Sé que ya tienes la edad
que previene el reglamento;
sé que te adornan talento,
gracia, inocencia y bondad;
sé que eres una beldad;
que son tus ojos de cielo;
que es como el oro tu pelo,
y tu faz de rosicler...
¡Sólo me falta saber
Por qué te llaman consuelo!
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