Ella es la faja rosada
que viene tras el lucero,
y pinta el cielo primero
anunciando la alborada;
la claridad esperada
después de la larga noche
la que lleva sin reproche
realzando su figura,
una zamba en su cintura
y un estilo como broche.
Ella es la chispa que quema,
la de más linda estampa,
un girón de nuestra pampa,
una luciente diadema;
es del amor el emblema
que enarbolo en mi querer,
la que al saberme atraer
por estar de encantos llena,
me deshilacha una pena
para bordarme un placer.
Ella es la que me mantiene
la existencia todavía,
y de mi noche hace día
con los ojazos que tiene;
su fulgurar me entretiene
ya hasta me produce encanto,
y como el ave le canto
y la nombro pa consuelo,
¡Angel escapao del cielo,
por eso la quiero tanto!