Había una vez una casa muy
blanca, muy redondeada, muy grande...tenía dos dormitorios, una cocina
particularmente pequeña...un parque muy grande con un nogal, sí, ese árbol
hermoso que da nueces, que muchas veces supo sostener una hamaca, que muchas
veces supo ser el sostén de una casita en las alturas. Esa casa también tenía
un laurel, enorme árbol.. que supo ser uno de los lugares preferidos a la hora
de esconderse hasta escuchar contar hasta diez...esa casa tenía muchas
escaleras, que subían y bajaban...que te trasportaban a un castillito... los
dos dormitorios eran muy grandes, uno en especial…un lugar lleno de los
juguetes más hermosos…ese cuarto que escuchó risas, llantos…vio niños jugando, vio
adolescentes llorar o reírse hasta no parar…
Esa casa vio a un joven irse para
emprender su aventura.. y después vio una joven irse a emprender también su
aventura…pero la casa seguía
ahí…siempre se podía volver.. volver a recorrer ese parque, esas
escaleritas que te trasportaban…
Esa casa vio alegrías enormes, tristezas
…pero estaba ahí…
Vio padres, abuelas, hijos, nietos, novios, novias, amigos,
esposos, esposas, cuñadas, sobrinos…
Esa casa sintió aromas de comidas
exquisitas…escuchó hermosas canciones, durmió siestas, festejó cumpleaños, vivió
veranos, otoños, inviernos y
primaveras…llenas de flores, flores muy bien cuidadas…
Se puede decir que esa casa no
son más que paredes de ladrillos con cemento…pero es mi casa, la casa que me vio
nacer, crecer e irme…
Hoy mis papás dejan esa casa para emprender ellos su nueva
aventura…pero en ella quedarán todos esos recuerdos bien impregnados en sus
paredes…para siempre… y aunque le esté hablando a un par de ladrillos con
cemento, te digo, casita: aunque se vienen hermosos proyectos, te voy a
extrañar…porque vas a ser mi casa hermosa para siempre…la casa blanca,
redondeada, muy grande y con una cocina particularmente pequeña. Ya no voy a
poder entrar… pero cuando pase por ahí, siempre, siempre voy a decir, esa
es MI CASA!
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