sábado, 3 de febrero de 2018

LA PROVINCIA GANADERA (Historia de la pecuaria bonaerense) - El presente trabajo es un fragmento del libro “La Provincia Ganadera” de Juan Carlos Pirali . Editado por Dunken de Buenos Aires en 2002

         Resulta indudable que el potencial económico de la provincia de Buenos Aires estuvo afirmado desde sus orígenes, en los sólidos pilares de la riqueza ganadera, con un marcado predominio de cría bovina, que desde su introducción en este territorio despertó un considerable interés por su explotación entre los hacendados, favorecidos en esa actividad rural por  la excelencia de los pastos y buenas aguadas en campos que se extendían cerca de Buenos Aires.-
Las extensas llanuras que hoy pertenecen al territorio bonaerense, fueron como un polo de atracción para los primeros colonizadores y conquistadores españoles que llegaron al Río de la Plata, quienes quedaron admirados por la extraordinaria riqueza vegetal que ofrecía esta inmensa pampa, con condiciones sumamente aptas para la cría de ganado y la explotación agrícola.
La primera introducción de ganado en estas tierras se debe a la acción del adelantado don Pedro de Mendoza, quien en ocasión de fundar la ciudad de Buenos Aires en 1535, trajo en sus naves desde España 72 equinos de cría española con cruza de sangre berberisca, y aunque al abandonar la población quedaron en el lugar sólo 12 de esos animales entre machos y hembras, de acuerdo con documentaciones aportadas por investigadores del tema, serían los que dieron origen al caballo criollo.
Corresponde a don Juan de Garay el mérito de haber introducido en tierras bonaerenses el primer rodeo de vacunos en el año 1580, en ocasión de volver a fundar éste la ciudad de Buenos Aires. Garay con su expedición fundadora trajo 500 vacunos de raza andaluza  y 1.000 caballos. Esa hacienda procedía de Asunción, donde había sido procreada y su descendencia sería de dos corrientes introductoras; una tendría su origen andaluz como lo afirma Félix de Azara (1)
“El capitán Juan de Salazar llevó de Andalucía 7 vacas y un toro a la costa del Brasil, y luego las condujo por tierra al río Paraná. Allí las embarcó en una balsa y bajó dicho río hasta su unión con el Paraguay y subiendo por éste llegó a la Asunción en el año 1556”. Hay quien ubica esa entrada en el año 1555,  pero eso no varía la importancia histórica del acontecimiento. Sobre ese hecho se había ocupado Ruy Díaz de Guzmán (2), quien al referirse a este tema decía que “Scipión y Vicente Goes, hijos de un caballero español llamado Luis Goes, fueron los primeros que trajeron vacas a esta provincia, haciéndolas caminar muchas leguas por tierra, desde San Vicente (hoy Santos) en la costa del Brasil y después por el río en balsas, eran siete vacas y un toro a cargo de un fulano Gaete, que llegó con ellas a la Asunción con grande trabajo y dificultad sólo por el interés de una vaca que se le señaló por salario”.
De acuerdo con la misma fuente citada esos vacunos eran de pelaje castaño oscuro. La otra procedencia se originaría en los vacunos que Felipe Cáceres llevó a la Asunción desde Lima por orden del adelantado Juan Ortiz de Zárate en 1569. Ese ganado pertenecía al igual que el anterior a la raza andaluza, cuyas características más salientes eran la gran corpulencia, buena alzada, cabeza voluminosa y grandes cuernos. El pelaje variaba desde el colorado claro al muy oscuro. (3) En esas dos corrientes estaría el origen del ganado criollo, que predominó por muchos años en los campos de la pampa húmeda, y que representa el resultado de la selección natural de ese ganado introducido por los españoles en estas tierras, donde se asienta el territorio de la provincia de Buenos Aires, pero su cría ha ido reemplazándose a través del tiempo por medio de cruzamientos y la absorción por parte de otras razas con mayor rendimiento, tanto en la producción de carne como de leche. No obstante, el ganado criollo mantiene su vigencia en el área bonaerense, aunque su difusión, prevalece en regiones del norte y del centro del país.

