Gibrán Jalil Gibrán inició su obra poética en Líbano — su
tierra natal — en idioma árabe. Al establecerse definitivamente en Nueva York,
en 1912, reanudó su labor literaria en inglés. Esta circunstancia permitió
conocer y difundir sus poemas en el mundo occidental. A esta etapa pertenecen
sus libros El loco, El precursor, El profeta, Jesús el hijo del hombre, El
jardín del profeta.
Cuatro ranas sentáronse sobre un leño que flotaba en la
orilla de un río. De pronto, el leño fue alcanzado por la corriente y deslizado
aguas abajo. Las ranas quedaron gozosas y absortas, pues jamás habían navegado
hasta entonces.
—En realidad, este es un leño maravilloso. Se mueve como si
tuviera vida. Nunca se ha conocido un leño igual.
Luego habló la segunda y dijo:
—No, mi amiga, el leño es idéntico a los demás leños y no se
mueve. Es. el río que camina hacia el mar, el que nos lleva a nosotras y al
leño.
Y la tercera habló, y dijo:
—No son ni el leño ni el río los que se mueven. El
movimiento está en nuestro pensamiento. Porque fuera del pensamiento nada se mueve.
Y las tres ranas empezaron a disputar acerca de qué era lo
que en realidad se movía. La discusión se agrió y subió de tono sin que
llegaran a ponerse de acuerdo.
Entonces se volvieron a la cuarta rana, que hasta ese
momento había escuchado atentamente, pero conservando su calma, y le pidieron
su opinión.
Y la cuarta rana dijo:
—Cada una de ustedes tiene razón, y ninguna está en error. El movimiento está en el leño, en el agua y también en nuestro pensamiento.
Y las tres ranas se pusieron furiosas, porque ninguna quería
admitir que no tuviera toda la razón y que no estuvieran las otras en total
error. Y al cabo, sucedió algo singular: Las tres ranas se unieron y del leño,
arrojaron al río, a la cuarta rana.
De Poemas escogidos. Selección de Norberto Pini-lia, según
las versiones de T. de la Barra y M. Mussa. Edit. Nascimento. Santiago de
Chile, 1937.
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