerza las desigualdades sociales de origen

    Una enseñanza modernizada técnicamente, que prepare para el trabajo y que, además, resulte interesante a los alumnos. No simplifico al resumir de este modo la ideología que transmite el discurso de las autoridades educativas cuando hablan directamente a la sociedad. La frase parece inocua. Revela un lugar común al que se recurre para encarar muchos años de deriva educativa en la Argentina. Sin duda, en el Ministerio de Educación hay técnicos que piensan fuera de este sentido común, pero la repetición de una banalidad indica que es necesario tomarla en serio.
    Quisiera recordar algo que escribió Antonio Gramsci hace setenta años.     Analizando la escuela italiana, llamaba la atención sobre los peligros de una enseñanza demasiado comprometida con la transmisión de habilidades especificas, dependientes de los requisitos planteados por el mundo del trabajo y no de conocimientos generales y humanísticos (el calificativo es de Gramsci).
    Señalaba el peligro que la escuela reforzara las desigualdades sociales y culturales. Una escuela que, centralmente, se proponga preparar a los estudiantes para el mundo del trabajo tiende a especializarse en función de las categorías laborales del mercado. Produce futuros oficinistas, empleados del sector terciario u obreros, con la desventaja suplementaria de que nadie sabe muy bien cómo será el trabajo en la Argentina dentro de quince años.
    De ese modo, los chicos de los sectores populares o medios bajos encontrarían en la escuela una anticipación de los canales por donde correrán sus vidas. La escuela en lugar de ofrecer la ocasión del cambio de alternativas, refuerza el destino social de origen. A esta escuela Gramsci le oponía otra educación, que él llamaba humanística, donde la igualdad de oportunidades culturales compensa las desigualdes sociales.

Saberes que envejecen pronto

    Además, ¿qué quiere decir “preparar para el mundo del trabajo”? Cuando empezó el furor de la informática, crecieron como hongos los institutos privados donde, en nombre del futuro, se les enseñaba a los chicos lenguaje de programación.     Eso no sucedió hace medio siglo, sino hace diez años. Hoy todo el mundo sabe que el software vuelve superflua cualquier competencia con lenguaje de programación. Así, las hipótesis que parecen navegar en la cresta de una ola modernizante pueden revelarse penosamente arcaicas poco tiempo después. Este arcaísmo no afecta del mismo modo a la educación que Gramsci llamaba humanística: la formación intelectual de ciudadanos no es más arcaica hoy que hace diez años, y como derecho, es más fuerte que el del acceso a la informática.
Gramsci también analizaba la consigna de que la escuela debe enseñar a aprender en nombre de que así evitaría la transmisión pasiva de conocimientos. Los alumnos aprenderían a pensar recibiendo contenidos mínimos de pensamiento.
    La realización completa de este principio es indeseable. La escuela no debe proporcionar sólo una máquina formal, sino también la sustancia que esa máquina procesa. Afirmar que esa sustancia viene con los chicos que la extraen de la televisión, de la experiencia o de sus propios descubrimientos, implica sostener una especie de autoabastecimiento infantil que es, frente al mundo contemporáneo, del todo improbable. Y, por supuesto, refuerza las desigualdades socioculturales de origen.
     Sin duda, ya hace tiempo que la pedagogía ha demostrado que los niños no son tablas rasas sobre las que se escribe una educación. Sin duda, los chicos saben muchas cosas. Pero ese saber de la vida, que es una inscripción fuerte, tiene un límite estrecho.
    Toda la cultura que conocemos (desde las costumbres en la mesa o en el baño hasta los aviones y los conciertos) es una construcción realizada en contra de la espontaneidad. Frente a nuestros impulsos, la cultura es siempre un corte, un desvío o una supresión. La escuela es uno de los aparatos donde ese corte debe establecerse del modo menos autoritario.
    El criterio de lo que "interesa a los chicos” es sólo un punto de partida, no un instrumento de chantaje que convierta a la transmisión cultural en un simulacro pálido y demagógico de la cultura adolescente.
    Por otra parte, frente a la crisis de las instituciones, la escuela no permanece indemne. Considerada desde los años sesenta como un aparato de reproducción de las relaciones sociales, las tendencias más progresistas de la educación han llegado a una encrucijada donde, una vez criticado el autoritarismo de la escuela autoritaria, no se logró construir en su reemplazo un lugar autorizado pero no autoritario, donde las diferencias entre maestros y alumnos no originaran un disciplinamiento feroz, pero al mismo tiempo se mantuvieran como motor de la actividad docente.
    En la escuela operan las resistencias y los conflictos de una cultura. Pasar por alto este dato evoca una consigna hippie patéticamente inadecuada para la vida, donde el reconocimiento de los límites es el impulso de la transformación y la ruptura.                                                  


                                                               Artículo extraído del diario “Clarín”, 27/5/1998

POESIAS DE LEOPOLDO MARECHAL (1900 - 1970)

                                                   IV. DEL ADMIRABLE PESCADOR

Perdido manantial, llanto sonoro
dilapidado ayer en la ribera
de la tribulación, ¡quién me dijera
que pesarías en balanza de oro!

Rumbo de hiel que todavía lloro,
crucero sin honor y sin bandera,
¡quién me diría que a la primavera
del cielo caminaba tu decoro!

Y cuando recelosa y desvelada,
puesta en su mismo llanto la mirada,
mi soledad entre dos noches iba,

¡quién le dijera, para su consuelo,
que abajo estaba el pez en el anzuelo
y el admirable Pescador arriba!

