sábado, 10 de octubre de 2015

Tía Doris Por Héctor Berenguer-Rosario

Entre nosotros.
la vida siempre fue
distante,
bajo este cielo
donde la cruz del sur
todo lo hace lo distancia.
Nosotros también fuimos esquivos
de signos de amor convencional.

Pero puedo verte
aun,
puedo imaginarte
despojada ya de todo cambio.

Se que no hay orden
en las cosas posibles,
solo perviven signos intangibles.

Islas secretas de lenguaje deslumbrado
allí donde antes hubo voces veneradas.

Tengo la dulce impresión de haberte conocido,
en un cara a cara junto a tu gran pedagogía
y nada más...

Uno se embriaga de esos venenos que no matan
pero señalan la caducidad del tiempo.

Hay una vieja fotografía
donde pareces Ingrid Bergman,
inmaculada...
Junto a tu máquina de coser
en el fondo se ven los viejos libros
entre pulcras ropas
ya olvidadas.

El limonero en flor,
señala que es próximo el invierno...
Al fin que importa el tiempo
cuando todo se cumple
y morir es solo un detalle necesario
como pasar por delante
para decir adiós, nos vemos,

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