sábado, 13 de abril de 2019

LA IMPORTANCIA DEL AGUA EN LA GANADERÍA Por Juan Carlos Pirali

          Desde el día en que el ganado pisó por primera vez estas tierras, éste necesitó para mantener su existencia como aliado más indispensable, el uso del agua, por tal razón, la mayoría de los hacendados concentró sus animales en zonas cercanas a los ríos y lagunas, para asegurarse el aprovisionamiento del vital líquido.

Hay documentaciones del siglo XIX con referencias sobre las graves consecuencias que producían las sequías en la incipiente ganadería bonaerense.

Sobre lo expuesto, el capitán Alexander Gillespi, que integró la fuerza británica durante la invasión al Río de la Plata en 1806, estuvo confinado en San Antonio de Areco y escribió sus observaciones sobre las características del interior de la provincia de Buenos Aires. Al respecto, decía que en el citado año, don Marcos Zabaleta, un hacendado de esa zona, había perdido más de 12.000 cabezas de ganado de las 60.000 que poseía, como consecuencia de una gran sequía.(1)

Una de las sequías con resultados más devastadores fue la que azotó a la provincia bonaerense durante los años 1829, 1830 y 1831, que ocasionó la muerte de más de un millón de vacunos.(2)

Los métodos para obtener agua de pozo o de aguadas eran muy precarios, y uno de los sistemas utilizados que perduró hasta mediados del siglo XX fue el llamado “balde sin fondo”, cuyo invento pertenece a un hombre de campo; don Vicente Lanuza, quien en 1826 patentó ese artefacto de extraer agua. Se trataba de un balde en forma de manga, que generalmente se fabricaba con el cuero del pescuezo de un caballo, con un fondo móvil o especie de sopapa o válvula que bajaba al pozo mediante una cuerda tirada por un caballo, y al cerrarse el extremo inferior impedía la salida del agua, la que era volcada en represas o bebederos.

Ese sistema para la extracción de agua fue observado por William Mac Kann en 1847 durante su paso por Chascomús, Dolores, Tandil, Azul y Tapalqué.(3)

Ese balde era usado en aguadas o jagüeles, que según relata Dareaux se trataba de “pozos grandes cudrilongos, cavados hasta dos metros bajo del nivel de las aguas subterráneas”.(4)

Un elemento que vino a revolucionar el sistema de extracción de agua fue el molino de viento, el que ya era usado hacía varios siglos en Europa para la molienda de granos, para el riego y para el bombeo en tierras ubicadas bajo de nivel del mar.

El inventor del primer molino de viento utilizado para extraer agua, sería un norteamericano llamado Wittaker, así lo cita Pedro Capdevilla en “La Estancia Argentina”, donde también hace referencia a don Thomas Alsey, fundador de la primera cabaña de ovinos Merino en Morón en el año 1814, como el fabricante del primer molino de viento en Buenos Aires en un taller de la calle Alem al 70.(5)

(1) "Buenos Aires y el Interior". Ed. Hyspamérica, 1986
(2)Mario D'Angelo. "Seguros del ganado". Buenos Aires, 1968
(3) William Mac Cann. "Viaje a caballo por las provincias argentinas". Impr. Ferrari, Bs. Aires 1968
(4) Godofredo Daireaux. "Estancia Argentina". Censo agropecuario 1908
(5) Arturo Capdevila. "La Estancia Argentina". Ed. Plus Ultra, Buenos Aires 1978.

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