sábado, 22 de julio de 2017

Elegía para una casa demolida Por Ezequiel Feito

En la calle 15 hay una casa sin techo

Yo sé de una casa que demolieron los hombres
sin necesidad, como todas las veces.
La casa era blanca y aún vivía gente,
- una gente cualquiera. Todas se parecen-.

El techo se llevaron. Eso fue lo primero;
mas el árbol contuvo
el frío y el viento.
Regresaron las aves y su canto con ellas
-el cantar de la tarde en el íntimo cielo-.

Derrumbaron las puertas y las nuevas ventanas
mas el sol recubrió los fúnebres cuencos
con el oro profundo que en ríos y mares
hay dentro.

Los volquetes llevaban deshechas paredes
y la tierra fue un frágil, callado desierto;
mas la noche creó altos muros de piedra
con sencillos jardines, floridos y bellos.

Caminante, al pasar puede ser que no veas
el pequeño castillo que se creó para aquella
humilde familia que los hombres dejaron
sin paredes, sin techo, sin ventanas ni puertas.

Así el hombre, una simple metáfora:
Siendo carne y silencio, es sencilla y compleja.

No hay comentarios:

Publicar un comentario