Contate un cuento X” Mención de Honor Categoría B: Mundo ideal o mundo real- Por Iara Roxana Videla, alumna de 3° año de la E.S.N° 3 “Carmelo Sánchez”

Esta es la historia de una chica llamada Roxana. Su nombre no le gustaba mucho,  así que se puso ella misma el apodo Roxy. Iba a una escuela secundaria de su ciudad pero no tenía muchos amigos, era discreta y callada, no participaba mucho.
     Para ella no era un mundo ideal, un día decidió averiguar qué le gustaba realmente y notó que lo que más le gustaba eran los animes y los mangas, así que  decidió averiguar todo sobre ellos y descubrió que había unas personas que se hacían llamar Otakus. A ellos les gustaban muchos este tema, incluso tenían sus propias fiestas, reglas, eventos y muchas cosas más.
     Un día, mientras estaba en su casa mirando animes, se durmió y despertó en un mundo diferente. Todo era hermoso: las personas, los paisajes, incluso las casas. Todo era tan tranquilo, era como estar dentro de un anime. 
     Empezó a caminar hacia lo que parecía una escuela y pensó que toda  la otra vida no había sido ni más ni menos que un sueño. Entones decidió inscribirse en la escuela y luego se marchó a casa, aunque en este mundo no tenía familiares,  vivía sola.
     Al día siguiente caminó a la escuela,  con su uniforme nuevo, tropezó con un apuesto muchacho e  inmediatamente le pidió perdón y salió corriendo. Al llegar al colegio fue a los tableros de clase, leyó su nombre en una de las listas y fue lo más rápido que pudo a su salón a conocer a sus nuevos compañeros. Se paró delante de la puerta y escuchó decir a la profesora que hoy empezaba una nueva estudiante. Recordó que así era en los animes y cuando le dijeron que pasara entró y se presentó ante todos, ahí fue cuando la profesora le dijo que se sentara junto a Kaito. Ella miró el lugar que la profesora señalaba y vio al chico de antes. Sorprendida decidió ir a su asiento y el chico cuando la vio le dijo: ¿habrá sido coincidencia el choque de hoy?, ella avergonzada no contestó.
Después de clases Kaito le dijo que fuera con él y la llevó a la terraza de la escuela
- Creo que hoy no tuvimos la oportunidad de presentarnos,  me llamo Kaito ¿y tú?
- Yo soy Roxy, bueno quiero decir Roxana, pero no me gusta mucho, así que puedes llamarme Roxy.
- Bien Roxy, eres nueva en la ciudad ¿no? Salgamos y te llevaré a conocer la ciudad ¿quieres?
- Pues me encantaría pero… ¿dónde nos juntamos?
- Te pasaré a buscar, solo dame tu dirección. Bueno hasta luego Roxy
Más tarde Roxy estaba arreglada, parada delante de su casa esperando a Kaito cuando unas chicas aparecieron y le dijeron:
- Te vimos, estuviste con Kaito, ¿qué relación tienes con él?
- Ninguna,  soy nueva en la ciudad y Kaito quiso enseñármela.
- No te creemos, tú solo quieres quitarnos a Kaito.
En eso cuando la estaban haciendo retroceder sintió que una mano la empujaba hacia atrás y que le tapaban la boca. Y cuando las chicas se fueron miró y vio que era Kaito quien estaba allí.
- Kaito ¿Qué haces aquí en los arbustos? ¿Quiénes eran esas chicas? Y… ¿Por qué me acosaban?
- Perdona, esas chicas son fanáticas mías, cuando las vi aparecer me escondí y cuando vi lo que hacían, decidí ayudarte.
- Dime… ¿es una cargada o  es que eres tan famoso?