                          De “Sonetos a Sophía y otros poemas”  1940



                                         XI. DEL CORAZÓN ABROQUELADO

¿Cómo sabrá el amor llevarte un día
por su ancha miel y su camino estrecho,
si, abroquelada soledad, tu pecho
le niega el aire y la caballería?

¿Y cómo depondrá su altanería
de antiguo cazador bajo tu techo,
si al ojo fiel y al dilatado acecho
respondes con el alma en rebeldía?

¡Destierra ya postigos y canceles!
Mira que nunca logra sus laureles
el corazón que tanto se recata.

Yo doy mis aguerridos sentimientos
a la codicia pura de los vientos,
y a navíos de amor olas de plata.

                       De “Sonetos a Sophía y otros poemas”  1940



                                                         CORTEJO

Vestida y adornada como para sus bodas
la Muerta va: dos niños
la conducen, llorando.
Y es en el mismo carro de llevar las espigas
maduras en diciembre.

El cuerpo va tendido sobre lanas brillantes,
ejes y ruedas cantan
su antigua servidumbre,
clavado en la pradera como una lanza de oro
fulgura el mediodía.

(Mi hermano va en un potro del color de la noche,
yo en una yegua blanca
sin herrar todavía).

La Muerta va en el carro de los trigos maduros:
su cara vuelta al sol
tiene un brillo de níquel.
Se adivina la forma del silencio en sus labios,
una forma de llave.

Ha cerrado los ojos a la calma visible
del día y a su juego
de números cantores;
y se aferran sus manos a la Cruz en un gesto
de invisible naufragio.

Y mientras el cortejo se adelanta entre flores
y linos que cecean
el idioma del viento,
la cabeza yacente, sacudida en el viaje,
traza el signo de ¡no!

Dos niños la conducen: en sus frentes nubladas
el enigma despunta.
¿Por qué la Muerta va con su traje de bodas?
¿Por qué en el mismo carro
de llevar las espigas?

(Mi hermano va en un potro del color de la noche,
yo en una yegua blanca
sin herrar todavía).

                                  De “Poemas australes”  1937



                                                    X. DE LA PATRIA JOVEN

                                                           "Melancólica imagen de la patria" J. Chassaing

Graciosa bajo el humo que despiden sus hombres
quemados junto al Río
y predilecta ya, como las hijas,
en el ancho fervor de sus mujeres,
la Patria es un dolor que nuestros ojos
no aprenden a llorar.

Un pie arraigado en la niñez y el otro
ya tendido a los bailes de la tierra,
su corazón ofrece a las mañanas
que remontan el Río.
Y quisiera grabar en el día su sombra,
y decir las palabras
que castigan al tiempo
como a un noble caballo.
Pero vacila su talón ardido:
 "¡No es hora!" canta el año junto al Río.

Yo no calcé su pie ni vestí su costado:
no la cubrí de plata festiva para el gozo,
ni la calcé de hierro
para la grave danza de la muerte.
No restañé la herida salobre de su párpado,
ni dije su alabanza
con la voz de las armas.
¡Yo soy un fuego más entre los hombres
quemados junto al Río!

La infancia de la Patria se prolonga
más allá de tus fuegos, hombre, y de mi ceniza.
La Patria es un dolor
que aún no tiene bautismo:
sobre tu carne pesa lo que un recién nacido.


                                               De “Sonetos a Sophía y otros poemas”  1940



                                                    XII. DEL AMOR NAVEGANTE

Porque no está el Amado en el Amante,
ni el Amante reposa en el Amado,
tiende Amor su velamen castigado
y afronta el ceño de la mar tenante.

Llora el Amor en su navío errante
y a la tormenta libra su cuidado,
porque son dos: Amante desterrado
y Amado con perfil de navegante.

Si fuesen uno, Amor, no existiría
ni llanto, ni bajel, ni lejanía,
sino la beatitud de la azucena.

¡Oh, amor sin remo en la unidad gozosa!
¡Oh, círculo apretado de la rosa!
Con el número Dos nace la pena.

                                                  De “Sonetos a Sophía y otros poemas”  1940



                                                         19

Deja la soledad para el uso exclusivo
de los poetas devastados
y los filósofos en ruinas.
"¡Estoy solo y medito!", se gallardea el búho,
muy arropado en su lujosa noche.
Pero el cóndor sereno de los Andes,
erguido en su montaña y al sol de mediodía,
 reflexiona en silencio: "La soledad no existe".
Y es verdad, Elbiamor, que ninguno está solo.

                                            De “Heptamerón - Didáctica de la alegría”  1960



                                               33

Un "suceder poético" es el canto,
dije oportunamente: se realiza en un tiempo
que todo buen poeta sabe "calificar"
El pintor que trabaja en un espacio
lo llena totalmente de cualidades plásticas:
de igual modo, el poeta debe colmar su tiempo
de poesía en acto,
sin dejar en el área temporal de su música
ningún vacío de la cualidad.
Calificar hermosamente un tiempo
sólo cuantitativo y en potencia:
no es otra la función de aquel monstruo laudable
que se llama El Poeta en este mundo.

