MI CARA
Esta cara impasible, yerta, umbría,
Hasta ¡ay de mí! para la que amo helada,
Sin fuego, sin pasión, sin luz, sin nada,
no creas que es ¡ ah, no ! la cara mía.
Porque esta, amigo, indiferente y fria
Que traigo casi siempre, es estudiada....
Es cara artificial, enmascarada,
y, aquí para los dos, -la hipocresía!
Y teniendo que ser todo apariencia,
Disimulo, mentira, fingimiento,
Y un astuto artificio en mi existencia,
Por no poder obrar conforme siento
Y me lo mandan Dios y mi conciencia.
EL LUNAR
Como del cuerpo entro todos
Los hechizos sobresale,
Y hasta una hermosura vale,
De los ojos la beldad :
Así entre las bellas dotes
Del corazón y del alma,
Como en la selva la palma,
Descuella la caridad.
UN MAL CASADO
En medio de los dolores
de una muerte que amagaba
Un infeliz recordaba
Sus ya pasados errores ;
Mas cuando aquel recordó
De haberse buscado suegra,
Basta, dijo, muerte negra,
Líbrame, de él, y espiró.
INÉS
En su próxima dicha embebecido,
Delirante de amor Favonio espera,
Que se desnude Inés, y placentera ..
Entre con. él al lecho apetecido.
La ve soltar un lazo, y sorprendido
Mira caer á sus pies la ancha cadera;
Un resorte, y con él la cabellera,
Y en pos de un otro, el muslo desprendido.
Queda el rustro divino : ¡ oh ! ¡qué blancura !
Mas no, que es Solimán .... se pone prieto,
Y... ¿ qué saca, después ? ¡ la, dentadura !
El seno ¡ ah! se desprendo con el. peto!
¿Y qué resta por fin do su hermosura?
¡Oh engañosa beldad, -un esqueleto !
UN SONETO
Un soneto! sí, Fabio; un cuarto de hora
Que escribo, y sudo, y voto, y me fatigo,
Y llano al . . pero qué . . nada consigo;
Si mas quito y añado, más se empeora.
Iba á escribir .... mas ya ... ni sé ahora;
Y es esto diversión, ¡ ah ! no ; maldigo
Hasta el mismo alto numen que es testigo
Del vático furor que me devora.
De esta vez, no hay remedió, pierdo el juicio!
Quince versos, dos ripios, plan y objeto
Es preciso borrar ; ¡qué sacrificio !
También un consonante, un epíteto
Mal aplicados ¡ oh ! ya esto es suplicio !
¡ Llévese el diablo, pues, pluma y soneto !
EL SASTRE
De un rico lino cortaba
Para su esposa, un vestido
Cierto sastre, y distraído
La mitad del lino ahorraba.
Nótalo ella y grita: Espera,
Tú me robas mucho paño!
Y él responde : No es extraño,
Me olvidaba de quien era.
A UNA DAMA
Preguntóme una doncella.
¿Me falta algo por ventura,
Siendo rica, noble, y bella?
Sí, le dije, más cordura.
LA RESPUESTA
Preguntóme, ¿cuál de aquellas
Cinco damas es mas linda?
Un amante; óyelo Alcinda
Y dice, ninguna de ellas.
EPIGRAMAS
Un pendenciero
Un valentón desafió
A un antiguo militar,
Y llegados al lugar
De la riña, así le habló :
Tú tiras, o tiro yo,
O me matas, o te mato,
Y es sabido que un mal rato
Debe huirse.. . .y disparó
La Viuda
Bañada en lágrimas vi
Quejarse á una joven viuda,
Diciendo: muerte sañuda,
¿Porqué me dejaste á mí ?
Grita, llora; mas voy yo,
Háblole de casamiento,
Y la viuda en el momento
En risa el llanto mudó.
El beato
Rezando estaba un devoto
Muy contrito, cuando al paso
Pisa su hijo por acaso
Un mal jarro y queda roto :
Se enfurece con exceso,
Grita el beato, rabia y vota,
Toma al hijo, cruel le azota,
Se hinca luego y sigue el rezo,
El busto
A un chulo se preguntó
Si el busto de un magistrado
De blanco mármol labrado
Le era fiel, y respondió :
El busto no admite medra
Ni puede hacerse mejor
Porque imitó el escultor
Hasta los sesos de piedra.
Respuesta que dio el gobierno nacional cuando se le solicitó que apoyase la impresión de las obras del Dr. Cuenca, adquiriendo para tal fin, varios ejemplares. Vaya esto como ejemplo para aquellos que creen que el estado debe apoyar la obra del artista.
Respuesta del gobierno:
Marzo 18 de 1861.
Queda suscrito el gobierno á diez ejemplares de la obra del Dr. Cuenca ; hágase así saber al interesado y comuníquese al Ministerio de Hacienda.
MITRE.
PASTOR OBLIGADO.
Respuesta del Dr. Fajardo al saber que el gobierno sólo tenía interés en 10 ejemplares:
Al Exmo. Sr, Gobernador de. Buenos Aires, Brigadier General D. Bartolomé Mitre.
Señor:
Se me acaba de notificar que, por toda contestación á la carta que tuve el honor de dirigir á V. E. con fecha 25 de Septiembre del año pasado, el gobierno de V. E. se suscribía á DIEZ EJEMPLARES de las obras poéticas del finado Dr. D. C. M. Cuenca.
Si la penuria del Erario no hubiera permitido al gobierno distraer fondos en una suscripción, condigna de este y de la importancia de la obra que colocaba bajo su elevada protección, yo habría aceptado gustosísimo el que se hubiera excusado de abonarse á un solo ejemplar. Mas la dignidad de las letras, de las que soy humilde pero celoso soldado y de las que V. E. es conspicuo representante; la dignidad de las letras, que debemos acatar ante todo, cualquiera que sea la posición á que nos encumbre la voluble rueda, porque ella es superior á las demás efímeras dignidades á que esta eleva; la dignidad de las letras, en las que brilla, el Dr. Cuenca como un astro, - no me permite aceptar semejante suscripción, de parte del gobierno de su patria, mas que como una ironía, por no decir otra cosa, á la memoria del primer poeta argentino.
Al agradecer, sin admitir, tal protección del gobierno de V. E., me queda la satisfacción de haberme sacrificado de todos modos por la gloria de aquel poeta, aunque no soy magistrado de su patria, aunque no soy capitalista, aunque ni soy su compatriota.
Tengo el honor de saludar á V. E. con mi. mayor consideración, &a.
Heraclio C. Fajardo
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