De los cerros donde el viento
no se cansa de correr,
y en los iros y cardones
zumba hasta el anochecer;
de los cerros donde el sol
curte y reseca la piel
y a la tierra la yareta
se agarra con avidez,
una tarde la pastora
acosada por la sed,
arreando sus cabritas
bajó con ligero pie.
De pechos en el arroyo
inclinándose a beber
la pastora dijo:Agüita,
agüita te beberé. ..
En medio las cortaderas
el hato bebió también.
¡Agua de nieve es el agua
del arroyo montañés!
En su rancho la pastora
muere de calor y sed.
Cogida de calenturas
por el mal de agua fue.
¡Agua de nieve es el agua
del arroyo montañés!
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