                                               De “Heptamerón - “Arte Poética” - 1960

sábado, 19 de septiembre de 2015

Cerrando brechas - Por Guillermo Jaim Etcheverry

Se ha desatado un debate que convendría seguir más de cerca antes de considerar que la tecnología es la solución mágica para nuestros males sociales

En la reunión se discutían estrategias para disminuirla brecha digital lo que separa a quienes utilizan las nuevas tecnologías de los que no lo hacen.
Pero no hay que confundirse, porque como afirmó el directivo de una gran corporación informática, "no se trata sólo de filantropía. Las compañías necesitan preocuparse por identificar cuáles serán sus mercados dentro de 5 o 10 años". Por eso, en la reunión lo que se discutía, en realidad, eran alternativas para generar ganancias en el mundo digital, "identificar estímulos de mercado que permitan brindar los beneficios de la conectividad y la participación en la nueva economía a los seis mil millones de habitantes del planeta".
En estas disquisiciones estaban tan importantes ejecutivos cuando llegó el invitado a pronunciar la conferencia final. Inesperadamente dijo: "¿Se imaginan un pueblo africano en el que se recibe una computadora? Acercándose a ella, las madres le dirían: Mis hijos se mueren, ¿qué puede hacer? No piensen que se sentarán y comenzarán a explorar los sitios con las mejores ofertas. Lo que quieren es que sus hijos sobrevivan. ¿Es necesario instalar computadoras para entender eso? ¿Se dan cuenta lo que significa vivir con un dólar por día o menos? No hay electricidad, ni siquiera se puede pagar energía solar. Sólo se puede comprar comida, tratar de mantenerse vivo".
Aunque hubieran querido hacerlo, los organizadores del encuentro no recurrieron a la fuerza pública para callar al provocador. Después de todo, quien eso decía era el santo patrono del futuro conectado, el evangelista de la informática, el hombre más rico del mundo. Nada menos que William H. Gates, que prosiguió: "La industria de la computación propone enviar computadoras a todo el mundo, pensando que así se resolverán los problemas que lo afectan. Impresiona lo que hoy puede hacer la informática, pero eso debe ser analizado con la perspectiva de los valores humanos".
Poco tiempo atrás, un magnate de las comunicaciones señaló, en términos similares, que la mitad de los habitantes del mundo no tiene electricidad. "Olvídense de la brecha digital y pensemos en otras brechas mucho más importantes", dijo Ted Turner. Se refería a la salud, la educación, la alimentación, los derechos humanos.
¿Por qué esos personajes están tomando posiciones tan extremas" Bill Gates confiesa que su visión ingenua del mundo cambió cuando, hace seis años, resolvió dedicarse a la filantropía que, más allá de dar dinero, consiste en aprender para qué servirá y dónde puede ser más útil aplicada a la realidad. Advirtió que los seres humanos no son mercados potenciales, sino que hay prioridades por respetar. Sin dejar de creer en el potencial de las nuevas tecnologías, Gates advirtió que "los dos mil millones de pobres necesitan salud, no computadoras'' y reorientó su ayuda hacia la inmunización en África y el desarrollo de vacunas para enfermedades, hoy desatendidas, que afectan a mucha gente.
En el apasionante debate que se generó luego de su presentación, con un auditorio que no disimulaba su enojo, comentó que el 95 por ciento del gasto en investigación médica se dedica a problemas que afectan a los mil millones de habitantes más ricos del planeta. Impresiona saber que hay en el mundo 870 millones de analfabetos, que mil millones de personas viven con menos de un dólar diario y que más de la mitad de la humanidad nunca hizo ni recibió una llamada telefónica.
Lógicamente, estas opiniones, que encierran parte de verdad, han desatado un debate que convendría seguir más de cerca, antes de considerar que la tecnología es la solución mágica para nuestros propios males sociales.
Alguien le hizo notar a Gates que pensar en la tecnología como panacea resulta tan ridículo en África como en su propio país, Estados Unidos, donde existen diferencias igualmente agudas. Es más, en esa sociedad tecnológicamente avanzada, lejos de reducirse, la brecha entre ricos y pobres se profundiza. Como editorializó The New York Times: "El hombre que creó la fundación más rica del planeta (con un capital de 21 mil millones de dólares) parece haber aprendido más acerca del mundo real dispersando su fortuna que generándola".


Artículo publicado en la revista “La Nación”

