¿Quién eres, ángel, que ante mí apareces,
como en nublado cielo blanca aurora,
y al corazón, que desengaños llora,
paz y consuelo y esperanzas ofreces?
Yo te he visto en mis sueños muchas veces
juguete de ilusión fascinadora,
y vive en mí tu imagen seductora,
y con tu puro aliento me estremeces.
¿Eres, quizá, la sílfide hechicera
que amada de las nubes y las brisas
llevarme quieres a su azul esfera?
Flores hollando vas por donde pisas...
¿Quién eres? ¡Soy, señor, la lavandera,
y vengo a que me pague las camisas!
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