EL ERMITAÑO
Por Tobías Almada, alumno de 2º grado de Colegio
Isaac Newton, Mar del Plata (7 años)
Una noche el niño Tomas no podía dormir. Miraba hacia la
ventana cuando recordó que su padre una vez le hablo de una hierba mágica.
Entonces salió a buscar ese remedio para poder conciliar el sueño. Pero esta
planta solo crecía en la pared de la casa de un ermitaño al que todos los que
vivían allí le tenían mucho miedo y los niños lo molestaban tirándole piedras
en su patio. Tomas se animó y fue en su búsqueda. Con mucho cuidado y temblando
salto el paredón. Se encontró con un perro malvado que se puso a ladrar
furioso.
El ermitaño que estaba durmiendo
se despertó y se levantó. Al verlo a Tomas allí le pregunto con voz monstruosa:
¿Qué quieres tú aquí niño? El pequeño con miedo le respondió: quiero algunas
hierbas de tu planta mágica para poder dormir.
El ermitaño bondadoso le entrego
una gran bolsa con muchísimas hojas y le dijo que no era necesario correr tanto
peligro saltando el paredón, solo tenía que pedírselo.
El niño sorprendido le dijo
gracias y se marchó pensando que todos le tienen medio al ermitaño porque es
muy feo y grandote. Entendió que no hay que juzgar a las personas por cómo se
ven.
Cuando llego a su casa se hizo un
rico té con la hierba mágica, lo bebió, se durmió y en pocos minutos tuvo
dulces sueños.
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