DEMOCRACIA Y MODESTIA - Por Albert Camus

El parlamento reinicia sus sesiones. Van a recomenzar los arreglos; los regateos, las triquiñuelas. Los mismos problemas que nos abruman desde hace dos años van a ser llevados a los mismos callejones sin salida. Y cada vez que una voz libre intente decir, sin pretensiones, lo que piensa de ellos, un ejército de perros guardianes, de todo pelo y color, ladrará furiosamente para tapar su eco.
Nada de todo esto es divertido, por supuesto. Felizmente, cuando uno sólo mantiene esperanzas razonables, no se sienten desfallecer. Los franceses que vivieron plenamente los diez últimos años aprendieron al menos a no temer por ellos mismos, sino solamente por los demás. Ya han pasado lo peor. De ahora en más están tranquilos y firmes. Repitamos, pues, tranquila y firmemente, con esa inalterable ingenuidad que se tiene a bien reconocernos, los principios elementales que nos parecen los únicos apropiados para hacer aceptable la vida política.
No hay, tal vez, ningún régimen político bueno, pero la democracia es, con toda seguridad, el menos malo. La democracia no puede separarse de la noción de partido, pero la noción de partido puede muy existir sin la democracia. Esto ocurre cuando un partido o un grupo de hombres creen poseer la verdad absoluta. Es por ello que el Parlamento y los diputados necesitan hoy una cura de modestia.
El mundo de hoy hace evidente todas las razones de esta modestia.
¿Cómo olvidar que ni el parlamento ni ningún gobierno tienen los medios para resolver los problemas que nos acosan? La prueba está en que ninguno de esos problemas fue abordado por los diputados sin que se pusiera en evidencia la querella internacional.
¿Nos falta carbón? Es porque los ingleses nos niegan el del Ruhr y los rusos el del Sarre. ¿Falta pan? El señor Blum y el señor Thorez se echan en cara las toneladas y los quintales de trigo que nos hubiera debido proveer Moscú y Washington. Imposible mejor prueba de que el Parlamento y el gobierno no pueden por el momento desempeñar más que un papel puramente administrativo y que Francia, en fin, es un país dependiente.
Lo único que se puede hacer es reconocerlo, extraer de ellos las consecuencias que convienen y tratar, por ejemplo, de definir en común el orden internacional sin el cual ningún problema interno se arreglará jamás en ningún país. Dicho de otro modo, sería necesario que nos olvidáramos un poco de nosotros mismos. Esto daría a los diputados y a los partidos un poco de esa modestia que caracteriza a las buenas y verdaderas democracias.
Demócrata, en definitiva, es aquel que admite que el adversario puede tener razón, que le permite, por consiguiente, expresarse y acepta reflexionar sobre sus argumentos.
Cuando los partidos o los hombres están demasiados persuadidos de sus razones como para cerrar la boca de sus oponentes por la violencia, entonces la democracia no existe más.
Cualquiera que sea la ocasión para que se manifiesta la modestia, ésta es saludable para la repúblicas.
 Hoy Francia no tiene ya los medios para ser poderosa. Dejemos a otros el cuidado de decir si esto es bueno o malo. Pero es una coyuntura. A la espera de recuperar ese poderío o de renunciar a él, le queda aún a nuestro país la posibilidad de ser un ejemplo.
Pero sólo podrá serlo a los ojos del mundo proclamando las verdades que puede descubrir en el interior de sus fronteras, es decir afirmando, por el ejercicio de su gobierno, que la democracia interna será aproximativa en tanto no se realice un orden democrático internacional y planteando en principio, finalmente, que ese orden, para ser democrático, debe renunciar a los desgarramientos de la violencia. Son éstas -ya se habrá comprendido- consideraciones voluntariamente inactuales.


(Combat, febrero de 1947).

ANÉCDOTAS DE SARMIENTO

EL ORIGEN DE UNA FRASE

Entre las solemnidades que se celebraron para la repatriación de las cenizas de Rivadavia, hubo un funeral en la Catedral, donde Sarmiento se halló colocado cerca de las damas de la sociedad de Beneficencia. Se usaba, no sabemos si aún perdura esa costumbre, en esas ceremonias, que cada uno tuviera a un momento dado un cirio encendido y al distribuirlos, Sarmiento ordenó al sacristán que no les diera a esas señoras. Intrigadas estas preguntaron:
-¿Porque nos hace semejante desaire?
-Porque ustedes no tienen vela en este entierro. .!
La gracia estaba en que, siendo las damas de beneficencia pertenecientes de las familias mas ricas, pertenecían todas a la aristocracia que había sostenido Rosas no tenían por eso vela en el entierro de Rivadavia.

De Cuadernos Culturales. Año Nº 3



UN ASCENSO DE SARMIENTO

Por allá, por el año 1830, había servido Sarmiento a las órdenes del coronel don Indalecio Chenaut, en calidad de ayudante instructor de caballería, y su fisonomía de diecinueve años no le había servido para ser ascendido. No se había visto con su jefe sino en la Campaña de Caseros, hasta que siendo presidente, le encontró de visita en la casa de la señora de Don Martín Piñero. Era coronel todavía, a pesar de sus prolongados servicios, y Sarmiento en recuerdo de otras bromas le hizo la siguiente pasada:
- Oh! mi coronel Chenaut, ¿ se acuerda que usted no me quiso nombrar capitán en 1830 ?
- Pero, señor presidente, era usted tan joven. ..no podía prever - Confíese que cometió una injusticia! - Señor. .. -¡Pues me la pagará ! Y lo dejo con el susto, suplicante ante la señora de la casa, para que intercediera : -Sarmiento, es tan malo, decía, ¿qué no me hará? Soy viejo e indefenso. ..

Al día siguiente iba al senado el mensaje pidiendo acuerdo para conceder el grado de general a don Indalecio Chenaut.

Recopilación de Anécdotas de Argentinos Célebres. Seg. Serie.pág.59



CONFLICTO ENTRE LA GENEROSIDAD Y LA HONRADEZ

En la suscripción pública levantada en 1885 para llevar socorros a los coléricos figuraba Leonardo Pereyra con $4000 y Sarmiento estimaba que era poco en relación a su fortuna y se lo dijo con soltura cuando fue a su casa.
Don Leonardo, sonriendo, le observó que tenía por norma de conducta no hacer ostentación de su fortuna y se había suscripto con igual suma a la que daban otros grandes propietarios, agregando que su visita tenía precisamente por objeto reparar privadamente lo que aquella suma podía tener de mezquina. Al mismo tiempo entregó un cheque firmado sobre el Banco de Londres y Río de la Plata, con la suma en blanco.
-Supongo, dijo Sarmiento, que el Banco hará honor a su firma hasta una suma considerable, que en mis manos sería una fortuna; pero no puedo admitir su confianza, que podría poner a dura prueba mi honradez y con lo dicho rompió el cheque.
Este conflicto entre la generosidad y la honradez, se transó con que Sarmiento giraría sobre Pereyra si llegase a faltar dinero con urgencia, lo que no fue necesario.

