Te has mostrado
sin
túnica
sin
antifaz
posando
en un amanecer que ardía
de
interrogantes.
No se consume el
fuego de lo eterno.
Vos
de este lado
en este mundo
-también tuyo-
emergiendo
con el
canto de las sirenas, tus hermanas.
Rezar
para saber a
dónde ir.
Algo
muy poco
conozco de mí:
algunas veces me sorprendo en medio de fobias
del llanto;
en otras creo ver detrás del agua
de la obscuridad
allí, donde
se entrecruzan conjeturas -nunca certezas-
y se
desprenden de la memoria
atravesando alambrados, pantallas,
y
torres de cemento.
Quizá la tristeza,
la libertad, la osadía…,
signifiquen lo mismo para ambos.
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