sábado, 20 de abril de 2019

AFILADOR Por Juan Carlos Pirali

Tenaz afilador, casi extinguido;
su oficio milenario se recuerda,
acordes de su música ambulante;
pregón tras el silencio de la siesta.
Anuncio de su paso pintoresco;
pedal para girar enorme rueda,
estrellas desprendidas por su impulso,
chispazos de cuchillos y tijeras.
La piedra de afilar y la “siringa”(*)
citando a los vecinos en la acera.
La ronda de los niños expectantes
con ojos atisbados de sorpresa.
Qué rumbo aventurero habrá seguido,
obrero del destajo con su piedra,
un hueco de silencio dejó el tiempo
y ausencia de una vida callejera.
No anda por los barrios de mi pueblo
errante proclamando su tarea.
El tiempo inexorable se ha llevado
su magia afiladora de la escena.
Un sueño “nostalgioso” anda latente
que rompe los mutismos con su queja,
y grita con las ansias del regreso,
un ruego de ambición para que vuelva.


(*) f. Instrumento rústico, a modo de flauta, o compuesto de muchas flautas.

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