 Recopilación de Anécdotas de Argentinos Célebres. Seg. Serie.pág.126.



DAR SIEMPRE DAR

La escuela normal de preceptores de Chile fue creada en 1842 y puesta bajo la dirección de Sarmiento. Durante su gestión debió empezar por crear el sentimiento de respeto por la función que, los que de ella egresaran, debían ejercer. (Tan pobre era entonces el juicio que merecía la profesión de maestro que, a un raterito de iglesia se le castigó con el cargo de enseñar a leer durante tres años. ..)
A objeto de favorecerse con las becas que el Estado concedía, se inscribieron muchísimos aspirantes que luego fueron poco a poco eliminados. Trató Sarmiento de desterrar “la letra con sangre entra”. Hizo de cada alumno un amigo y aprovechando visitas o encuentros con personas ajenas a la escuela, presentaba a los estudiantes con expresiones de ponderación acerca del apostolado a que desde ya se entregaban. Su solidaridad con los alumnos llegó al grado de compartir con ellos lo que poseía. Pobre como siempre, era su alma la que administraba aquella pobreza. Sus vestidos pasaban a sus alumnos mas pobres que él.
Este rasgo de humanitarismo aparece a cada paso en su vida, siempre comparte su pan y su abrigo. Y cuando no lo tiene, entonces riega con su ciencia, la mente de cuantos aspiran a neófitos de la ciencia.

Boletín de Educación de la provincia de Santa Fe. Homenaje a Sarmiento. Pag. 119

sábado, 12 de septiembre de 2015

No hay amor sin arrebato del corazón Por Rafael Serrano Ruiz

Le gustaría saber cómo olvidarte,
renunciar a pensarte,
pues el amor el corazón le arrebata
y así, de esta manera, dejar descansar
su corazón doliente.

Le gustaría un instante no soñarte,
dejar la mente en blanco,
sabiendo que de nuevo,
el dolor de tu ausencia morderá
cruelmente sus entrañas.

Le gustaría no saber de tu existencia,
olvidar el sabor de tus besos,
el dulzor de tus caricias
y el arrullo de tu voz…

encontrando así la calma.

E1 atajo hacia uno mismo Por Héctor Fuentes

Desconfío de que el tiempo
se condense sólo en los relojes;
alguna fuerza debe existir,
para desdoblar el exacto
engranaje de las horas.

Me rehúso a aceptar que los días
sean una sucesión de hechos
aprendidos de memoria.

Algún atajo desobediente y certero
tiene que conducimos
hacia el despertar eruptivo del magma.

Propongo abrir una grieta
en la gruesa pared de la realidad,
para que al observar por la desnudez
de ese hueco secreto,
veamos la postal de un mundo simultáneo.

La rutina es un guía aburrido
que nos muestra siempre
las mismas calles y los mismos sitios.

Pero en algún momento
algo se sale de su lugar,
algo se desencaja de su moldura,
y es así como deviene

la amnesia de la perfección.

Y en esa sublevación
del azar empezaremos a ver de verdad,
como si en un segundo
se rebelase inesperadamente,
la otra mitad de las auroras.

(Inspirado en "Rayuela" de Julio Cortázar)

HALLELUJAH Por Antonio Monzonís- Valencia

a Leonard Cohen
Ocho voces..........
describen la pura belleza,
yo.........................
recuerdo por qué,
aprendemos a escuchar.

Volverán a nacer
las flores muertas
que no supieron tejer
en el río luminoso.

Estas cosas son así
y tú......................
siempre haces realidad
lo que va en ello.

Están dormidas en la noche
donde nace el silencio
¡Qué felicidad!

Sólo eres un creador
de lunas sagradas
donde escondes el amor.

¡Hallelujah!

Y eres lo más especial
junto a los miles de voces
enjugadas...............
en los coros del mundo
y en las canciones
de los caminos de la muerte,
nadie es la suma de sus partes.

Pero volverán a nacer
las flores muertas
que no supieron …”Que hacer”

¡Hallelujah!

Esta noche Por Victoria Gonzáles Badani- Chile

Esta noche, la luna entrará por la ventana
descorriendo los rincones de la alcoba
las estrellas acompañan a lo lejos
el encuentro se consume en el misterio
del mundano y celestial conjuro.
Esta noche, la luna brillará más íntima
al roce de tu piel sedienta
y la tierra girará de prisa
los dos, inevitablemente confundidos
en total metamorfosis complacida.
Me perderé en el sentido de los sueños
junto a ti, en espacios caprichosos
luz de luna, rumor de mar embravecido.
Esta noche, volverá tu aroma entre mis dedos
y el calor de tus pies desnudos,
te soñaré, en sueños y despierta
piel a piel, sorbo a sorbo de tu aliento
hasta agotar la magia inagotable
de esta noche y sus indómitos secretos.

Variaciones sobre "En tu ventana" de J. Milillo Por Ezequiel Feito

Algo sucede, amor. En tu ventana,
un universo entero lleno de melancolía
se dibuja en mil estrellas que pone el alma.

