Cuentos con Perros: no para ser leídos, sino contados. “Yo les pediría que los tomen, los refuercen, los rehagan… pero no los cuenten así como están”. Desde las páginas, a la voz que les dé la gracia del verdadero cuento, para devolvernos la condición humana que por momentos parece que hemos perdido.
¿Es verdad que hubo perros piratas en Mar del Plata?
¿Es posible la amistad de un perro con un buitre?
¡Anímense a leer estas historias y lo que es mejor, a contárselas a sus hijos tantas veces y de tantas formas como se les dé la gana!
Son las preguntas e incitaciones que Ezequiel trasmite desde esta creación, que no es para un estante de la biblioteca, sino para la calidez de una relación que sería bueno recuperar: contar, contarnos, reencontrarnos.
Rimas pequeñas: No tan pequeñas, si se atiende al contenido más que al tamaño.
El idioma de mi patria
son dos lenguas diferentes:
La más clara la habla el pueblo.
La más turbia, la otra gente.
Ezequiel nos ofrece, una vez más, una miniatura de construcción muy cuidada, donde el escritor-orfebre ciñe su arte en un espacio que se ampliará en quienes se animen a hojearlo y compartirlo.
Lo ha conseguido, todos estos años, en la entrega semanal de Rescatados del Fuego. A sus lectores, y a los que quieran sumarse, a todos ellos va destinado. Tendremos el gusto de presentarlo en la próxima Feria del Libro de Balcarce.
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