sábado, 13 de enero de 2018

“Llegó la hora de escribir un cuento” Mención: Cinco Soles Hotel - Por Francisco Florez

             En el año 1960 se inauguró en la localidad balnearia de Mar del Sur, en la Provincia de Buenos Aires, el Gran Hotel Mar del Sur, perteneciente a una familia adinerada de Capital Federal, la familia Paz Uriburu, un apellido aristocrático.
    Desde Diciembre a mediados del mes de marzo el clan familiar compuesto por el matrimonio y sus cincos hijos varones se instalaban allí a disfrutar de este balneario teñido por atardeceres de ensueño y tranquilidad sepulcral.
Otros huéspedes de este gran complejo llegaban durante la temporada desde distintas partes del país, generalmente los unía un lazo de amistad con los propietarios.
Es muy lindo observar a la madre reírse y disfrutar con sus hijos en las orillas del mar mientras el padre fumaba tabaco junto a otros señores de la época en los jardines del hotel.
Un atardecer del 8 de febrero una tormenta eléctrica llego con gran ímpetu y agresividad a esas costas y un rayo impacto a la mujer que justo retiraba del agua a sus hijos junto a una criada, nada se pudo hacer, muro al instante, un médico que se hospedaba en el hotel hizo todos los intentos posibles pero fue en vano.
Corría el año 1964, la dama fue enterrada en los jardines del hotel.
El desconsuelo y la tristeza se apoderaron del señor Paz Uriburu y de sus cinco hijos, decidiendo cerrar el hotel que tan poco tiempo atrás había inaugurado. Paso un largo tiempo y los cinco herederos decidieron reabrir el hotel, ye eran jóvenes de entre 16 y 23 años con una impronta especial y con el gran objetivo de rendirle homenaje a su amada madre que los había abandonado de esa forma tan cruel.
Se instalaron en el lujoso hotel, totalmente renovado y hasta con nuevo nombre “Cinco Soles Hotel”, el padre también los acompaño en este proyecto como asesor y ya no como administrador.
Cuentan los lugareños y turistas de la época que durante todo el lapso que el hotel permaneció cerrado, en las tardecitas de verano un llanto desgarrador se sentía desde los fondos del lugar, era semejante al de una madre que se encontraba lejos de sus hijos. El funcionamiento del hotel era un éxito, estaba repleto de gente.
La gran sorpresa llego el 8 de febrero  que fue un día de mucho calor y al atardecer se desato una tormenta feroz sobre la costa, una tromba marina se vivió en el lugar sin causar daños materiales  ni humanos y al mismo tiempo desde los jardines del hotel se comenzó a sentir un dulce canto de sirena que todos los atardeceres se repetiría mientras los cinco hijos permanecían en el lugar.

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