El lenguaje del viento entre las grietas
menoscaba el silencio, le da forma,
murmura como el río y se uniforma
de madrugado rojo, piedras quietas.
Capricho de la tierra los violetas
con que se asoma el día y te transforma,
la luz vibra siguiendo simple norma
hasta alumbrar tus zonas más secretas.
Sin embargo tu nombre lleva impresa
la singular belleza de la luna,
blanco y negro, misterio de la noche,
que en áridos repliegues se confiesa.
Conjuro que del páramo hace cuna
engalanando el yermo como un broche.
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