sábado, 24 de febrero de 2018

“Llegó la hora de escribir un cuento” Mención: Amar no es violencia Por Valentina Ledesma

           Todo comenzó el último año escolar de mi querida primaria. Era un gran grupo de compañeros, con algunos hicimos el Jardín de Infantes juntos,.
  Como todos los días de clase, me preparé con mucho entusiasmo, llegué a la escuela, formamos e ingresamos al aula. Pasaron  unos minutos e ingresó al salín la directora con un niño, era un nuevo compañero llamado Fausto , de la provincia de Córdoba.
  Lo que más me llamó la atención fue su mirada triste, con acciones tímidas, la seño nos dice que lo integremos como uno más.-
    Levanté mi mano y le ofrecí que se sentara conmigo y  él aceptó. Pronto comenzamos a hacernos amigos y empezamos a contarnos cosas personales y que sean secretas.
    Lo invito a jugar a mi casa y él me dice  que no lo dejan porque todavía no conocen bien a toda la gente, lo entendí por un lado , pero creo que una forma de conocer es el compartir momentos.
Un día la seño propone una tarea en grupo ,y me toca hacerla con Fausto, lo invito a mi casa a realizar esa tarea y me dijo que le preguntaba a sus padres y me decía.
Por la tarde salgo a hacer mandados con mis padres y veo a Fausto con su papá, le digo a mi papá que estaba Fausto en la vereda de enfrente , le pido que nos acerquemos así lo invito a casa para poder hacer los deberes que nos dio la seño, papá le dice si al fía siguiente Fausto podía ir a casa para hacer las tareas.
El papá de Fausto le dice al mío , será mejor que yo vaya a su casa después de salir de la escuela, papá aceptó. Mientras ellos hablaban yo le ceo a Fausto un moretón en su brazo y le pregunté que le había pasado y él me respondió que nada.
  Al día siguiente salimos de la escuela y fue el papá de Fausto a buscarnos. Cuando llegamos noté que le gritó a mi compañero porque sin darse cuenta cerró la puerta del auto fuerte, él pide disculpas, pero su padre le dio un empujón.
  Ingresamos a la casa y nos recibió su mamá Clara , con un tono suave y amable, quiso darle un beso a su esposo Carlos y él le sacó la cara.
  Luego nos sentamos a comer , Clara le sirve a su marido primero y luego a nosotros justo cuando íbamos a empezar a comer Carlos le dijo a su esposa que su comida  era asquerosa, le gritó y tiró el plato hacia el centro de la mesa, la señora dice que se tranquilice que estaba yo.
  Él le dice no me tranquilizo nada, vos no sabés hacer nada, no servís. De repente  gira la cabeza y nos ve a nosotros que estábamos asustados y nos manda a la habitación y le hicimos caso.
  De la pieza escuchábamos como discutían y cómo el papá de Fausto tiraba cosas y le pegaba a su mamá-
  Yo abracé a mi amigo y le dije que se quedara tranquilo, que todo se iba a arreglar, él me dice que no y que tenía miedo que mate a su mamá y a él.
  Le pregunté si a él le había lo mismo y me dijo que si llorando y me pidió ayuda.
  En mi bolsillo tenía mi celular y llamé a mi papá pidiendo ayuda, él me tranquilizó y me dijo que iba para la casa de Fausto.
  Para nosotros ese tiempo fue una eternidad y decidimos escaparnos  por la ventana, corrimos y a las tres cuadras venía mi papá con la policía, nos ven y se detienen, nosotros subimos al auto y volvimos a la casa de Fausto, pero no nos bajamos.
   Yo le decía a mi compañero que no le iba a pasar nada a su mamá, que ahora que estábamos con la policía , todo iba a salir a la luz de que su papá era violento.
   Fausto me dice llorando que él no quiere una familia así, prefiere que sus papás se separen y así poder ver a su mamá reír .
   Yo le dije que debe ser valiente y fuerte  para poder ayudar a sus padres, ser compañero de su mamá y pensar que su papá debe hacer un tratamiento.
   Cuando la policía entró para salvar a Clara de los golpes fuertes de Carlos, lo arrestan y la mamá realiza la denuncia por violencia de género hacia ella y hacia su hijo, ambos tenían cicatrices de los golpes.
   A partir de ese día la cara de Fausto cambió, empezó a reír , a compartir y a sir a jugar a todas las casas de nuestros compañeros. Su mamá pudo integrarse al grupo de madres de la escuela, antes no lo hacía.
   A partir de lo que le pasó a Fausto, en la escuela tuvimos talleres para aprender a respetarnos unos a los otros, nadie tiene derecho a golpear a otro.
   La seño nos dice que la violencia es un hecho muy grave, debemos cambiar  nuestras acciones en nuestra cultura que todavía es un poco machista y muy agresiva, para eso debemos respetar la diferencia sexual, social, entre otras.

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