No te atribulés áura ni agachés la cabeza;
Es tarde; a la vergüenza,
Hay que tenerla en antes
De pialar cosas puercas.
Sé que la culpa es mía;
¿quién me mandó? ¡canejo!
Si yo era un gaucho crudo
Hecho a los tiempos viejos
Haserte a vos estruído?
¡Risién, risién colijo
Pa’ lo que me ha servido!
Aura que ya las tabas
Risongan si las muevo,
Aura que h’anochesido
Pa presipiar de nuevo…
¡m’himpotecaste tuito!
El campo y el rodeo!
¡suerte que ni pa lonjas
Te han de asetar mi cuero!
Mi has trampiao en le pago;
¡dispués que yo hise tanto!
Si dende gurisito,
Cuando t’enorquetabas
En el “sebruno patria”,
Enterrando la reja
(qu’entonse era a mansera)
L’esigía a la tierra
Tuito lo qu’eya diera;
Y a cada gota gruesa
Del sudor que me cáiba,
Viendoté tan gauchito
Pa mi mesmo pensaba:
“Sudá, sudá Evaristo”,
“que cuando el tiempo cuadre”,
“lo verás dotorsito”
“como quiere su madre”.
¡Dios la tenga en la gloria!
Po ella es lo que te digo,
Porque ni a su memoria
Rispetastes, ¡indino!
Y hasta la “sarca vieja”
Que l’ayudaba a criarte,
En tu angurria de plata
Entr’el lote tarjastes…
Y eso es lo que me quema;
Lo demás… no, ¡que diantre!
Y güeno, a lo hecho pecho,
Y escuchá pa qu’entiendas:
Tuavía no estoy jundido…,
Que hay dos varas ‘e tierra,
Ayá, en el camposanto…,
Ande descansa “eya”.
Si pa cubrir tus visios,
Sirve de algo esa tierra,
¡himpotecala m’hijo…;
P’algo juiste a l’escuela!
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