Algo sucede. Tu silencio profetiza
y en lejanos pasadizos donde el tiempo ya no existe
tu sonrisa ha quedado, prisionera del silencio,
de un silencio que espera mi llegada,
de un silencio que busca tu sonrisa,
de un silencio que nos une y nos separa.

Algo sucede, amor, en la ventana.
Tu figura sueña, recortada entre las luces
tan pálida, tan ausente y tan amada,
esperando mi regreso, un regreso ya imposible.
Un regreso que sepulta la locura de las almas.

Y el silencio
en tu  ventana.
La sonrisa que tú buscas a lo lejos
tras las cumbres de la noche que te llama.

Y yo...
Y yo, ausente,
presintiendo la tristeza quebrantando tu mirada,
tras los vidrios infinitos, tras las sombras,
que se hicieron al partir sobre la casa.

Y el silencio
en tu ventana.
Y tu lánguida figura recortada
mas allá de las estrellas que tu aliento
ha creado en el cristal de tu mirada .

Y los días
como nubes,
desdibujan tu sonrisa tan temprana
La sonrisa que me diste a tu partida
con los ojos que aún esperan mi llegada.

Algo sucede, amor, en la ventana.
En tu pieza vestida de recuerdos,
en tus manos que descubren la mañana
cundo junto a las mías prometimos
ni por cielo ni por tierra separarlas.

¡Ay las sombras!
¡Ay la vida que separa a quienes aman,
mas allá de los portales de la muerte,
mas allá de las estrellas que se apagan!

¡Ay locura de las almas que se encuentran
para amar solo una vez... y luego nada!

Algo sucede, amor, en tu ventana...

Sara Por Diana Luz Bravi

Cala madura, rama fecunda,
quién hubiera previsto esa mañana
paloma en la isla,
de casa alondra, apuro de anís
fuiste siempre testigo.
Mi mejor vestido
necesita ahora tus manos.
Cierro los ojos y me lo decías:
te quiero envuelta de su mirada,
saliente el carmín, el abrigo nuevo,
si te viera él,
jazmines en la blusa de muselina.
Fui desnuda ante vos, bajé esa lámpara,
te dejé, y fue silencio la cala en tu pecho,
no miraste atrás, no fuera,
que mi mano tenaz te detuviera
que mis ojos soplaran el viento sanador
para abrazar tu almohada,
hilandera del sol, pintora muda de viejos anhelos.
Descansa tristeza, descansa esperanza,
si miraras atrás, no serías sal,
mi cala encendida,
espiga orgullosa, verías el día.
Mi mejor vestido,
el que me hiciste mientras el verano rimaba la siesta,
necesita ahora el lino de tus manos,
tu estera de seda, de lana tu abrigo.

R.S.V.P Por Diego Santiago Cazzaniga

Entras
con tu deber de
abrir ventanas
donde enmohece
el recuerdo.
Ya no perfuma
el paraíso
ni el canto
es de gorriones
bebiendo atardeceres
profanos.
Y llegamos nosotros,
sí,
oliendo a ese mar
donde la sirena traduce
la queja de una bisagra
en melodía de olas
sobre huellas
que se van.
[Cuando el alba áurea
nos desnude en las rocas,
curados en sal,
seremos su deseo caníbal,
una famélica urgencia
acechando al amar].

Errante y atroz Por Héctor Fuentes

Por las calles atiborradas de basura,
la noche sorprende
a un corazón de barrilete.

La lluvia llegó temprano,
y la casa de chapa y diarios
ya es parte del brutal
canto de la tormenta.

Otra vez la suerte todo se llevó.
Esa rueda de la fortuna
es tan ciega y disparatada
que nunca deja de hacer estragos.

Los semáforos parpadean
sus luces de tres colores.
Una mano es una estrella
que abriéndose pide a gritos,
que no se cierre en un puño
la palma de los vencidos.
Y en los cueros ajados
de un balón
patea con furia la vida.

En los pies es donde nace
el frío y el movimiento.
En la manga de los puños
la mugre cierra el conejo.
Llanto sucio del olvido
abierto en dos ojos buenos.

Por la vereda pasan
los hombres.
Por el asfalto ruedan
los años.
Es eterna la costumbre
de no mirar al costado.

Un día es un pan
y un deseo.
Un sigla es la espera
que rezan los santos.
Vida que se abre
en un fuego.
Vida que quema
en los labios.
Antorcha que lleva prendida
la cara de un niño hambriento.
La risa mete la púa
y todo empieza de nuevo.

Las noches beben el agua
de los sueños desterrados.
La correntada se lleva
las hojas y los harapos.
A quemarropa dispara el tiempo
contra los barcos abandonados.

(De su libro “Melancrepuscolía”)

Retamas Por Jorge A. Dágata

Yo sé que está su amor, como una abeja
tejiendo ovillos de zumbido leve
alrededor del oro que el verano
-minero del camino- desnudece.

No hay oro más fragante ni más frágil,
melodía del aire sobre el verde.
Pero así es nuestro amor: destello blando,
fragancia ubicua, pura, persistente.

jueves, 10 de septiembre de 2015

Concurso “Llegó la hora de escribir un cuento” - Segunda Edición Organiza Escuela Primaria N° 13 "Independencia Nacional" - Balcarce

Bases


1-   Podrán participar gratuitamente los niños y niñas que concurran a sexto año de las escuelas primarias públicas de la región XX, presentando un cuento inédito de tema libre cuya extensión no supere las dos páginas.

