sábado, 7 de marzo de 2015

Poesías (Selección) - de EDGAR ALLAN POE

EDGAR ALLAN POE (1809 - 1849) uno de los mayores y más originales poetas de todos los tiempos. Aunque conocido más por sus cuentos, es en su poesía donde lo podemos apreciar mejor, a pesar de que su obra poética es relativamente pequeña, al igual que el inolvidable Arthur Rimbaud, uno de sus admiradores junto con Mark Twain, Herman Melville, Ambrose Bierce, Ray Bradbury, Howard Phillips Lovecraft, a los simbolistas franceses, encabezados por Charles Baudelaire, Victor Hugo, Lautréamont, Verlaine, Rimbaud, Valéry, Mallarmé, el cual le dedicó poemas, Proust, Guy de Maupassant, Julio Verne, Arthur Conan Doyle , Pío Baroja y  Blasco Ibáñez.
En la literatura latinoamericana, contó con la admiración de algunos de los autores modernistas además de Horacio Quiroga, Julio Cortázar...




EL DÍA MÁS FELIZ (1827)


El día más feliz, la hora más dichosa,
los ha conocido mi corazón agotado y marchito;
Pero siento que ha desaparecido ya mi más alta esperanza
de orgullo y de poderío.

¿He dicho de poderío? Sí. Pero desde hace largo tiempo,
¡ay de mí! se han desvanecido
los bellos ensueños de la juventud; han pasado ya:
dejémoslos que se desvanezcan!

Y tú, orgullo, ¿qué haré de ti ahora?
Otra frente puede bien heredar el veneno
que me has dado. Que por lo menos
mi espíritu permanezca tranquilo.

El día más hermoso, la hora más feliz
que mis ojos hayan visto y hayan podido ver jamás,
mi más brillante mirada de orgullo y de poderío,
todo eso ha existido pero ya no existe; yo lo siento.

Y si esa esperanza de orgullo y de poderío
me fuera ofrecida ahora acompañada
de un dolor semejante al que experimento,
no quisiera revivir esa hora brillante.

Porque bajo su ala llevaba una oscura mezcla
y mientras volaba, dejaba caer una esencia todopoderosa

para consumir un alma que tan bien la conocía.



A UNA SEÑORITA (1829)

¿Qué me importa si mi suerte terrestre
No encierra en mí mismo más que una pequeña
cosa de esta tierra? ¿qué me importa si años de amor
son olvidados en un momento de odio?

No lloro en forma alguna porque los desolados
sean más dichosos que yo, pequeña,
Sino porque veo que os afligís por el destino de éste
que no es sino un transeúnte sobre la tierra...


A ELENA (1831)

Elena, tu belleza es para mí como esas barcas nicenas de otro tiempo
que sobre una mar profunda
llevaban dulcemente al viajero, cansado ,hacia su ribera natal.

Largo tiempo habituado a errar sobre mares
desesperados, tu cabellera de jacinto, tu clásico perfil,
 tus cantos de náyade me han transportado
al corazón de aquella gloria que fué  Grecia,
de aquella grandeza que fué Roma.

¡Oh! allá abajo, en la espléndida abertura de esa ventana,
como eres parecida a una estatua, de pie,
Tu lámpara de ágata en la mano.
¡Oh Psiquis, tu que me has llegado de esas regiones
que son la Tierra Bendita!....


LA ESTRELLA DE LA TARDE (1827)

Era en el corazón del verano y en medio de la noche.
Las estrellas marchando en sus órbitas
brillaban con un pálido resplandor
a través de la luz más viva de la fría luna,
mientras que ésta, rodeada de los planetas, sus esclavos,
lanzaba desde lo alto de los cielos, sus rayos sobre las olas.

Yo contemplaba su triste sonrisa, demasiado fría,
demasiado fría para mí. Una nube oscura
vino a pasar, semejante a un sudario,
y fue entonces que me volví hacia ti, Estrella del Sur,
orgullosa en tu gloria lejana.
Y ahora me será más querida tu luz,
porque lo que me traes de más magnificente
a través del cielo nocturno, es la alegría de mi corazón,
y yo prefiero tu discreto y lejano resplandor
a esa llama cercana pero más fría!

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