DespreTu voz insiste, detrás de la conciencia,
negando el vacío
como arquitectura de la nada.
Es momento de
padecer
de sufrir el vértigo de la ausencia.
Tu voz llama
en huracanes de sílabas que remiten a deseos
a una cadena
de miles de te quiero…
En la playa, durante la bajamar,
espero que la luna ilumine ese rincón de vida
que un día, a propósito, olvidamos;
espero el resurgir de nuestras huellas
que la arena habrá de mostrar
sólo para mí.
No hay espejos.
A tientas, enfrento las máscaras de antaño
los reflejos de
la costumbre
-y entonces puedo
contemplar el ego de aquella figura
la que
dibujamos juntos
de a trazos-.
Tu alma gime
con
extravíos y arrebatos
del mismo modo que la mía.
Aún no puedo partir.ndimientos
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