¡Bienvenidos! Este blog de literatura está abierto a todo tipo de lectores. Quienes lo hacemos no tenemos otra motivación que el de compartir la lectura de las obras de escritores de todos los tiempos, así como también las de aquellos que se inician y también merecen difusión.
sábado, 11 de abril de 2015
EL MONO Y EL GATO Por Monteiro Lobato
Simona el mono, y Micifuz, el gato, viven juntos en la misma casa. Y hacen constantemente de las suyas. Uno roba cosas, revuelve cajones, esconde joyas, atormenta al papagayo; el otro araña los tapices, deshilacha las almohadas y bebe la leche de los niños.
Pero a pesar de ser amigos y socios, el mono sabe obrar con tal habilidad, que casi siempre sale ganando.
Así ocurrió en el caso de las castañas.
La cocinera puso a asar en las brasas unas castañas y fue a la huerta a recoger especias. Viendo que no había nadie en la cocina, se acercaron los dos pillastres. Dijo el mono
- Amigo Micifuz, tú que tienes una pata apropiada, saca las castañas del fuego.
El gato no se hizo rogar y con mucho arte comenzó a sacar las castañas.
- Pronto, una . . .
- Ahora aquélla . . . Eso es. Ahora aquella gordita . . . Está bien. Y la de la izquierda, que reventó . . .
El gato las sacaba, pero el que las comía golosamente, guiñando el ojo, era el mono...
De repente, apareció la cocinera, furiosa, con la vara en la mano.
- ¡Esperad ahí, diablos! . . .
Los dos ladrones se subieron a los techos.
- ¿Buena pesca, no? dijo el mono allá lejos.
El gato suspiró:
- Para ti, que comiste las castañas. Para mí fue pésima, pues arriesgué el pelo y quedé en ayunas, sin saber qué gusto tiene una castaña asada. ..
El buen bocado no es para el que lo produce, es para el que lo come.
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