sábado, 27 de enero de 2018

“Llegó la hora de escribir un cuento” Mención: La búsqueda de las palabras - Por Amparo Latorre

Yuliana era una chica muy curiosa, con ojos marrones, pelo largo y negro, le gustaba cantar, leer (aunque solo un poco), vivía con su mamá, pero a veces se iba con su papá a quedarse a dormir, su papá era pizzero, se llamaba Pedro y tenía los ojos marrones, el pelo corto, marrón, vivía en la ciudad, cerca de la plaza de Zoxayelas, en una casa muy grande. Detrás de esa vivienda, en el patio trasero había un árbol de olivo, de más de cien años de antigüedad, al que Yuliana se subía constantemente.
Un día, Yuliana, encontró un libro en la copa del árbol enredado en un nido abandonado de pajaritos, no decía de quién era, ni tenía título, cuando, al día siguiente llegó a su casa se encerró en su habitación con una de sus tres gatas, Mini, le había puesto ese nombre porque era muy pequeña de tamaño, ni bien abrió el libro, notó algo muy extraño: al libro le faltaban palabras, Yuliana empezó a escribir las palabras que le faltaban, ni bien había hecho dos o tres páginas, Mini, que miraba entretenida a su dueña, miró el libro y le dijo a Yuliana: - creo que Roy no debería decir “hola”, sino ir directo al punto.
Y así fue la gata ayudando a Yuliana a escribir el libro, cuando terminaron la niña lo leyó en voz alta para que Mini también lo escuchara.
Al día siguiente Yuliana fue nuevamente a la casa de su padre y subió al viejo árbol, donde encontró un libro más gordo en cuanto a páginas, al otro día volvió a su casa e hijo lo mismo que dos días antes, con la ayuda de Mini terminó también ese libro.
Esta secuencia se repetía una y otra vez hasta que un día un libro llegó completamente en blanco, Yuliana y Mini lograron escribir el libro entero, unos años después habían escrito muchos libros y, cuando Yuliana creció, se hizo escritora y desarrolló mucho gusto por la lectura…Leer es una pasión.
Un día, cuando Yuliana tenía veinticinco años, estaba buscando ideas para libros, cuando encontró una nota escrita en un papelito amarillento y arrugado que tenía una hoja de olivo pegada y que decía:
“Querida Yuliana, yo siempre te vi potencial para la escritura y la lectura, por eso fui la que dejé los libros en la copa de ese árbol, te quiero mucho…”

Tu gata Mini

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