2-  De la obra:
-Cada participante podrá presentar sólo una obra que no se haya publicado anteriormente.
-La misma no podrá ser copia de otra que ya exista. Si fuera detectada una con estas características, la misma será descalificada.
-Para su creación los alumnos y alumnas podrán consultar a su docente de Prácticas del Lenguaje, bibliotecario o dirigirse a la dirección josehernandezbiblioteca@hotmail.com
-Las obras que sean preseleccionadas no serán devueltas ya que las mismas formarán parte de una futura publicación.

3-  Presentación de la obra:
-La  obra deberá ser  presentada por  cuadruplicado,  en  hoja A4, interlineado 1.5, fuente Arial en tamaño 12 y no superar las dos páginas.
-Cada copia debe llevar una carátula en la que se indique el título del cuento y el seudónimo.
-La obra original y las tres copias deberán ser colocadas en un sobre cerrado que tenga en su exterior el nombre del concurso: "Llegó la hora de escribir un cuento", el título del cuento y seudónimo. 
-Dentro del sobre además se deberá presentar otro sobre con el título de la obra y seudónimo, y en su interior se incluirá una hoja con los siguientes datos:

Seudónimo.............................................
Título de la obra.......................................
Nombre y apellido del autor........................
Edad...................................................
DNI.................
Domicilio..........
Teléfono............
Escuela.............
Curso...............
Dirección de mail.

-La obra deberá ser entregada en la Biblioteca de la Escuela Primaria N° 13 de Balcarce, sita en calle 21 entre 28 y 30 N° 924, código postal 7620, hasta el 18 de septiembre, indefectiblemente.

Del Jurado:
-El jurado estará compuesto por dos escritores locales, directora de la Biblioteca pública, una docente de Prácticas del Lenguaje a designar.
-El jurado evaluará los trabajos ente el 21 de septiembre y el 26 de octubre, siendo seleccionado el cuento ganador por mayoría simple.
-El fallo será inapelable y podrá decretar los premios y/o menciones de honor, según lo estime.

Premios:
-El ganador tendrá como premios: Libros y un elemento a determinar , y la publicación del cuento en un medio de comunicación local.
-Los organizadores serán quienes comuniquen el resultado del concurso al ganador, mediante carta.
-La entrega de premios se realizará en la sede de la Escuela en noviembre.

De las bases del concurso:
-Las bases del concurso podrán ser retiradas en la Biblioteca de la escuela y serán entregadas en forma gratuita por las docentes de Prácticas del Lenguaje de las diferentes escuelas interesadas.


Nota: La participación en este concurso implica la aceptación de todas las bases expuestas.

sábado, 5 de septiembre de 2015

Repartijas- Por MARÍA ELENA WALSH

   Dos vizcachas salieron de paseo, y les fue muy bien. Cada una se encontró un pedacito de cobija de lana. Pensaron cómo harían para que les fueran más útiles. Al fin resolvieron unir los dos pedazos -y así alcanzarían para las dos juntas-pero no tenían con qué coser.
En eso llegó el zorro y dijo que él había hallado un hilito y que se los daría si lo dejaban taparse. Las vizcachas aceptaron y se pusieron a coser. Cuando llegó la noche estaban muy contentas: no pasarían frío.
Pero el zorro, cuando se fueron a dormir, dijo que él se tenía que acostar enfrente de su hilito para cuidarlo.    Las vizcachas no tuvieron más remedio que decir sí. Y el zorro durmió muy abrigado y las vizcachas se congelaron porque la cobija era demasiado angosta para los tres.
    Este cuento popular me hace acordar de los opinantes que echan a rodar frases hechas, que dicen más o menos así: ¡Cómo se gasta en un festival de cine, cuando los hospitales están a la miseria! ¡Cómo es posible que se derrochen fortunas en mantener el Teatro Colón, cuando los jubilados se mueren de hambre! ¡Qué vergüenza organizar recitales al aire libre cuando hay tantos chicos desnutridos!, etcétera.
   Vergüenza me da que estas falacias sean pronunciadas a menudo por gente productora / consumidora / comentarista de cultura. No reparan en que, cuando la cobijita entera es para el Zorro, no queda para una vizcacha ni para la otra.
   Me explico: cuando una sociedad no se ocupa de su cultura, tampoco se ocupa de las otras necesidades. Y viceversa. Cuando la cultura y la educación están más o menos protegidas, también lo están las otras áreas sociales.
   No importa si esta cobija bien repartida está en manos del Estado, de la iniciativa privada, o de ambos. Eso depende de la estructura política y de otras razones en las que no hace falta abundar.
   Voy a dar un ejemplo, no precisamente primermundista. Costa Rica es un país pequeño y discreto de América Central. Suelen comentarse, y no lo discuto, las bondades de la medicina cubana, pero que un país vecino de la isla sea el primero en América en materia de salud pública... de eso no se habla.
Hace apenas un año -y aunque todo puede cambiar de la noche a la mañana- me reafirmaron en Costa Rica lo que ya sabía por boca de algunos sabios médicos nativos: que era ejemplar la política en materia de salud pública. Y no por eso se descuida la educación primaria, atendida contra viento y marea, ni se cierran sus centros de cultura ni su universidad ni otros focos que irradian todo el bienestar que pueden, dada la pobreza básica y la creciente ola inmigratoria que plantea nuevos problemas de distribución y trabajo.
    No es el único ejemplo, pero sí es notorio que cuando un país desatiende un aspecto del beneficio social descuida todos los otros. Es decir, es la política del Zorro con la cobija ajena.
    Es una falacia pensar que restando presupuesto de una actividad necesaria -y todas lo son- pase automáticamente a aliviar otra. No conozco país que haya cerrado su teatro de la ópera para fundar un hospital de niños. No lo hicieron los comunistas ni los regímenes capitalistas más o menos humanos.
    Las naciones que admiramos o envidiamos no desdeñan la cultura, entre otras cosas porque de ella viven en gran medida. No se trata sólo de los colosales ingresos de la industria disco-gráfica ni de los precios astronómicos de algún cuadro subastado. Se trata de prestigio y derechos humanos, que aunque no se coticen en la Bolsa significan una inversión mucho más rentable de lo que suponen nuestros funcionarios, eternamente itinerantes y militantes de paros turísticos sin descuento de haberes. Si recortáramos más ¡todavía! nuestros fondos de apoyo a la cultura, el ahorro no iría a parar por arte de magia, como creen algunos despistados, al PAMI ni a los hospitales ni al sueldo de los docentes.
Iría a parar, como nos consta, al chanchito-alcancía del Zorro.
    Y un detalle más: si no fuera por los despojos que mantenemos heroicamente en materia de cultura, arte y educación, no alcanzarían las fortunas de toda Arabia Saudita para sostener hospitales psiquiátricos nacionales.
    La cultura -desde la investigación científica hasta el modesto entretenimiento- es lo único que nos permite sobrevivir, o mantener cierto equilibrio de cornisa, en esta menesunda de mensajes truchos, miserias miserablemente orquestadas y malabaristas de pistola en la sisa.
    Algunos quieren convencernos, entre otras necedades, de que hay que restar de un lado para agregar al otro. Daría para todo, debe dar para todos.
    Pero mientras nos entretenemos en estas cuentas mentirosas, el Zorro se queda con toda la cobija y después aunque el cuento no lo diga, se come las vizcachas, vende las pieles, y manda la plata a Suiza.
    O quizá nos pasamos de mal pensados. Por ahí dona el 12,5 por ciento, menos IVA, a un asilo de vizcachitas huérfanas.