-  Si, me consideran uno de los chicos más guapos de la escuela y ahora que caigo,  tú no te quedas atrás.
- ¡Eh! Pero si yo de linda no tengo nada.
- Vamos, aprovechemos y hagamos el recorrido en su parte más hermosa de  noche
     Y así partieron hacia la enorme ciudad que los esperaba. Esa noche cuando regresaron a la casa se había largado a llover, Roxy  le ofreció que se quedara hasta que pasara la tormenta y Kaito aceptó. Ella preparó un poco de té calentito y se pusieron a charlar.
- Roxy  ¿tienes novio?
- Pues no, de donde yo vengo, no tenía ni un amigo.
- ¿De verdad? Con lo simpática que eres, me extraña.
- Sí, soy un poco tímida pero me encanta la lectura y con eso pasaba el tiempo.
- Bueno mañana no hay cole más que a la mañana, ¿qué te parece si salimos?
- Salir ¿cómo en una cita?
- Si,  hay un lugar que pocas personas llegan a conocer y me encantaría mostrártelo.
- Está bien, iré y de paso conoceré un poco mejor la ciudad.  ¿Qué tal si además hacemos un picnic?
- Bien, entonces mañana en la fuente central a las dos.
Cuando dejó de llover, Kaito se despidió y se fue. Al día siguiente como había prometido, estaba con una canasta esperando en la fuente. Kaito no tardó en llegar  y se marcharon. Treparon una montaña que había en el bosque y al llegar  a la cima Roxy se resbaló cayéndose por el acantilado. Cuando despertó Kaito estaba a su lado en una parte del bosque que ninguno conocía y empezaron a andar para encontrar el camino a casa. Después de varias horas no consiguieron llegar a ningún lado, decidieron parar, comer algo mientras charlaban.
- Viste Roxy, esto terminó siendo una aventura. Pero…hay algo que quiero contarte: La verdad yo no soy de aquí, vengo de otro mundo que es totalmente diferente pero no sé cómo volver y por el momento no quiero regresar.
- Yo tampoco. Cuando llegué solo pensaba en que quería un mundo donde  pudiera tener amigos. Luego me dormí y aparecí aquí.
- Entonces los dos llegamos aquí del mismo modo pero... ¿cómo saldremos?
- La verdad es que no lo sé, pero ya encontraremos una pista. Cuando salgamos te buscaré y viviremos aventuras en aquel mundo igual que en este.
     En ese momento, apareció una mujer con apariencia de Diosa que les dijo:
-Yo soy Solaria. Creé este mundo para aquellas personas que necesitan ayuda fuera del otro mundo. Ustedes descubrieron el secreto de este lugar  y ahora son libres de entrar y salir cuando quieran.
- Muchas gracias, pero… si salimos ¿cómo volveremos a entrar? y ¿cómo me encontraré con Kaito?
- Yo los guiaré. Para entrar solo digan “al mundo de los sueños voy” y podrán llegar de nuevo y para salir solo digan “del mundo de los sueños me voy”.
- Muchas gracias Solaria  y los dos dijeron “del mundo de los sueños me voy”
     Todo se tornó brillante y lo que veían empezaba a desaparecer incluso ellos mismos. Pero antes de que todo se desvaneciera, él la miró a los ojos diciéndole nos veremos en el otro lado. En ese preciso momento Roxy despertó en una habitación del hospital. Miró a su alrededor y vio a su madre dormida en un sillón, quién al despertar, con sus ojos llenos de lágrimas  le dio un fuerte abrazo y le contó que estuvo dormida un mes, que se había asustado mucho cuando la encontró así en su habitación. Cuando le dieron el alta, volvió a la escuela pero ella no dejaba de pensar en Kaito. Un día  el profesor anunció la llegada de un nuevo estudiante y entró por esas pequeñas puertas un chico con apariencia familiar que se sentó al lado de Roxy y le dijo al oído: por fin te encontré y no en un mundo de sueños.