El rey Shivi es famoso por su bondad. El dios Indra, para ponerlo a prueba, se transforma en paloma y hace que uno de sus servidores se transforme en halcón. Ahora el halcón persigue a la paloma.
-¡Sálvame! - pide la paloma, y se refugia en los brazos del rey.
- jEntrégamela! - dice el halcón- pues tengo hambre y la paloma es mi alimento natural.
El rey comprende que la paloma tiene derecho a vivir pero que también el halcón, para vivir, tiene derecho a comer Quiere conformar al halcón con un pedazo de carne de otro animal, pedazo que equivalga en peso a la paloma. El halcón dice que sólo aceptará ese cambio si la carne es del cuerpo del mismo rey. Se trae una balanza y el rey se corta un pedazo de carne, y resulta que pesa menos que la paloma, y se corta otro pedazo, que tampoco llega al peso convenido; y así sigue destrozándose el cuerpo, y como siempre falta algo, todo el se sube a la balanza. Entonces el halcón y la paloma recobran sus figuras divinas, devuelven a Shivi la integridad de sus carnes y lo bendicen.
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