Artìculo extraìdo de la revista “Viva”

Shakespeare digital - Por Guillermo Jaim Etcheverry

   Acostumbrados a los progresos de la técnica, nos hemos convencido de que la solución a todos nuestros problemas se encuentra en el futuro. La tecnología, sin duda, simplificará nuestras vidas: podremos hacer más, más rápido y con menor esfuerzo. Pero lo importante, lo que debería preocuparnos, no es tanto el cómo sino el qué hacemos.
  En la escuela, el problema no reside sólo en la naturaleza de la herramienta con que aprenden nuestros chicos, sino en el qué aprenden. Los estudiantes japoneses, que superan a los del resto del mundo en su rendimiento en matemática, son los que menos computadoras encuentran en sus aulas. En ellas se recitan las tablas de multiplicar y, en algunas, todavía se utiliza el ábaco.
  Sin embargo, los padres argentinos han puesto una fe ciega en la computación: una encuesta reciente muestra que sólo el 17 por ciento quiere para sus hijos más días de clase o más horas de clase por día. En cambio, el 90 por ciento no duda en requerir más computación. Es indiscutible que se trata de una herramienta cada día más imprescindible y que dentro de poco su manejo será casi tan importante como saber leer y escribir. Pero no se nos debe escapar que para sentarse frente a una computadora, por lo pronto, hay que saber leer y escribir y, además, pensar.
  El profesor Nicholas Negroponte, director del Laboratorio de Medios de Massachusetts Institute of Technology, en su libro Ser digital, en sus recientes artículos y en sus declaraciones al visitar a Buenos Aires, ha esbozado un alucinante panorama de lo que será el mundo de las comunicaciones en el futuro. Fibras ópticas transmitirán bibliotecas enteras de información en podrán leer simultáneamente el mismo libro.   Desde nuestra casa podremos enviar mensajes a quien se nos ocurra en cualquier lugar del mundo. Recibiremos diarios personalizados, sólo con noticias que nos interesen. La televisión nos ofrecerá alternativas infinitas: a través de cientos de canales, podremos ver al instante lo que sucede en cualquier lugar de la Tierra (lo que nos quieran mostrar, claro). Y así será nuestra vida futura, un paseo deslumbrado por las autopistas virtuales que cubren el globo.
  Pero, ¿habrá 30 millones de personas interesadas en leer los libros que puedan bajar de las autopistas informáticas? ¿Produciremos tantos mensajes originales para enviar a nuestros corresponsales de todo el mundo? ¿Traerán novedades tan importantes los diarios personalizados? Los infinitos programas de televisión que podremos ver, ¿serán una réplica de la chabacanería que hoy nos inunda?
  La clave parece darla el mismo Negroponte al responder a la pregunta acerca de qué puede hacer la computación para mejorar el acceso y el placer proporcionado por una obra de Shakespeare. Responde: "No tengo mucho interés por Shakespeare. Pero la tecnología podrá encontrar medios para tornarlo más interesante para mí".
  Despertar el interés por Shakespeare o por la cultura en general no constituye un desafío tecnológico. Es una aventura radicalmente humana. Negroponte no tiene mucho interés por Shakespeare. Le atrae, en cambio, el vehículo tecnológico. Es como si alguien afirmara: "No me interesa Velásquez, yo estoy preocupado por los pinceles".


Artìculo extraìdo de la revista “La Naciòn”