Yo sé que está su amor, como una abeja
tejiendo ovillos de zumbido leve
alrededor del oro que el verano
-minero del camino- desnudece.
No hay oro más fragante ni más frágil,
melodía del aire sobre el verde.
Pero así es nuestro amor: destello blando,
fragancia ubicua, pura, persistente.
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