Penetra suave la humedad de la brisa
como el roce tierno de una mano amiga
abre en su andar la senda emotiva
que experimenta y derriba la frontera interna
y permite abrir el reconfortante fluir del alma.
La lluvia en caravana de transparente hilado
baja pertinaz desde el plomizo cielo
siento en mi piel el tic-tac de su goteo pausado
inserto en la bruma de tu espacio- tiempo.
Me refugio y me conmuevo
donde las pisadas se acallan junto al verbo
es la manifestación divina que enternecida bebo
es el todo y la nada, en un tapiz que arropa mi sueño.
Ha vuelto el orden afuera y adentro…
respiro, me nutro y me permito sembrarme
de juncos y lirios en flor.
Mi mirar es nuevo
mi latido recién estrenado
el tapiz violeta del sendero
es la señal indiscutible del paso del tiempo
tiempo fértil para abandonar lo añejo
y amoroso para emprender cristalino vuelo.
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