Desgarré tu recuerdo con un ronco gemido
di tu esencia al implacable viento
Clavel del aire tu presencia ida
ancló en mi cielo gris desconsolado
Pasé tu amor por un cedazo como copos de harina
lo trituré para saberlo y fuimos dos pedazos
de la misma cadena
en la sangrienta sombra del olvido.
Grité tu nombre y te apreté a mi pecho
corazón de relámpagos sin luces
Tórtola del invierno hoy aferré tu mano
con el hambre de siglos que llamamos amor.
Un silencio de abejas te protegió en sus mieles
me estampé en tu cintura para beberte toda
sólo entonces me dejé morir con la certeza
de ser parte con vos en torrenciales lluvias
después de ser el uno para el otro
panadera de espigas con los dedos cereales
rompiste mi equilibrio por un largo momento
con la canción traidora de la muerte
hoy dejo mi silencio como ofrenda
en panales vacíos con amargos sabores
un latir de corazón quemado me para en el camino
hasta que vuelva a verte.
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